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Análisis

“Para la salvación pone muros y murallas”: fronteras protectoras desde un punto de vista bíblico

Imagen con licencia Pixabay

Las reacciones de las Iglesias católica y protestante en Alemania ante la amenaza al flanco oriental de Europa por la migración ilegal crean la impresión de que consideran la protección de las fronteras como ilegítima. Sin embargo, no está claro en qué fundamentos intelectuales se basa esta evaluación. La protección de las fronteras estatales contra amenazas externas no es solo un requisito de la enseñanza social cristiana, sino que también corresponde a la cosmovisión bíblica, que afirma consistentemente la protección de las fronteras de la propia comunidad.

En primer lugar, debe tenerse en cuenta que los libros de la Biblia no representan una instrucción política que pueda transferirse directamente al presente, y que la cosmovisión que se reproduce allí también se ocupa de los tratos individuales con extraños necesitados.1 En el caso específico, sin embargo, se trata del uso de la inmigración ilegal como arma política contra Europa. El hecho de que surjan emergencias en este contexto, por ejemplo porque los padres exponen a sus hijos al peligro cuando intentan ingresar ilegalmente a Europa, es un tema aparte. Esto no se discutirá en detalle aquí porque el estado bielorruso es responsable de resolver esta emergencia causada por él y los migrantes en su territorio, mientras que los estados de Europa son los principales responsables de proteger a sus comunidades. La ética política, cuya base fue formulada en la Biblia, se ha probado en los tres milenios de su existencia como base suficientemente estable para llevar a cabo esta tarea.

La afirmación de las fronteras políticas y su protección en el Antiguo y Nuevo Testamento

La Biblia afirma consistentemente los límites políticos siempre que sirvan para proteger la propia comunidad. La disolución o el cambio de fronteras se condena en el Antiguo Testamento como un acto de injusticia y robo perpetrado por los más fuertes contra los más débiles.2 En la ley de Moisés, el movimiento de linderos está expresamente prohibido en varias ocasiones.3 El profeta Isaías condenó decididamente la disolución de las fronteras por parte de los asirios. Su rey “quita las fronteras entre los pueblos” y saquea sus tesoros.4

En el Nuevo Testamento, también, los límites políticos y su protección generalmente se evalúan positivamente. Según el apóstol Pablo, la división de la humanidad en pueblos es la voluntad de Dios. Dios estableció los “límites de sus hogares”.5 La autoridad estatal que opera dentro de estos límites también es parte del “orden de Dios”, y “no en vano lleva la espada”.6

Construir muros y fronteras protectoras como buena acción política

En el Antiguo Testamento hay numerosas menciones a las murallas de la ciudad, que simbolizan la protección contra amenazas y peligros en general. La construcción y el refuerzo o reparación de tales muros se utilizan como imágenes de una conducta buena, justa y responsable, y se reconocen los logros correspondientes de los gobernantes:

  • Donde los líderes políticos del pueblo de Israel garantizaban la seguridad de la comunidad en obediencia a Dios, según el profeta Isaías, la gente podía cantar con gratitud: “Tenemos una ciudad fuerte. Para la salvación pone muros y murallas “.7 Los Salmos también exhortan a los habitantes de la ciudad de Jerusalén a dar gracias porque Dios “cerró los cerrojos de tus puertas” y, por lo tanto, hizo posible la paz dentro de las fronteras fortificadas de la ciudad.8
  • El rey Ezequías (aprox. 750-696 a. C.) se describe en la Biblia como la figura ideal del gobernante secular. Entre todos los reyes de su pueblo, “que vinieron después de él o vivieron antes que él, no hubo ninguno como él”. Su obediencia a Dios y sus mandamientos fue completa.9 También protegió a su pueblo de los conquistadores asirios construyendo, fortaleciendo y reparando los muros protectores de Jerusalén.10

