Casi todos los niños han oído hablar de las galletas Oreo. Lo que no saben es que la compañía ahora está promocionando el pecado antinatural de la homosexualidad en su anuncio, Proud Parent, y ha emitido una serie limitada de galletas rellenas de colores del arco iris. 

Oreo también alienta a las personas en las redes sociales a mostrar su aceptación publicando imágenes de lo que significa para ellos apoyar la agenda homosexual, incluida la etiqueta  #ProudParent  para que puedan tener la oportunidad de ganar las galletas de colores del arco iris de edición limitada. 

El anuncio,  Proud Parent,  gira en torno a una mujer que lleva a su pareja (otra mujer) a la casa de su familia. Al final del anuncio el padre pinta una bandera del arco iris en el exterior de la casada familiar, mostrando su apoyo al movimiento LGTBI

Oreo promueve la sodomía antinatural como algo que debería aceptarse como “normal”. El pecado de la homosexualidad no es normal sino un mal intrínseco. 

Oreo debería limitarse a promover y vender cookies, no a vender estilos de vida pecaminosos. 

La cookie suele estar conectada a recuerdos inocentes de la infancia. Ya no. Oreo ahora está promoviendo la agenda homosexual, que es muy perjudicial para nuestros hijos. 

Según Oreo, están comprometidos “a empoderar e inspirar a los padres, familias y aliados para que expresen su apoyo público”.

Es necesario promover la virtud y la castidad, no el vicio antinatural por lo que TFP América esta promoviendo una campaña para denunciar ante Oreo lo incorrecto de su campaña publicitaria.

Es necesario adoptar una postura basada en principios, no en opciones personales

Según refiere TFP América al escribir esta declaración, no tenemos la intención de difamar o desacreditar a nadie. No nos mueve el odio personal contra ningún individuo. Al oponernos intelectualmente a individuos u organizaciones que promueven la agenda homosexual, nuestra única intención es la defensa del matrimonio tradicional, la familia y los preciosos restos de la civilización cristiana.

Como católicos practicantes, estamos llenos de compasión y oramos por aquellos que luchan contra la implacable y violenta tentación del pecado homosexual. Oramos por aquellos que caen en pecado homosexual debido a la debilidad humana, para que Dios los ayude con su gracia.

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Somos conscientes de la enorme diferencia entre estos individuos que luchan con su debilidad y se esfuerzan por superarla y otros que transforman su pecado en motivo de orgullo y tratan de imponer su estilo de vida al conjunto de la sociedad, en flagrante oposición a la moral cristiana tradicional y ley natural. Sin embargo, también oramos por estos.

Oramos también por los jueces, legisladores y funcionarios gubernamentales que de una forma u otra toman medidas que favorecen la homosexualidad y el “matrimonio” entre personas del mismo sexo. No juzgamos sus intenciones, disposiciones interiores o motivaciones personales.

Rechazamos y condenamos cualquier violencia. Simplemente ejercemos nuestra libertad como hijos de Dios (Rom. 8:21) y nuestros derechos constitucionales a la libertad de expresión y la exhibición pública sincera, sin complejos y sin vergüenza de nuestra fe católica. Nos oponemos a argumentos con argumentos. A los argumentos a favor de la homosexualidad y el “matrimonio” entre personas del mismo sexo, respondemos con argumentos basados ​​en la razón justa, la ley natural y la Revelación Divina.

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