Estimado Obispo Barron:

Cuando los que tienen autoridad religiosa roban a los fieles su herencia legítima, a veces se justifica un poco de justa ira.

Leí su artículo del 2 de marzo de 2021 titulado El camino evangélico de Word on Fire en el que critica tanto el catolicismo “beige” de los católicos liberales como los católicos tradicionales “devoradores de sí mismos”. Debido a que soy uno de esos católicos radicalmente tradicionales devoradores de sí mismos a los que se refiere, pensé que respondería públicamente a su carta pública, aunque sé que prácticamente no hay posibilidad de que lea esto. Hablo solo por mí en esta respuesta, pero creo que mis pensamientos y sentimientos representan los de muchos otros católicos tradicionales.

Estoy en un buen lugar para responder porque tengo cuarenta y tantos años y crecí en el mundo posterior al Vaticano II del Papa Juan Pablo II que ustedes estiman, ese mundo que afirman es el catolicismo “evangélico” en su máxima expresión representado por su trabajo en Word on Fire . Y tiene usted razón en que estoy enojado, de una manera justa, espero, acerca de dónde se encuentra la Iglesia en estos días. Tú también deberías estarlo.

Ya que sé que se oponen firmemente y probablemente nunca escuchen a esos católicos tradicionales radicales en las redes sociales y Youtube , los únicos lugares donde se discuten estos temas ya que han sido efectivamente prohibidos en la sociedad católica profesional “evangélica” educada, haré lo mejor para explicar mi enojo y por qué el meteórico aumento de la popularidad y el amor por el catolicismo tradicional está amenazando su reino católico ideal posterior al Vaticano II.

Esto es lo que a Su Eminencia le puede faltar: no siempre he sido un católico tradicional, y muchos de los que ahora encuentran el tradicionalismo tampoco lo han sido. De hecho, solo en los últimos cinco años he descubierto este tesoro escondido que varios Papas, obispos, clérigos y teólogos intentaron enterrar definitivamente después del Concilio. Habiendo asistido a la Misa Nueva durante toda mi vida, durante unos 40 años, ahora solo asisto a la Misa Tradicional en Latín. Anteriormente expliqué mis razones para cambiarme al TLM.

 Soy un católico tradicional ahora, no porque me oponga a los criminales archi-heréticos, comunistas y sexualmente pervertidos que secuestraron a la Santa Madre Iglesia y sus instituciones a las que usted amablemente se refiere como catolicismo “beige”; no, soy un católico tradicional porque su La generación de supuestos católicos evangélicos que buscaban comprometerse con la cultura moderna me empujó a hacerlo. Y por eso, estoy realmente agradecido.

Sí, somos críticos con el liberalismo dentro de la Iglesia y nos disgustan los escándalos sexuales de la Iglesia que parecen ser mucho más profundos de lo que pensamos. Pero, es incluso más que eso, y esto es lo que parece que no comprendes.

El primer problema es la falta de liderazgo de nuestros pastores en estos tiempos oscuros en los que los católicos son perseguidos en casi todas partes. Como puede ver, ni siquiera puedo usar mi nombre real cuando le escribo para proteger a mi familia y la capacidad de mantenerlos. También podemos ver la difícil situación de esos pobres católicos en China que son perseguidos sin ayuda. El aborto continúa sin cesar y ahora se le dice a toda la nación que tome vacunas probadas en líneas celulares derivadas de bebés abortados. Varios gobiernos están prohibiendo activamente la libertad de expresión y las organizaciones de medios sociales están apuntando a las ideas y pensadores católicos para su represión. La civilización occidental se está derrumbando frente a nuestros ojos y la jerarquía de la Iglesia no ha hecho literalmente nada al respecto. Este es un fracaso masivo en el liderazgo “pastoral”, como le gustaría llamarlo.

De hecho, es peor que no liderar. Podemos observar, dado que tenemos ojos, oídos y la capacidad de procesar información obvia, que una gran mayoría de la jerarquía de la Iglesia no solo está fallando en su deber de proteger a su rebaño como pastores, sino que está trabajando activamente con nuestros enemigos para cortarnos las piernas en la rodillas

 La jerarquía de la Iglesia trabaja de la mano con los mismos gobiernos que oprimen a los católicos fieles y está moralmente comprometida por la enorme cantidad de fondos recibidos de estos gobiernos. Vemos esto a nivel local con la USCCB trabajando de la mano con el gobierno federal.

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También vemos esto a nivel mundial. El Vaticano ignora la difícil situación de los perseguidos en China para hacer tratos con el régimen comunista chino que no tiene reparos en participar en el genocidio y destruir la Iglesia y su propiedad. El Vaticano se ha puesto efectivamente del lado del gobierno chino por el lado de los fieles católicos chinos.

Varios obispos ahora afirman que el aborto ya no es un “tema preeminente”, mientras que los sacerdotes les dicen a sus congregaciones que es aceptable votar a favor del aborto Biden y tomar una vacuna desarrollada usando líneas celulares de bebés abortados.

En todo momento, el liderazgo de la Iglesia, los pastores y los católicos laicos profesionales que ganan mucho dinero promoviendo el catolicismo “evangélico”, rutinariamente socavan y socavan a los tradicionalistas “radicales” que simplemente quieren que la Iglesia se adhiera a sus propias enseñanzas de acuerdo con a la Tradición apostólica.

