Fue en este lugar, lujoso y discreto, en el que en 1970 una treintena de altos líderes de la industria farmacéutica mundial eligió reunirse por primera vez. Desde esta fecha, la reunión tiene lugar una o dos veces al año en varios países del mundo y ha adoptado con modestia el término “Club Dolder”, que en varios dialectos alemanes, y en alsaciano, significa “el pico más alto, que domina todos los demás “.
Fue por casualidad que hace unas semanas me enteré de la existencia del Dolder Club a través de un sitio que promueve la salud natural a través de las plantas [1]. Porque, incluso más que el “Grupo Bidelberg”, esta reunión es ultra confidencial. El Dolder Club no tiene un sitio web, no se menciona en el sitio de la Federación Internacional de Fabricantes de Productos Farmacéuticos (IFPMA para la Federación Internacional de Fabricantes de Productos Farmacéuticos), siendo el organizador, y tampoco se menciona en la información de los distintos participantes.
La última reunión del Dolder Club se celebró en París del 7 al 8 de julio de 2018. Pero esta vez, el completo anonimato se vio roto por un despacho de la AFP, recogido por varios órganos de prensa (La Croix, Le Point, Le Monde …), que describe sucintamente la reunión y especifica que el grupo fue recibido en la noche del 9 de julio por Emmanuel Macron, aunque no estaba en la agenda oficial del Presidente. El sitio web de Elysée tampoco da cuenta de estas discusiones.
AFP pudo obtener la lista de participantes en el Club Dolder, y como era de esperar, conocemos a Jaquin Duato, el líder de Johnson y Johnson, número 1 del mundo (EE. UU.), Kenneth Frazier, CEO de Merck and Co (EE. UU.), Lars Fruergaard Jorgensen del laboratorio Navo Nordisk (Dinamarca), Pascal Soriot, CEO de AstraZeneca (GB / Suecia), Christophe Weber, el director francés de Tadeka (Japón) …
La reunión estuvo presidida por un viejo conocido, Serge Weinberg, Presidente del Consejo de Administración de Sanofi, conocido particularmente por su intransigencia en el contexto del escándalo Depakine, este fármaco antiepiléptico producido por Sanofi que, administrado a mujeres embarazadas, produce niños con discapacidad mental. Según un informe de la Agencia Nacional de Seguridad de Medicamentos (ANSM) del 22/6/2018, entre 16.600 y 30.400 niños expuestos a Depakine antes del nacimiento sufren trastornos de conducta. Pero lo peor es que todo sugiere que Sanofi conocía los efectos nocivos de Dépakine desde al menos mediados de la década de 1980 gracias a un informe de la Inspección General de Asuntos Sociales (IGAS) [2].
Sin embargo, el asunto de Dépakine no termina aquí. El lunes 9 de julio de 2018, la asociación France Nature Environnement publicó un estudio que muestra que la planta de Sanofi en Mourenx en los Pirineos Atlánticos (que en particular fabrica Dépakine) ha estado descargando regularmente aire tóxico a la atmósfera durante varias décadas. superior a … 90,000 a 190,000 veces, dependiendo del caso, de los estándares aceptados. Tras estas revelaciones, la fábrica cerró durante dos meses, tiempo suficiente para que Sanofi hiciera “algunos ajustes”. Luego se reanudó la producción, “lo de siempre”. France Nature Environment ha presentado una queja que, como de costumbre, esta en suspenso … Es cierto que el año anterior (10/07/2017) Christophe Castaner había declarado durante una visita al sitio de Sanofi en Sisteron “No debemos criticar a empresas exitosas como Sanofi” y Édouard Philippe agregó (17/10/2017) a la Asamblea Nacional sobre Sanofi: “No debemos denigrar a una empresa francesa que funciona bien”. El cinismo, combinado con la estupidez, de estos dos loros alcanza alturas aquí.
También se debe agregar que Serge Weinberg debe considerarse intocable, al ser amigo cercano de Emmanuel Macron, siendo el que contribuyó en gran medida a su elección. De hecho, los dos hombres se reunieron como parte de la “Comisión Attali para la Liberación del Crecimiento” creada por Nicolas Sarkozy y rápidamente simpatizaron. Serge Weinberg era entonces Presidente de la Junta Directiva del grupo Accor y CEO del fondo de inversión Weinberg Capital Partner y Emmanuel Macron, Inspector de Finanzas y Relator General Adjunto de la Comisión. Posteriormente, Weinberg presentará a Macron en el Banco Rothschild y lo apoyó durante toda la campaña electoral.
