POR JEREMÍAS HARRISON

La Iglesia tiene un antiguo almacén de vastos tesoros, viejos y frescos como el rocío de la mañana . La mayoría de nosotros los hemos olvidado, estos tesoros que solían estar en la vida cotidiana del campesino más simple de la Europa medieval. Las fiestas y ayunos, conmemoraciones, procesiones, oraciones e himnos que componen el año litúrgico tradicional de la Iglesia fueron la base misma de la cultura católica en esa época. Varias generaciones se reunían y celebraban San Miguel en el verano, los niños iban en procesión por las Martinmas al final del año y una gran cantidad de otras prácticas litúrgicas. Hoy, prácticamente todo esto se ha perdido para la mayoría de los católicos. La mayoría de los católicos ni siquiera saben lo que no saben. Mi esposa y yo ciertamente no lo hicimos hace años, y todavía estamos investigando.

Y sin embargo, en medio de la crisis dentro de la Iglesia, con la antipatía de tantos en la jerarquía hacia las tradiciones y, aparentemente, la Tradición de la Iglesia, algo está floreciendo. No es ningún secreto que las familias jóvenes están redescubriendo la Tradición en masa. Los enemigos dentro y fuera de la Iglesia pensaron que habían eliminado toda esta “rigidez”. Diane Montagna, en la Conferencia de Identidad Católica más reciente, compartió cómo un cardenal de alto rango estaba molesto porque trece mil personas se habían inscrito para la peregrinación de Chartres en Francia. Incluso con el último motu proprio, realmente creo que este gato no volverá a meterse en la bolsa.

Y así, las madres y los padres en sus hogares han comenzado a redescubrir e intentar recuperar viejas tradiciones . Las mamás jóvenes e inteligentes comparten ideas en las redes sociales sobre las diferentes prácticas que hacen, las manualidades que hacen, las recetas que hacen para celebrar los santos y las fiestas del año. Algunas parroquias han podido organizar procesiones, como a Nuestra Señora de Fátima el 13 de octubre, aniversario del milagro del sol. Pero, aún así, es muy difícil en nuestras vidas modernas y ocupadas mantenerse al día con todo esto, y muchos están silenciosamente desanimados y pueden hacer muy poco.

Mi esposa, Michaela, es una de esas mamás. Ella y yo hemos luchado por encontrar cosas que podamos poner y usar en nuestro hogar para ayudar a que el año litúrgico sea más visible para nosotros y los niños. Somos oblatos de la Abadía Benedictina Tradicional junto a la que vivimos, y los monjes viven la liturgia de una manera tan profunda que queremos vivirla también. Pero, ¿cómo se hace esto con un grupo de niños pequeños que no se sientan tan quietos como lo hacen los monjes en la sillería del coro?

Entonces, Michaela ha intentado cosas diferentes. Ella solía encontrar una foto del santo del día en la web y la imprimía para poner en la mesa y mostrársela a los niños. Ha comprado algunas cosas aquí y allá que pudo encontrar, pero nada realmente se quedó. La mayoría de las cosas que existen son únicas y no siempre van bien juntas. Ella es una artista, y para que esto funcione, tenía que ser hermoso.

Decidió hacer algo, un calendario . No recuerdo cómo progresó esta idea, pero en poco tiempo lo que ella comenzó a hacer tomó vida propia y se ha convertido en lo que ahora llamamos, El Año Litúrgico Ilustrado . Con los calendarios litúrgicos que todos tenemos ahora, tienes una hermosa imagen en la parte superior y luego una serie de cuadrados con espacio para notas y que te dicen lo que necesitas saber sobre ese día. Es más una herramienta ordinaria en el hogar para los adultos.

¿Y si tuvieras algo que estuviera completamente ilustrado? Cada día tendría una imagen a todo color del santo, fiesta o conmemoración. Los días podían mostrarse juntos en un marco que en sí mismo parecía una pieza de arquitectura. Esos marcos estarían diseñados para reflejar la temporada litúrgica, y las imágenes podrían estar en los bordes que muestran otros aspectos de la liturgia que la Iglesia nos llama a meditar en esa semana y temporada. Las ilustraciones se enmarcarían en madera para simbolizar la cruz durante la Cuaresma y Adviento, luego darían paso a incrustaciones de oro para Navidad y piedra blanca brillante para toda la temporada de Pascua. 

Con algo como esto en su pared, toda la familia podría ver de un vistazo algo así como un ícono de íconos con la narrativa divina visible para ver. Los niños veían a un santo sosteniendo una palma y una espada y se preguntaban por qué. Notarás claramente cómo la Epifanía es más que solo la venida de los sabios, abarca el Bautismo o Nuestro Señor y la Fiesta de Bodas en Caná, los cuales siempre caen durante la temporada de Epifanía.

Nuestras casas están destinadas a ser talleres de santidad, escuelas de santidad. Los hijos de San Benito le han mostrado esto a mi familia. En cualquier buen taller, necesitas herramientas, y esas herramientas deben ser de calidad. Las principales herramientas visibles que tenemos hoy son cosas como el Rosario, los Iconos y un altar familiar. Solo hay una buena respuesta para la tormenta y la crisis que atravesamos todos los días ahora, y es aferrarnos firmemente a esas herramientas, poner los ojos de nuestra alma en Cristo e ir con valentía a donde Él nos lleve, porque Él ha prometido guiarnos al cielo, y no falla.

Queremos ofrecer a la Iglesia lo que esperamos sea una herramienta pequeña pero útil para ayudar a los católicos a habituar el año litúrgico en su vida diaria. Se necesitará mucho más para lograr esa tarea, pero creemos que estos calendarios ilustrados podrían ayudar de una manera pequeña. Sophia Institute Press ha considerado oportuno magnificar nuestros esfuerzos y está publicando El año litúrgico ilustrado en 4 volúmenes, comenzando con el volumen 1, El ciclo de Navidad, que se publicará a tiempo para el Adviento.  

Este calendario está destinado a ser un calendario anual que se renueva cada año. Visite el sitio web de Sophia para obtener más detalles y comience a abrazar las tradiciones que han estado ocultas durante tantos años.

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Este artículo se publicó originalmente en inglés en crisismagazine.com

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