El día en que doña Marta Ferrusola de Pujol, esposa y madre de emprendedores, y emprendedora ella misma, en campos tan diversificados como la banca, la hostelería, el marmolismo, la floristería, las ITV´s o la industria farmacéutica y alguno más que se me escapa, se tiró en parapente, su orgulloso marido exclamó con una satisfacción que le reventaba por los costados: “Això és una dona!”.
Tiempo después hemos podido conocer que, al parecer, no es bueno tomarla como ejemplo, al menos, en el campo de la moral y la ética. Sin embargo, quiero emplear la magnífica expresión, ̶ liberándola del contexto y homenaje a la señora Ferrusola, ̶ para dedicársela a dos mujeres valientes: la única directora, de unos 500 en Cataluña, que se ha atrevido a justificar su postura, basada en la legalidad, para oponerse al diktat del todavía todopoderoso Artur Mas al defender la ley que le amparaba al no ceder el uso del colegio bajo su jefatura para utilizarlo en la consulta ilegal. La segunda heroína, ̶ segunda solo en desarrollo cronológico ̶ , es una diputada catalana que hizo méritos en el Pleno del 20 de octubre pasado con una intervención brillante ante su colega de ERC Joan Tardà ̶ al que es difícil callar, aunque sólo por su locuacidad ̶ que le valió la ovación unánime de la bancada del PP.
Ambas son objeto de este artículo porque en un ambiente hostil y represivo se han atrevido a defender algo tan vital y preciado para el ser humano como es la Libertad.
La ex directora del IES Pedraforca de L’Hospitalet de Llobregat que se negó a dar las llaves del centro para el 9N, doña Dolores Agenjo recientemente ha debido declarar ante el magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) Joan Manel Abril que investiga al presidente de la Generalitat Artur Mas por la citada consulta. Los tres, Mas, la ex consejera de Enseñanza, Irene Rigau (CDC), y la ex vicepresidenta del Ejecutivo catalán, Joana Ortega (Unió) han sido imputados por el TSJC por un presunto delito de desobediencia, al organizar la consulta pese a la suspensión del Tribunal Constitucional (TC), aunque el alto tribunal no descarta ampliar los cargos a los otros tres delitos que la Fiscalía también les imputa en su querella: prevaricación, obstrucción a la justicia y malversación.
Dos inspectores de la consejería denunciaron ante la Alta Inspección que se habían celebrado reuniones con la consejera de Enseñanza, Irene Rigau y responsables de su departamento y directores de centros de enseñanza dirigidas a “determinar la manera de proceder en relación al proceso participativo” del 9N, de manera que permitieran la apertura de los centros y que, si no se querían implicar en el proceso, buscaran voluntarios para que lo hicieran.
La señora Agenjo comenta en entrevista a El Mundo: Un director es responsable de lo que ocurre dentro de su centro incluso en vacaciones, así que uno pregunta: ¿Habrá una orden por escrito para entregar las llaves? Llobet dice que lo estudiará pero que no hacía falta, ya que la Generalitat es la propietaria de los centros”. Agenjo le pregunta: ¿Todo esto es obligatorio? La responsable gubernamental -continúa la profesora- vacila y responde: “No es obligatorio, pero sí pertinente“. Tres días antes de la consulta, la delegada del Gobierno central advierte por carta a los directores de que pueden cometer una ilegalidad. Al mismo tiempo, un funcionario del Departamento catalán me llama para decirme que va a pasar a por las llaves. “Yo le explico que sin una orden escrita no se las voy a dar”. A continuación la telefonea Llobet: “Me dice que tenía que entregarlas y le contesto que no lo haré sin una orden por escrito”.
En ese tira y afloja, el viernes 7, Llobet vuelve a llamarla. Le informa de que ella es la única directora que se niega a entregar sus llaves. Agenjo le explica que la responsable de la Alta Inspección del Ministerio le ha recomendado que se aferre a la legalidad. “Tú no dependes del Ministerio, sino del Departamento”, le replica (una Autonomía por encima del Estado) “Parece que quieras desobedecerme”. Esa misma tarde llega un hombre para meter las urnas en el instituto. Y Agenjo vuelve a negarse. Llobet la telefonea otra vez. Está dispuesta a darle la orden por escrito; ella misma irá a buscar el dichoso llavero. Con una condición: “Esto no se lo dirás a nadie“. La maestra de Lengua no acepta el pacto de silencio: de recibir esa orden, se la comunicará a la Alta Inspección. No supo más.
Poco después, Dolores Agenjo leería la declaración de la consejera de Enseñanza, Irene Rigau, en una tajante respuesta a la Fiscalía: “Ni yo ni ninguna persona del Departamento de Enseñanza ha dirigido órdenes, instrucciones, sugerencias o comunicaciones verbales o escritas a los directores o responsables de centros públicos de enseñanza, sugiriendo o recomendando que consintieran el acceso a los colaboradores y /o voluntarios del proceso participativo”. Negaba incluso cualquier reunión con directores dirigida a marcar “la manera de proceder” en el día de la votación. Ante ello, la profesora resolvió presentarse ante la Delegación del Gobierno: quería declarar ante el fiscal, quería presentar documentación sobre lo sucedido en realidad.
Sus pruebas: correos electrónicos entre directores de colegios que demuestran la inquietud de estos ante la organización de la consulta prohibida. En uno de ellos se lee cómo, dos días antes del referéndum, el director del instituto Bisbe Berenguer reenvía a otros directores, entre ellos a Agenjo, el mail que ha escrito a la directora de Servicios Territoriales: “Habiendo recibido su justificante de la recepción de llaves del instituto Bisbe Berenguer y según las instrucciones verbales recibidas”, indica en catalán, “este director y los voluntarios del centro entendemos que las responsabilidades jurídica, administrativa y penal de lo que tenga lugar en el recinto escolar los días 8 y 9 de noviembre de 2014 son del Departamento de Enseñanza como propietario del centro”.
“A los directores nos quisieron utilizar como escudos humanos”, protesta Agenjo. “En Cataluña hay miedo. Te crea menos problemas desobedecer al Tribunal Constitucional que a la Generalitat”.[1]
El asunto ha sido ampliamente divulgado no siempre con buenas intenciones, de modo que ha motivado al sindicato Manos Limpias a intervenir solicitando al TSJC que adopte medidas de protección también para los dos inspectores que denunciaron la celebración de estas reuniones, “dadas las represalias y repudios sociales y mediáticos” que han sufrido desde que comparecieron ante el magistrado que investiga a los mencionados poderes públicos de Cataluña.
Pero ¿quién es esta señora tan valiente que se ha enfrentado al todopoderoso gobierno de Cataluña ante la inoperatividad del gobierno central en defender las leyes de la Nación? Pues como diría el ex “molt honorable” Pujol, una descendiente de charnegos que a los 26 años, cuando quedó primera en la oposición para docentes y pudo elegir destino, se decidió por un centro “muy humilde” marcado, también, por la inmigración, entonces andaluza: el instituto Pedraforca de L`Hospitalet.
Su evolución personal corre al tiempo que la propia historia de España y de Cataluña como miembro de ella. Cuando rondaba los 18 años, la mujer del “no” a Mas se enganchó al Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) como pasan a veces estas cosas: a través del primer novio. El chico era un independentista que le hablaba en catalán; ella, que le respondía en español, no se hizo nacionalista, pero se vio seducida por la idea del comunismo. Durante unos tres años frecuentó esos ambientes en los que se pregonaba la “lucha armada”. Se alejó de ellos “por los asesinatos”, asegura. Pero la aventura en la extrema izquierda de la joven antifranquista no acabó ahí. Cursando segundo de Filología en los barracones de la Universidad de Barcelona, se apuntó también a Geografía e Historia, la facultad de los estudiantes politiqueros, de los jóvenes “de acción”, y con ellos abrazó la causa trotskista de la Liga Revolucionaria Comunista y del Partido Obrero Revolucionario de España (PORE). Antes y después de la muerte de Franco, relata, colocaba carteles, levantaba el puño en las huelgas y gritaba en las manifestaciones aquello de “Libertad, amnistía, Estatut de autonomía” con algún “porrazo” incluido.
