La Arquidiócesis de Nueva Orleans ha aconsejado a los católicos que no reciban la nueva vacuna contra el coronavirus de Johnson & Johnson, calificando la inyección de una dosis de “moralmente comprometida”.
En un comunicado el viernes, la organización religiosa dijo que la nueva vacuna debe evitarse debido a su vínculo con una “línea celular derivada del aborto” utilizada en las fases de desarrollo y producción de la vacuna.
Pero las vacunas disponibles de Pfizer-BioNTech y Moderna son “moralmente aceptables”, escribió la arquidiócesis, porque solo algunas pruebas de laboratorio utilizaron células madre de fetos abortados, lo que hace que su conexión con el aborto sea “extremadamente remota”.
“Sostenemos que la decisión de recibir la vacuna COVID-19 sigue siendo una decisión de conciencia individual en consulta con el proveedor de atención médica”, escribió la arquidiócesis. “Al hacerlo, aconsejamos que si la vacuna Moderna o Pfizer está disponible, los católicos deben optar por recibir cualquiera de esas vacunas en lugar de recibir la nueva vacuna Johnson & Johnson debido a su amplio uso de líneas celulares derivadas del aborto”.
La Arquidiócesis de St. Louis se hizo eco de preocupaciones similares el martes, diciendo que la última vacuna ” debe evitarse si hay alternativas (como Pfizer o Moderna) disponibles”, informó KTVI.
La vacuna Johnson & Johnson es la tercera vacuna COVID-19 autorizada para uso de emergencia en los EE. UU., Uniéndose a las vacunas Pfizer y Moderna en la lucha contra la pandemia. A diferencia de sus predecesores, la inyección de Johnson & Johnson solo requiere una dosis y tiene una tasa de eficacia general de alrededor del 66% para prevenir la infección por coronavirus de moderada a grave, informó McClatchy News.
Pfizer y Moderna tienen una tasa de eficacia del 95% contra el COVID-19 sintomático y requieren dos dosis separadas por unas pocas semanas.
El uso de células madre de fetos abortados con fines médicos ha sido criticado durante mucho tiempo por la Iglesia católica como “moralmente ilícito”. Sin embargo, el Vaticano aparentemente aprobó el uso de tales vacunas en diciembre, escribiendo: “Todas las vacunas reconocidas como clínicamente seguras y efectivas pueden usarse en conciencia con el conocimiento seguro de que el uso de tales vacunas no constituye una cooperación formal aborto del que derivan las células utilizadas en la producción de las vacunas “.
El Papa Francisco ha argumentado que las personas tienen la obligación moral de vacunarse contra el virus, aunque aún tiene que abordar específicamente la nueva vacuna de Johnson & Johnson.
“Es la elección moral porque se trata de su vida, pero también de la vida de los demás”, dijo en enero al TG5 de Italia. “Si los médicos le presentan esto como algo que saldrá bien y no tiene ningún peligro especial, ¿por qué no tomarlo?”
¿SE UTILIZAN CÉLULAS DERIVADAS DEL ABORTO EN LA VACUNA COVID-19 DE JOHNSON & JOHNSON?
La inyección de Johnson & Johnson es una vacuna de vector viral .
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Funciona mediante la entrega de un virus de ADN inofensivo llamado adenovirus que ha sido modificado genéticamente para que no pueda hacer copias de sí mismo en humanos o causar enfermedades, como una caja que contiene un manual fácil de usar sobre cualquier cosa y todo el coronavirus.
Estos tipos de virus, cuando no los manipulan los científicos, causan el resfriado común, “por lo que son buenos para transportar cosas a los humanos “, dijo la compañía.
Este virus modificado lleva instrucciones específicas a nuestras células que les enseñan cómo producir la proteína de pico que usa el nuevo coronavirus para infectar a las personas, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Y aquí es donde intervienen las células fetales humanas.
La vacuna de Johnson & Johnson utiliza una línea celular llamada PER.C6, un grupo de células que se pueden mantener en un laboratorio durante un período de tiempo prolongado, propiedad de Janssen, una subsidiaria de Johnson & Johnson, para producir cantidades masivas de adenovirus. utilizado en la vacuna COVID-19. Fueron hechos de células oculares de un feto de 18 semanas abortado en 1985, según Science.
Nuestras células luego muestran las proteínas de pico producidas con la ayuda de adenovirus en sus superficies como un trofeo en un pedestal, que el sistema inmunológico no reconoce. Esto desencadena la producción de anticuerpos que combaten el coronavirus y prepara al cuerpo para protegerse contra el patógeno si entra en contacto con él.
Este método es diferente de cómo funcionan las tomas de Pfizer y Moderna. En lugar de ADN, insertan ARNm, una molécula que ya se encuentra en el cuerpo, que almacena instrucciones que enseñan a nuestras células a hacer copias de la proteína del pico del coronavirus, lo que desencadena la creación de anticuerpos sin la ayuda de un virus inofensivo separado.
Sin embargo, ni la vacuna COVID-19 de Pfizer-BioNTech ni la de Moderna involucran células derivadas de tejido fetal abortado, según una verificación de datos realizada en diciembre por USA Today.
“Ni la vacuna Pfizer ni la Moderna utilizan líneas celulares que se originaron en tejido fetal extraído del cuerpo de un bebé abortado en ninguna etapa de diseño, desarrollo o producción”, informó la Universidad de Alabama en Birmingham en diciembre.
Al menos otros cuatro desarrolladores que trabajan en vacunas COVID-19 utilizan una de las dos líneas de células fetales humanas: PER.C6 utilizada en la inyección de Johnson & Johnson o HEK-293, “una línea de células renales ampliamente utilizada en la investigación y la industria que proviene de un feto abortado alrededor de 1972 ”, según Science.
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Entre ellos se incluyen CanSino Biologics, Inc./Beijing Institute of Biotechnology, University of Oxford / AstraZeneca, University of Pittsburgh e ImmunityBio / NantKwest.
Se espera que el lanzamiento de la nueva vacuna contra el coronavirus de Johnson & Johnson comience de inmediato con casi 4 millones de dosis listas para enviarse a todo EE. UU.
Este artículo se publicó en inglés en https://www.charlotteobserver.com/
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