A lo largo de la historia concilios varios ha organizado la Santa Madre Iglesia, salvo excepciones, para fortalecer las labores de apostolado, Verdad a defender y Cristiandad (solo hubo uno problemático en gran medida, y no solo por la excusita del “espíritu” que le acompañó, sino el fondo del mismo).

Nuestra causa conjunta, dispuesta a coger lo mejor de la batalla y causa religiosa y espiritual (ORACIÓN, ORACIÓN Y ORACIÓN) es como sabemos un objeto de continuas infiltraciones que buscan por sí mismas el conflicto, pese a que todo lo hemos dejado siempre claro: lo que dijo el Papa Pío sobre los Judíos y la férrea teoría antiliberal del Padre Sardá y Salvany. O que los ricos no tienen patria, como diría José Antonio Primo de Rivera.

Para nada voy a repetir lo mismo, pero ya sabemos: creencias de que el cristianismo y la salvación de las almas son tener grandes negocios educativos e inmolarse en bancos arruinados u otras empresas, pensar que hay que dar libertad para enriquecerse desmedidamente, cuando ya hemos dicho que el libre mercado es un pecado que no tiene en cuenta a la libertad de la persona, que eso de los fueros no puede consentirse que sea caldo de cultivo de paranoias de anarcocapitalistas, “voto útil”, defensa de Estados luciferinos tan solo porque no tienen como oficial la Sharía en Oriente Medio.

Por ello, como laicos, heraldos de la tradición, apóstoles seculares, donde sea, porque aquí sí que importa más el fondo que la forma, como sea, habría que convocar una especie de Concilio o mera convención humilde cuyos resultados sean el verdadero honor.

No me importará que se debata. Para eso se haría, pero yo creo que habría que cerrarles la frontera a nuestros falsos amigos, en base a una serie de puntos, que orienten y sirvan de aviso y advertencia:

• Que lo más importante sea ser católico no implica que tengan cabida visiones usureras, que creen que es más santo en su trabajo el que sea millonario o tenga influencias empresariales (no hablo en concreto de nadie).
• Que el libre mercado no tiene nada que ver con la subsidiariedad, sino con una confianza en fuerzas desordenadas y en la rienda suelta al pecado que caracteriza por desgracia al hombre. La economía libre es tan peligrosa a largo plazo como en el medio la sexualización compulsiva.
• La libertad religiosa es la antesala al relativismo, ya sea clericalmente o secularmente reconocida.
• No se puede votar a partidos políticos que aunque se vendan como “antiprogres” no solo defiendan la Constitución, sino que defienden la libertad de mercado y la libertad religiosa, de expresión y de enseñanza.
• La cuestión dinástica de nada sirve si no se arregla antes toda catarsis social. Lo actual es un “Borbón liberal”… Pero habría que tener cuidado con aspirantes al trono que defienden la Agenda 2030.
• VOX es disidencia controlada, no hay otra. 
• El paleolibertarismo o anarcotradicionalismo es una banda corrosiva con piel de cordero que aparenta avergonzarse de algunos de los errores de la libertad liberal.
• El sionismo es enemigo de la Cristiandad. El Estado de Israel no puede defenderse si se es católico Los sionistas no son más que nadie.

Igual ambiciosa y pretenciosa soy, pero quizá esto sirva para solucionar el problema y reforzar la neutralización, porque en algunos medios y universidades siguen dando cancha a la infiltración con redes internacionales no hispanas.

¡VXR!

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