Los logros en la construcción y reparación de muros protectores también son enfatizados positivamente por otros reyes del pueblo de Israel. Este es también el caso de los reyes negativos o ambivalentes. Sobre el rey Asa (gobernó desde el 913 hasta el 873 a.C.) dice algo como:

“Asa hizo lo recto y recto ante los ojos del SEÑOR su Dios. […] El imperio descansó bajo él. […] Debido a que el país estaba tranquilo y porque no tuvo que hacer la guerra en esos años, Asa pudo construir fortalezas en Judá. Porque el Señor le había dado descanso. Entonces dijo a los hombres de Judá: Edificaremos estas ciudades y les daremos muros, torres, puertas y barras; porque la tierra aún es libre ante nosotros. Porque hemos buscado al SEÑOR nuestro Dios con ansias, él nos ha dado descanso por todos lados. Para que pudieran construir y tener éxito “.11

El rey David ya comenzó a fortificar Jerusalén con un muro, cuya construcción se completó bajo el gobierno del rey Salomón. La importancia del muro de Jerusalén se subraya por el hecho de que se menciona como el único proyecto de construcción además del templo.12

El libro de Nehemías trata esencialmente de la renovación de los muros de Jerusalén, que se describe como un requisito previo para la salvación de la ciudad y el pueblo de Israel. Nehemías, que era judío al servicio del rey persa Artajerjes I, lloró cuando escuchó que los muros de la ciudad santa habían sido destruidos y que estas amenazas eran indefensas. Se fue a la ciudad con un grupo de soldados para volver a ponerla a salvo y permitir una restauración de la religión y una renovación de la tradición:

“Luego salí por la noche, pero solo llevé a unos pocos hombres conmigo. Todavía no le había dicho a nadie lo que mi Dios me había dado para hacer por Jerusalén. […]

Así que salí por la puerta del valle de noche. Pasado el manantial del dragón llegué a la puerta de ceniza. Visité los muros de Jerusalén: habían sido derribados y las puertas consumidas por el fuego. […]

Ves por ti mismo la miseria en la que vivimos: Jerusalén está en ruinas y sus puertas se han quemado. ¡Vayamos y reconstruyamos los muros de Jerusalén! Así es como acabamos con nuestra vergüenza. […]

Pero cuando Sanbalat y Tobías, así como los árabes, los amonitas y el pueblo de Asdod se enteraron de que la reconstrucción del muro de Jerusalén se estaba llevando a cabo, porque las brechas se estaban cerrando gradualmente, se enojaron y todos juntos conspiraron para ir a la guerra contra Jerusalén tira y causa malestar allí. Pero oramos a nuestro Dios y nos mantuvimos en guardia día y noche para protegernos de ellos. […]

Los examiné, luego me levanté y les dije a los señores, a los oficiales ya los demás hombres: ¡No les tengan miedo! Acuérdate del Señor; es grande y aterrador. ¡Lucha por tus hermanos e hijos, por tus hijas y esposas y por tus casas! […]

Desde ese día solo la mitad de mi gente ha estado trabajando en la construcción; la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y armaduras preparadas, y los coroneles estaban detrás de todo el pueblo de Judá que estaba construyendo el muro. Los porteadores trabajaban así: hacían su trabajo con una mano y la jabalina en la otra. […]

Así que trabajamos en la construcción mientras la mitad de ellos tenían sus lanzas listas, desde el amanecer hasta la salida de las estrellas “.13

Aquí, el muro de Jerusalén se usa más allá de la descripción de los eventos históricos como una imagen del mandato de proteger físicamente al pueblo de Israel de sus enemigos y proteger su identidad religiosa. En consecuencia, Nehemías primero renovó los muros de la ciudad para protegerse de las amenazas externas antes de renovar también el interior de Jerusalén. La construcción del muro protector se muestra aquí como un servicio a Dios y su pueblo, querido por Dios. En otras partes del Antiguo Testamento, la perspectiva de que los muros protectores de Jerusalén pudieran ser reconstruidos se usa como una imagen de un futuro más brillante.14

Construir muros como imagen para el servicio a los demás.

