El Tribunal Constitucional declara inconstitucional los dos Estados de Alarma. Era algo evidente y numerosos juristas ya lo anunciaron en un principio, pero no les importó. No me creo que el Gobierno no tuviera asesores suficientes para advertirle sobre ello, pero dio igual. Los dos Estados de Alarma ya se han declarado nulos y el Gobierno sigue adelante, nadie sufrirá consecuencias. Por supuesto, los distintos gobiernos regionales, también adoptaron, en virtud del Estado de Alarma y de las competencias cedidas por el Gobierno Central, numerosas medidas que atentaban directamente contra nuestras libertades. No obstante, ellos tampoco sufrirán consecuencias.

La Constitución y el sistema del 78 que tenemos en España son, sin duda, papel mojado y claro ha quedado con todo lo sucedido en esta pandemia. Recortaron las libertades hasta extremos inimaginables, no nos dejaron salir de nuestras provincias y a muchos, incluso de nuestras ciudades y pueblos. La autoridad del Estado se convirtió en algo agobiante y las personas que salían cada día de sus casas a ganarse el pan lo hacían con mayor dificultad. Preguntemos a los hosteleros que además se enfrentaron a situaciones cambiantes y aleatorias.

El resultado de la pandemia ya lo hemos visto: mala gestión, ruina económica y un peso fiscal inasumible para buena parte de los españoles que diariamente ven como su calidad de vida ha descendido en tiempo récord. La solución no es sencilla, el sistema de partidos se protege bien así mismo y pase lo que pase, ellos querrán seguir llevando el timón. Siempre los mismos partidos, las mismas ideas ya caducas y un sistema que desde que ha llegado lo único que ha hecho es endeudarnos cada día más, con las consecuencias que tiene esto para la ciudadanía y que, por supuesto, a este grupúsculo de políticos irresponsables les da lo mismo. Ya es hora de que esto cambie.

COMPARTE: