Según han publicado la Agencia Europa Press y varios medios de comunicación, los Mossos de escuadra, controlados por la trama separatista de Puigdemont y Trapero, pusieron en marcha una red de espionaje ilegal que incluía a políticos, periodistas, empresarios, detectives, y militantes antiseparatistas como Javier Barraycoa y a organizaciones como la misma Comunión Tradicionalista Carlista del Principado de Cataluña.
Una lista de 43 personas y entidades espiadas ha sido descubierta en la documentación que fue intervenida por la Guardia Civil el pasado 26 de octubre antes de que fuera destruida en una incineradora de Sant Adriá del Besos.
No es un caso aislado. Se da la circunstancia de que este caso de espionaje ilegal se suma al que actualmente se está dilucidando en los tribunales de Navarra contra una organización de extrema izquierda que instaló equipos de grabación ilegales en las dependencias de la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz con la presunta colaboración del Ayuntamiento de Pamplona.