Nadie duda que la sangre del martirio es necesariamente fructífera, pero para que fructifique ha de ser conocida. La difusión del la vida y martirio de Molle Lazo, es el principal fin vídeo que ahora prestamos, y la verdad es que el fin está perfectamente cumplido.
Como todas las biografías de santos y mártires, la vida de Molle Lazo nos sorprende. Efectivamente, su vida puede ser la vida de cualquiera de nosotros, o de cualquier joven de hoy en día. Una vida normal, en una familia normal, con una perspectiva de futuro normal. Criado en una familia profundamente católica (su padre era defensor del tradicionalismo encarnado en el carlismo, y su madre devota católica), su vida transcurrió como la de todos los jóvenes, entre su hogar, sus amigos, y su colegió. No obstante, desde joven dio muestras de prudencia, bondad, y perseverancia, virtudes que debidamente cultivadas le convertirían en fiel defensor de su fe.
Pero como todos los jóvenes de su generación, su vida cambio tras los acontecimientos de abril de 1931. La proclamación de la República, en sí, no debería haber significado nada, pues era simplemente un cambio de régimen político, que no debería influir en la realidad social de los españoles; sin embargo, los líderes republicanos se empeñaron en cambiar la esencia del pueblo español, arrumbando su historia y su fe católica.
En esta tesitura, Antonio Molle Lazo y su familia se vieron en la necesidad de intensificar su compromiso en defensa de los valores de la santa tradición católica. Antonio decidió militar activamente en la causa del tradicionalismo carlista, colaborando activamente en la propaganda electoral en las elecciones de 1936, animando a las comunidades religiosas, o actuando como apoderado de un diputado católico en la provincia de Sevilla.
Al estallar el Alzamiento, Antonio junto a sus dos hermanos Carlos y Manolo, se presentaron como voluntarios carlistas a defender ante todo a Dios, pero sin olvidar la defensa de la patria. De esta forma, el joven requeté Antonio Molle Lazo encontraba en una de sus primeras acciones militares el camino del martirio. En Peñaflor, sin él saberlo, le aguardaba la ocasión para probar su fe y demostrar que El es el único camino, la verdad y la vida.