En el Antiguo Testamento, la construcción de muros y torres también se utiliza como imagen para el servicio protector del prójimo. La persona que levanta el muro asume la responsabilidad personal de otras personas y de la comunidad. En este contexto, también se utiliza la imagen del guardia que vigila los muros para defender a la comunidad. Quienes no cumplen debidamente este mandato en sentido directo e indirecto, por ejemplo porque ignoran amenazas y peligros, son condenados como “guardias ciegos”, entre otras cosas. Según el profeta Isaías, por ejemplo, Dios ha puesto centinelas en los muros de Jerusalén, que se supone deben recordar a los habitantes de la ley de Dios y amonestarlos para que la guarden.15

El profeta Ezequiel entregó esta palabra de Dios a la acusación contra los “profetas necios” que fallan en su tutela:

“No saltaste a la brecha. No erigiste un muro para la casa de Israel para que pudiera soportar la batalla en el día del Señor “.16

En otra parte de este libro se describe que Dios buscó en vano a un hombre que se opusiera a las malas acciones de las élites del país “construyendo un muro”:

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“Así que estaba buscando a un hombre entre ellos que construyera un muro y entrara en la brecha frente a mí por el país para que yo no tenga que destruirlo; pero no encontré ninguno “.17

Dios llamó al profeta Jeremías “a la ciudad fortificada, la columna de hierro y el muro de bronce” contra las élites corruptas de su tiempo, que podían luchar contra él pero no derrotarlo.18 El muro no debe entenderse aquí en un sentido físico, sino como una imagen de la obra de los profetas, quienes, en su tutela, advierten de peligros y amenazas y denuncian la mala conducta de las élites políticas y religiosas.

La falta de muros protectores deja a las personas a merced de los enemigos.

La falta de límites protectores se menciona en el Antiguo Testamento solo en un contexto negativo:

  • Según el profeta Ezequiel, Dios advierte que la “tierra desprotegida”, cuya gente pacífica vive “sin muros” y sin “rejas y puertas”, está indefensa contra las obras del mal.19
  • El rey David oró a Dios para que “reconstruyera los muros de Jerusalén”.20 En el contexto de este Salmo, el muro destruido representa el pecado de David o el hecho de que entregó amenazas a Jerusalén a través de su pecado. En la Biblia, las paredes también representan una falta de autocontrol. Una “ciudad con una muralla rota” es como “un hombre que no puede controlarse a sí mismo”.21

En el Libro de Proverbios, un muro en ruinas representa la negligencia nacida de la indolencia que deja a las personas a merced de la angustia y las amenazas:

“Pasé por el campo de un holgazán, el viñedo de una persona incomprensible: mira allí, estaba cubierto de cardos, su superficie cubierta de maleza, su muro de piedra derribado. Lo vi y lo pensé, lo miré y extraje la lección: dormir un poco más, dormir un poco más, cruzar los brazos un poco más para descansar. La pobreza se apodera rápidamente de ti, necesitas como un hombre armado “.22

La caída de los muros protectores también se usa en la Biblia como símbolo de tiempos de necesidad.23 y grietas y huecos en las paredes como una imagen de amenazas no resueltas.24 El día del “colapso de las torres” es el “día del gran asesinato”.25

En las descripciones históricas del Antiguo Testamento, la destrucción de los muros de las ciudades del pueblo de Israel también se presenta como parte de las catástrofes, las cuales se entienden como castigos de Dios. Tales enemigos “quemaron la casa de Dios, derribaron los muros de Jerusalén, prendieron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos los utensilios valiosos”.26 En las Lamentaciones de Jeremías con motivo de la conquista y destrucción de Jerusalén en el 586 a. C. La caída de las murallas de la ciudad se describe como el comienzo de una época de gran necesidad para la gente de la ciudad:

“El Señor ha despreciado su altar, ha rechazado su santuario, ha entregado los muros de los palacios de Sion en manos del enemigo. […] El SEÑOR planeó derribar el muro de la hija de Sion. […] Dejó muros y muros para llorar; juntos se hundieron. Sus puertas se hundieron en la tierra, y él destruyó y rompió sus barrotes “.27

Las consecuencias de destruir las murallas de las ciudades o la incapacidad de protegerlas incluyen la muerte, la violación, la esclavitud, el desplazamiento, la sumisión y la destrucción de la propia religión en el relato del Antiguo Testamento.