Después, los años y las lecturas la fueron moderando. Afirma que el antídoto a su radicalidad, se lo proporcionó tres libros: “Homenaje a Cataluña” y “Rebelión en la granja”, de George Orwell, y “El cero y el infinito”, de Arthur Koestler: “Me hicieron ver que el totalitarismo, sea de izquierdas o derechas”, acaba anulando la libertad de las personas, que es lo más sagrado”.
Conoció mundo, se casó, tuvo dos hijos, se mudó a Castelldefels… y se fue separando también de la izquierda moderada, PSUC y PSOE ̶ moderada en comparación con aquella de sus tiempos juveniles, ̶ a la que votó durante años. Cuenta que rompió con el socialismo cuando vio cómo en Cataluña iba adquiriendo sin rubor los modos de un nacionalismo creciente: “España dejó de existir, era un constructo artificial; sólo decían Estado español. De repente, ningún partido defendía que los niños pudieran estudiar en castellano, cuando nuestra reivindicación en la dictadura y la Transición había sido el derecho a escolarizarse en su lengua materna…”. Así que la profesora dejó de votar.
De docente de Lengua Castellana pasó a coordinadora de estudios durante seis años y a directora los últimos seis. En Pedraforca de L`Hospitalet daba libertad de lengua a sus profesores y “la mayoría” de las clases discurría en catalán. Ella misma organizó una actividad extraescolar de teatro en catalán con niños en su mayoría sudamericanos. Adaptó a Doctor Jekyll y Mister Hyde, La isla del tesoro y Drácula. Después saltó al castellano: “Me lo pidieron los alumnos porque se sentían más cómodos”, afirma. Recitaban en su idioma materno a Romeo y Julieta, Grease, Mamma Mia… [2]
En este tiempo se ha aliado con Ciudadanos -sin carné, ha sido número 23 en la lista del partido a las autonómicas-; sigue colaborando con Sociedad Civil Catalana, la Asociación por una Escuela Bilingüe y la Asociación por la Tolerancia.
Nos ha interesado este personaje por la singularidad de haberle otorgado el primer premio Catalans per Espanya/Catalanes por España, concedido por la osadía de cumplir la ley en Cataluña y, efectivamente, creemos que lo merece por su valentía. No obstante, nos entristece que por la falta de arrestos de quien debería defender las leyes del Estado, la actuación de esta señora sea considerada como excepcional.
La distinción se le entregó sin presencia, por supuesto, de representantes de la Generalidad, ni tampoco del PSOE, pero si asistió una nutrida concurrencia en la que figuraban diputados del Partido Popular de Cataluña, miembros de VOX, el presidente de Convivencia Cívica Catalana, el profesor Francisco Caja, representantes de Sociedad Civil Catalana, así como de la mayoría de asociaciones contrarias al separatismo. Las entidades que participaron en el acto fueron: Acción Cultural Miguel de Cervantes, Asociación por la Tolerancia, Asociación Salvar el Archivo de Salamanca, Convivencia Cívica Catalana, Coordinadora Española de Cataluña, Empresarios de Cataluña, Instituto por la Excelencia Profesional, Profesores por el Bilingüismo y Somatemps, entre otras.[3]
Hablemos de Dolors Montserrat i Montserrat[4], diputada por el PPC. Se debatía en el Pleno una moción de ERC sobre las “perspectivas del Gobierno español acerca del futuro de Cataluña”. La matraca de siempre acerca de la construcción de “un Estado independiente”. Eso sí, de la forma “más amistosa posible”, según pidió Tardà, que como todos sabemos quiere decir que la sufrida España siga pagando sus tropelías, ̶ lo último que han dejado caer es la deuda a las farmacias. ̶ [5]
En ésas estaban cuando Montserrat subió a la tribuna de oradores y sacó toda la indignación acumulada de tantos meses, años, de discurso victimista y excluyente del independentismo. Con una vehemencia inusitada en el PP, la diputada exigió a Tardà y sus correligionarios que dejen de mentir sistemáticamente a la sociedad catalana. “Aquí no ha habido una España que ha robado, ha habido un nacionalismo que ha robado a todos los catalanes. Cuántos recursos han detraído ustedes de la sanidad pública, plantas de hospitales cerradas para alimentar el monstruo insaciable de la propaganda nacionalista”, espetó al diputado de Esquerra.
“La grandeza de la democracia -siguió- es que usted puede decir los sinsentidos que quiera desde la tribuna y yo puedo denunciarlos y exponerlos claramente sin la manipulación de TV3, en una Cataluña independiente esto no lo podría hacer”.
Valientemente, Montserrat acusó a los independentistas de “falsedad y tergiversación” y les recriminó que quieran construir un país nuevo “excluyendo a todo el mundo” que no piensa como ellos. “Abran los ojos, sean demócratas”, añadió. Es más. Les pidió que se bajen “del burro” y reconozcan de una vez por todas que en las elecciones del 27 de septiembre la mayoría de los catalanes les dijo “basta”.
“España es una gran nación y siempre lo ha demostrado”, reivindicó. “Frente a los que miran a los zapatos estaremos nosotros mirando a los ojos de siete millones y medio de catalanes”, prometió.
A la inacción, al menos aparente, del Gobierno, destaca la actuación de estas dos valientes mujeres que no dudan en levantar su voz ante el ataque a España en sus leyes y hasta en su integridad territorial. Y a este respecto conviene recordar las palabras de la señora Agenjo cuando, al final de la declaración a El Mundo, antes mencionada, y a preguntas de la periodista sobre la opinión que le merece algún político, la maestra se despide citando lo dicho en La Vanguardia por el actor de USA., Viggo Mortensen, el intérprete del capitán Alatriste. Unas palabras que ha elogiado hasta el profesor de Derecho Constitucional Francesc de Carreras. A la pregunta “¿Qué admira en los otros?”. Respondió tajante:
“El coraje moral”. “No dejar de hacer o de decir lo que piensas por miedo a convertirte en enemigo de tus amigos o amigo de tus enemigos”.
Estamos de acuerdo.
[1]Leyre Iglesias: EL MUNDO, 17/10/2015
[2] Ibidem
[3] Pedro Planas: Libertad Digital 16/02/2015
[4] Cursó el C.O.U. en Estados Unidos (Memphis, Tennessee). Licenciada en Derecho por la Universidad Abad Oliba CEU (Barcelona). Cursó el último año de la Licenciatura de Derecho en la Universitá degli Studi Di Ferrara (Italia). Máster Escuela de Práctica Jurídica del Colegio de Abogados de Barcelona. Abogada ejerciente desde 1997 con despacho propio especializado en Derecho Urbanístico, inmobiliario y ambiental. También ejerció de Abogada de Oficio desde 1997 a 2004. Colegiada en el Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona. Cursó el Programa de Derecho Agrario Comunitario impartido por la Università degli Studi di Ferrara (Italia). Posgrado en Derecho Urbanístico e Inmobiliario impartido por la Universidad Pompeu Fabra. Posgrado de Mediación y Negociación impartido por la Universidad de Barcelona. Programa de Derecho Inmobiliario y Urbanístico impartido por ESADE y el Programa de Dirección de empresas Inmobiliarias impartido también por IESE. Concejal y Portavoz del Grupo PP en el Ayuntamiento de Sant Sadurní d’ Anoia.
[5] Antonio Gallego, también diputado del PP por Cataluña, pone de manifiesto la contradicción: “son incapaces de pagar la deuda de las farmacias y en 30 días quieren aprobar una ley para tener una Seguridad Social propia” ,“las farmacias son la última prioridad del Gobierno de la Generalitat”.