No es sorprendente bajo estas condiciones que Emmanuel Macron “trate a los fabricantes farmacéuticos” según lo declarado por France-Info el 10/7/2018 [3]. De hecho, según RFI, la fecha de la reunión no debe nada al azar, ya que permite a los miembros del Dolder Club participar en el Consejo Estratégico para las Industrias de la Salud (CSIS), que se celebró el 10 de julio en el Hotel Matignon bajo los auspicios del Primer Ministro. Se supone que esta reunión, que se celebra cada dos años desde 2004, establece un diálogo que puede parecer útil entre el Estado y la industria farmacéutica. Sin embargo, a lo largo de los años, el CSIS se ha convertido en una operación de cabildeo que permite a los grandes grupos farmacéuticos presentar, incluso se podría decir imponer, sus peticiones. Y estas afirmaciones son numerosas.
Al final de la reunión, Édouard Philippe anunció dos medidas emblemáticas a las que la industria farmacéutica está muy apegada:
• La reducción a 180 días de autorizaciones de comercialización para nuevos productos, en lugar de 300 días actualmente. Esto a pesar de los muchos escándalos que sacuden actualmente al sector farmacéutico: Picks, Levothyrox, Dépakine, implantes mamarios …
• Un nuevo sistema para regular el precio de los medicamentos: una garantía mínima anual de crecimiento del 0,5% en la facturación durante los próximos tres años, una garantía de hasta el 3% para los llamados medicamentos “innovadores”. Pero, ¿quién decidirá que una molécula es realmente innovadora? Pero, ¿cómo es posible que la empresa ofrezca a una empresa privada una garantía de crecimiento?
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Entre las acciones que los laboratorios esperan poder llevar a buen término en un futuro cercano, citaremos en particular la obligación de la vacunación contra la gripe para los mayores de 65 años (al igual que los proveedores de agua, la industria farmacéutica adora a los consumidores cautivos) , el reembolso, o incluso, en algunos casos, la prohibición de medicamentos alternativos: homeopatía, uso de aceites esenciales, etc.
El mercado mundial de drogas ronda los 830 mil millones de euros anuales, lo que le da a sus jugadores una tremenda fuerza de ataque.
Podemos considerar que hoy la industria farmacéutica está fuera de todo control, que impone su ley a los Estados, así como a las autoridades internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) mediante una generalización de la corrupción. y conflicto de intereses. Este es un ataque adicional contra nuestros procesos democráticos.
Permítanme agregar que me fue imposible saber el lugar y la fecha de la próxima reunión del Dolder Club.
Entonces, una vez más, nuestro futuro colectivo se decide con procesos ilegítimos, en el subsuelo más perfecto, en la indiferencia general …
Nota del editor:
Nos hubiera gustado, a través de una foto, hacer que nuestros lectores admiren este hotel absolutamente extraordinario. Esto habría requerido el pago de derechos de autor a este hotel, que creemos que no es necesario.
Pero en Internet, en la dirección: The Dodler Grand, puede admirar el hotel y su sitio con una gran cantidad de fotos muy hermosas … e incluso reservar una habitación para sus vacaciones ((entre 600 y 900 € por noche).
- [1] Esta es “La carta de salud directa”. Tenga en cuenta que la fiabilidad general de este sitio también me parece incierta debido a sus ataques no calificados contra la medicina alopática.
- [2] Ver el excelente artículo en la revista Capital del 22/10/2018.
- [3] Tenga en cuenta que, según Le Canard Enchaîné, del 6/7/2017 y Wikipedia, el actual Ministro de Salud, Agnès Buzyn, ha tejido a lo largo de su carrera en organismos públicos vínculos muy estrechos con varias grandes compañías farmacéuticas. , lo que ha dado lugar a múltiples conflictos de intereses. Agnés Buzyn realizó numerosas misiones remuneradas para Novartis, Bristol-Myers Squibb y, entre 1998 y 2011, el laboratorio Genzyme, filial estadounidense de … ¡Sanofi!
Artículo publicado en francés en Geopolintel.fr
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