El derribo de muros por miembros de la comunidad protegidos por ellos o su liderazgo no se describe en la Biblia. La razón de esto es presumiblemente que tal acto sería impensable en la cosmovisión bíblica. Incluso los peores gobernantes descritos en el Antiguo Testamento nunca llegaron a querer destruir los muros protectores de su propia comunidad.

Superar fronteras como enfrentamiento activo con los oponentes

La Biblia también describe una forma valorada positivamente de superar los límites. Esta forma se representa simbólicamente masculina y supera las fronteras al influir activamente en el mundo, por ejemplo, al enfrentarse a oponentes y desafíos. En el Antiguo Testamento se trata de superar las fronteras de los enemigos políticos, mientras que en el Nuevo Testamento se trata de superar las cosmovisiones anticristianas que se comparan con las fortalezas.

En los Salmos, se alaba a Dios por hacer posible que el rey David derrotara a sus enemigos. En este contexto dice: “Contigo asaltaré muros, con mi Dios saltaré muros”.28 Este versículo se cita parcialmente fuera de su contexto para dar a la idea de disolver las fronteras políticas en el sentido de ideologías utópicas una aparente legitimación bíblica. De hecho, sin embargo, los límites que se superan aquí no son los de la propia comunidad, sino los de un enemigo, como muestra la lectura de todo el Salmo.

El apóstol Pablo usó un motivo similar al describir la lucha contra las cosmovisiones anticristianas, que comparó con las fortalezas enemigas:

“Vivimos en este mundo, pero no luchamos con las armas de este mundo. Las armas que usamos en nuestra campaña no son terrenales, pero tienen el poder a través de Dios de destruir fortalezas; con ellos derribamos todas las elevadas estructuras de pensamiento que se elevan contra el conocimiento de Dios “.29

Siguiendo las palabras citadas anteriormente, Pablo escribió que Dios le había dado su autoridad “para que yo edifique contigo, no para que derribe”.30 Esto implica que evalúa positivamente el fortalecimiento y protección de los límites metafísicos de su propia religión.

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Fortificaciones como símbolos de Dios y la fe

En la Biblia, los muros también son un símbolo de todo lo que fortalece y protege a una comunidad, especialmente de la fe y la obediencia a Dios.

En el Antiguo Testamento, las armas defensivas como los escudos, pero también los castillos y las torres se utilizan como imágenes de Dios. En los salmos, se hace referencia a Dios varias veces como “nuestro castillo”.31 , “mi castillo”32 y “Castillo para tiempos de necesidad”33 así como “escudo y protección”34 designados. Partiendo del texto del Salmo, Martín Lutero compuso la canción “Un castillo fuerte es nuestro Dios” entre 1520 y 1530, en la que llama a Dios “una buena defensa y armas”. Supuestamente también se refirió al profeta Samuel, quien llamó a Dios “mi castillo fuerte”.35

En los Salmos, también se hace referencia a Dios como “una torre poderosa ante mis enemigos”.36 El libro de Proverbios también dice: “El nombre del Señor es una torre fuerte; allí el justo se apresura y está a salvo”.37 El profeta Isaías dijo que Dios es exaltado “sobre toda torre alta y todo muro sólido” para subrayar el poder de Dios y para llamar a la gente a la humildad y la obediencia a Dios.38 Para el profeta Miqueas, una “torre protectora para el rebaño” es un símbolo de buen gobierno político.39

