La historia es la mejor maestra, sin embargo, parece que nos empeñamos en seguir cometiendo los mismos errores, y hacemos caso omiso de un pasado oscuro en el que la voluntad individual quedó sometida a la voluntad general.
Plataforma Editorial nos ofrece el valioso testimonio de Hédi Fried, una de las pocas supervivientes del Holocausto que todavía puede dar testimonio de su cautiverio en los campos de concentración nacionalsocialistas. Su libro nos permite acercarnos de una manera amena y directa al terror nazi, y nos permite comprenden como miles de judíos vivieron uno de los momentos históricos más humillantes de la historia de la humanidad.
Leyendo a Hédi es fácil realizar una pregunta que en su obra queda sin formular: ¿sería hoy en día posible volver a experimentar el horror de la anulación del individuo, y revivir el horror nacionalsocialista? La pregunta, tal y como anticipamos, no queda formulada en la obra, y mucho menos la respuesta, sin embargo, la propia Hédi nos da algunas claves al recordarnos que “como individuos tenemos responsabilidades y voluntad”, es decir, que las decisiones individuales son las que salvan o condenan a los pueblos, decisiones individuales que hoy en día es necesario tomar en tantos y tantos temas, como el aborto, la eutanasia, la economía destructora de las comunidades, el estatismo cada día más marcado que elimina al individuo; es decir todas y cada una de las consecuencias de las tres grandes teorías políticas destructoras del individuo: el liberalismo, el capitalismo y el comunismo.
Mientras siga sin resolverse el eterno debate sobre la responsabilidad del holocausto (¿fue el pueblo alemán responsable? ¿fue responsable únicamente la clase dirigente? ¿fue responsable cada alemán que consintiendo o manteniendo una actitud pasiva permitió el avance de las tesis utilitaristas?) cada lector podrá sacar sus propias conclusiones, no obstante, la respuesta adquiere un carácter vital, pues de la respuesta depende nuestro futuro como sociedad.
Si bien es cierto que el libro “Preguntas que me han hecho sobre el Holocausto” solo se centra en referirnos las duras condiciones de vida en un campo de concentración, sin embargo, las escenas y vivencias relatadas provocarán que cualquier lector mínimamente sensible se pregunte sobre las circunstancia que permitieron el auge de las ideas nazis. En este sentido, la autora denuncia la educación que el régimen nacionalsocialista impartió en las escuelas, los institutos, las universidades … Hédi denuncia que los libros de texto estaban trufados de mensajes ideológicos, y peligrosos para la convivencia, y a nadie se le oculta que actualmente la situación es similar; véase la adulteración de los libros de textos llevada a cabo por los nacionalismos periféricos en la España actual, y véase el adoctrinamiento que todos los niños españoles sufren con la acientífica ideología de género, y con la nefasta ideología del igualitarismo por obligación, desvinculado del mérito y el esfuerzo.
En este indagar la responsabilidad de las sociedades, los pueblos, y los individuos, es fácil constatar como sesenta años después del fin de la II Guerra Mundial las cosas no han cambiado tanto. Si bien no existen campos de concentración en los que la voluntad física resulte prisionera, lo cierto es que la corrección política está creando un inmenso campo de concentración interior, en el que el individuo se ve sometido a los dogmas impartidos por la corrección política, y en donde cualquier disidencia es considera como un peligro para la paz social.
Hédi Fried nos relata como una de las notas características de los campos de concentración nazis era la presencia constante del hambre, de un hambre física imposible de saciar. A pesar de la distancia, hoy es fácil comprobar esa presencia constante del hambre, que, si bien en occidente no es un hambre física, si es un hambre espiritual, pues el hombre occidental vive hoy en día sin saciar su hambre de libertad, de justicia, y de independencia del poder político.
Hoy, como ayer, la libertad es responsabilidad de cada individuo y cada familia, el resto de organizaciones sociales son derivadas precisamente de la familia. El mal del nacismo residió precisamente en anteponer el interés del estado al de las familias, y en este sentido poco hemos avanzado en nuestra sociedad actual, en la que las familias desnortadas tratan de buscar al estado para solucionar sus problemas, en lugar de crear soluciones que, desde el pueblo, y desde la sociedad, vinculen a las entidades políticas.
Especialmente triste es la sencilla respuesta que la autora da a una pregunta clave “¿qué le ayudó a sobrevivir? El azar”. Fried defiende una tesis alejada de la esperanza, según ella, y es posible que con algo de razón, no existía ninguna lógica en los campos de concentración, la vida dependía del azar, y su defensa por parte de los prisioneros, no era una defensa racional, sino únicamente una costumbre: el hombre acostumbrado a vivir defiende su vida hasta el final no necesariamente por creer que tiene un fin que cumplir, sino únicamente por ser la vida una costumbre y nuestro único conocimiento constatado.
Ante la lectura de “Preguntas que me han hecho del Holocausto” el lector se ha de encargar, pues la autora no lo hace, de buscar la responsabilidad no de un pueblo, ni de una clase, sino de buscar la responsabilidad de cada individuo, de cada alemán, de los que votaron al nacionalsocialismo alemán, y no de los que no votándole permitieron con su pasividad que el salvajismo utilitarista llegara al poder. Esa respuesta necesariamente nos ha de llevar a la acción, a tomar posición en todos los debates ideológicos que están destruyendo la libertad del hombre actual.
Las corrientes voluntaristas, y utilitaristas, que justificaron primero la revolución religiosa protestante, y después la Revolución Francesa, como el liberalismo y el comunismo, amenazan actualmente con destruir una civilización construida durante 2.000 años por el cristianismo. Los dos pilares de la cultura occidental, la razón, y el amor (representados por Santo Tomás y por San Francisco de Asís) corren hoy el mismo peligro que corrieron en los años 30 con el régimen nazi.
Hédi Fried fue testigo de las consecuencias del pragmatismo y del economicismo nazi, que su testimonio sirva a las generaciones presentes y futuras para volver nuestras miradas a la libertad que sólo nos puede proporcionar la tradición de nuestras tierras, las costumbres de nuestros mayores, y la herencia de nuestros antepasados, únicos plebiscitos que no se equivocan en sus vaticinios.
Precisamente es la denuncia de las causas lo único que se echa de menos en una obra, que por lo demás es directa y clara.
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Título: Preguntas que me han hecho sobre el Holocausto
Autora: Hédi Fried
Editorial: Plataforma Editorial (www.plataformaeditorial.com), Barcelona, 2019.
ISBN: 9788417622145
Páginas: 152
Precio: 16,00 €
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La desintoxicación moral de Europa y otros escritos políticos.