Entonces, el problema no es con nosotros, el problema, con toda honestidad, es contigo y tus colegas en el movimiento católico “evangélico”. Y sí, llamo a SU marca de catolicismo un “movimiento” porque eso es lo que es. No es el católico tradicional el que corre el riesgo de salir de los confines de la Iglesia; son los modernistas y la mentalidad posterior al Vaticano II los que secuestraron la estructura de poder de la Iglesia los que se arriesgan al cisma.

Una de las mejores partes del descubrimiento del catolicismo tradicional es que abre la puerta a tantos recursos y pensadores que aquellos en su movimiento han intentado ocultarnos y enterrar para siempre. También aprendimos sobre lo que nos han robado, es decir, nuestra herencia católica que se desarrolló orgánicamente a lo largo de los siglos.

Ahora también conocemos los cambios en los ritos de los sacramentos impuestos en las décadas de 1960 y 1970 que nos privaron de las gracias y protecciones que antes brindaban nuestros antepasados. Sabemos de las travesuras que ocurrieron dentro del propio Concilio Vaticano II, donde protestantes y comunistas influyeron en el Concilio a medida que los esquemas originales (borradores de documentos) fueron destruidos a favor de aquellos que abrieron la puerta para que las ideas modernistas se extendieran dentro de la Iglesia. Sabemos de las bombas de tiempo intencionales colocadas en los documentos del Vaticano II que (aunque no sean heréticos en sí mismos) empoderaron al modernismo dentro de la Iglesia, a pesar de haber sido previamente condenado por el Papa San Pío X. Sabemos de la podredumbre y la corrupción financiera en el Vaticano. en sí mismo, mucho de lo cual fue pasado por alto e ignorado bajo Juan Pablo II y florece bajo el control de Francisco hasta el día de hoy.

Sus colegas clérigos pueden continuar “engañando” a los fieles y actuar como si fuéramos locos de la conspiración e insinuar que somos cismáticos todo lo que quiera. Si bien eso puede haber funcionado durante varias décadas desde el Concilio, ya no funciona porque ahora los fieles pueden ver por sí mismos la corrupción, la maldad y la herejía que impregna la Iglesia. Dios está quitando el velo de estas cosas y no es bonito.

Estamos aprendiendo de los grandes santos del pasado (de los que afirman hablar tan bien) lo que realmente significa la Misa y el poder que tiene. Debido a esto, nuestros ojos ahora están abiertos a la realidad de lo que ha sucedido con la liturgia desde el Vaticano II.

Podemos ver por nosotros mismos que la Misa del novus ordo es obviamente una invención inferior influenciada por los protestantes, construida artificialmente que impacta fundamentalmente la fe de los católicos, para peor. Ahora entendemos que la Misa es sobre el Sacrificio de Cristo, no una gran comida de comunión donde la familia se reúne y escucha al Padre Bill hacer bromas y aplausos fuertes cada semana entre el coro cantando canciones de John Denver. No, esos días terminaron para los católicos tradicionales.

Podemos ver la falta de respeto hacia el Cuerpo y la Sangre del Señor que ocurre rutinariamente en las misas novus ordo todos los días cuando el Señor es arrojado al suelo y pisoteado después de que las manos no consagradas de hombres y mujeres laicos entreguen la Sagrada Eucaristía a quienes están abiertamente en un estado. del pecado mortal con la aprobación de sus pastores. Podemos ver claramente todo este abuso litúrgico en tiempo real, y tuviste la audacia de preguntarte por qué tantos católicos no creen en la Presencia Real.

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Y para colmo, justo cuando no pensamos que podría empeorar, poco después de que Jorge Bergolgio (también conocido como el Papa Francisco) adorara abiertamente a los ídolos demoníacos de la Pachamama en el Vaticano, y después de que su movimiento católico “evangélico” realmente intentara defender estos actos abominables, las puertas de los edificios de la iglesia, junto con el acceso a los sacramentos, fueron cerradas a los fieles por los obispos a causa de un virus del resfriado. Sus compañeros obispos pueden controlar la propiedad de la Iglesia, pero no son dueños de la fe.

En conclusión, sí, creo que estoy enojado y también lo están decenas de miles de otros católicos “devoradores de sí mismos” que descubrieron la belleza infinita de la Verdad preservada por la Iglesia Católica y sus enseñanzas. Realmente solo toqué la superficie de la indignación y el abandono que experimentamos como resultado de las acciones de los encargados de liderar y proteger a la Iglesia. Pero a diferencia del clero modernista que se niega a predicar la Verdad para salvar almas, espero que esta aguda respuesta a su artículo lleve a casa un punto esencial:

Los católicos tradicionales descubrieron un tesoro perdido en la Santa Madre Iglesia y la Misa tradicional en latín que muchos trataron de esconder y robarnos durante los últimos 50 años. A diferencia de los cismáticos protestantes que abandonaron la Iglesia, los tradicionalistas se quedarán y lucharán por Ella. Somos obedientes a Dios y al Magisterio Apostólico de la Iglesia que nos fue transmitido a lo largo de 2000 años. Estamos bien dentro de los confines de la Santa Madre Iglesia; la verdadera pregunta es si USTED está dispuesto a subirse a bordo. Créame, Eminencia, le encantará.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en https://catholicesquire.org/

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