Antecedentes

Un ejemplo de la remodelación de partes de la Iglesia a través de ideologías de delimitación es un sermón del obispo católico Franz-Josef Overbeck el año pasado, en el que condenó fundamentalmente las fronteras, así como los “mecanismos de defensa y aislamientos” de todo tipo. Suceden cosas “indescriptibles” “cuando la gente se aparta”. “Mala suerte” es el resultado. Debe superarse el “horror de las zonas de seguridad, la demarcación y la frialdad demostradas por la violencia”. El evangelio es “una buena noticia de la delimitación”.40 Overbeck (como muchos otros) reinterpreta el hecho de que el mensaje cristiano se dirige a todos los pueblos como un llamado a la abolición de las fronteras políticas. Los pensamientos bíblicos descritos anteriormente, así como el bien común de la enseñanza social cristiana, pasan a un segundo plano. El impulso activo universal del cristianismo, que traspasa fronteras trabajando en el mundo y configurándolo a su manera, es aquí aparentemente reemplazado por un impulso pasivo que se abre al mundo para ser moldeado por él.

El teólogo protestante Günter Thomas enfatizó en su discusión de este problema que el debate migratorio está dominado por la creciente implementación de “un universalismo moral radical, absolutizador y verdaderamente ilimitado” en la vida política de Alemania, que también ha afectado a las iglesias. Esta ideología rechaza las fronteras territoriales como una forma de “aislamiento”. Se caracteriza por una falta de realismo, una falta de comprensión de los límites de las propias acciones y una falta de voluntad para asumir la responsabilidad de la propia comunidad. A pesar de los efectos dañinos que esto tuvo y continúa teniendo, sus seguidores por lo general actuaban con una actitud demostrativa, moralista,41 (sw)

Este artículo se publicó en alemán en renovatio.org

Fuentes

  1. Por ejemplo en Ex 22.30 y 23.9.
  2. Hola 24, 2-4.
  3. 5 Mos 27, 5. Mos 19.
  4. Isa 10, 7-13.
  5. Apg 17,26.
  6. Rom 13, 1-7.
  7. Isa 26,1.
  8. Ps 147, 13-14.
  9. 2. Género 18, 5-6.
  10. 2do Chr 32, 5o ciento.
  11. 2 Crónicas 14, 1-6.
  12. Género 3.1.
  13. Neh 2-4.
  14. Mi 7, 11.
  15. Isa 62,6.
  16. Hes 13,5.
  17. Él 22,30.
  18. Jer 1,18 f.
  19. Él 38,11.
  20. Ps 51,20.
  21. Spr 25.28.
  22. Spr 24, 30-34.
  23. Alrededor de Isa 22,5.
  24. Jes 30,13; Hola 30.14.
  25. Isa 30.25.
  26. 2 Crónicas 36, 19.
  27. Klgl 2, 7-9.
  28. Ps 18,30.
  29. 1 Cor 10: 3-7.
  30. 1 Corintios 10.8.
  31. Ps 46,8.
  32. Sal 18: 3 y Sal 91: 2.
  33. Ps 9,10
  34. Ps 91,4.
  35. 2 Sam 22, 33.
  36. Ps 61,4.
  37. 18 de abril, 10-11.
  38. Isa 2,15.
  39. Mi 4,7.
  40. Franz-Josef Overbeck: “Sermón en la Oficina Pontificia para la Solemnidad de la Epifanía (Jk A)”, 6 de enero de 2020, URL: https://www.bistum-essen.de/fileadmin/relaunch/Bilder/Bistum/ Bischof / Texte_Ruhrbischof /Predigt_-_Erscheinung_des_Herrn_-_6.01.2020.pdf , consultado: 10.11.2021.
  41. Günter Thomas: “Trenes kafkianos. Sobre el alcance de la responsabilidad y el poder frente a la crisis de los refugiados ”, Zeitzeichen , núm. 08/2016, págs. 12-15.

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