Desde hace algún tiempo, han aparecido más y más publicaciones en Alemania en las que los cristianos orientados a la tradición son retratados como una amenaza. Los métodos utilizados para construir esta imagen del enemigo son similares a los utilizados por los servicios secretos comunistas en el momento del conflicto Este-Oeste. Originalmente clasificados como documentos “ultrasecretos” del Ministerio de Seguridad del Estado de la RDA, que tratan de la lucha contra los “cristianos reaccionarios”, muestran conspicuos paralelismos en contenido con las publicaciones mencionadas.

De particular interés en este contexto son las actas de una conversación entre los generales Erich Mielke (Jefe de Seguridad del Estado de la RDA) y Leonid Schebarschin (Jefe de Espionaje Extranjero de la KGB soviética) , que tuvo lugar unas semanas antes del colapso de la RDA.^{1 Las} “fuerzas reaccionarias de la Iglesia” se denominan aquí “enemigos” o como la mayor amenaza para el socialismo:

• El trabajo de estos cristianos es visto como parte de una “conspiración” global que cuestiona los fundamentos ideológicos de los estados comunistas (que fue considerado como ” desvío político-ideológico ” y fue entendido como un ataque) y que, al abordar los problemas sociales, también Evita la ” agitación antiestatal ” culpable. El “oponente” controla las actividades correspondientes “a través de las fronteras nacionales”, por ejemplo, organizando “reuniones con personas de ideas afines”, “incluso con países antisocialistas de países occidentales” para que los cristianos se conviertan en un “factor de poder sociopolítico”. Estos y otros miembros de la oposición son “elementos nacionalistas pagados por extranjeros”.
• El hecho de que los opositores cristianos se comportaran de acuerdo con la ley y buscaran conversar con la otra parte se interpretó en su desventaja y se interpretó como una prueba de lo inteligentes que eran en su conspiración. Por ejemplo, Mielke está indignado de que estos cristianos buscaran “el campo de actividad más legal” posible y se esforzaran por “un diálogo adecuado con el partido y el estado” y “nos pusieron bajo presión”.
• Las acciones de estos cristianos se sitúan en el contexto de una “unión de fuerzas fascistas” constantemente amenazadora y Mielke los conecta con una percepción paranoica y exagerada de amenaza: “Hoy hablan de humanidad. Si tienen la oportunidad, nos dispararán a nosotros ya nuestros hijos “.

Al mismo tiempo, Mielke y Schebarschin se habían vuelto en gran parte ciegos a los procesos internos de disolución y los verdaderos desafíos existenciales de las sociedades comunistas. Incluso en un ambiente confidencial, solo hablaban de la situación en clichés ideológicos, excluyendo todos los problemas urgentes y asegurándose que el “capitalismo” se estaba extinguiendo y que nosotros mismos teníamos que mostrar un progreso cada vez mayor. Además de las acciones de los cristianos mencionados, su mayor preocupación era que se hiciera pública la verdad sobre la situación interna de las sociedades comunistas. Esa información tendría que ser suprimida porque estaba siendo utilizada por el lado equivocado. Que esta supresión de información funcionó tan bien bajo el régimen comunista,

La ola de publicaciones antes mencionada, que hoy representan una amenaza para los cristianos de tradición, muestra claros paralelos en el contenido con las posiciones de la Seguridad del Estado y la KGB citadas. El espectro de estas publicaciones abarca desde blogs anónimos de extrema izquierda hasta publicaciones con afirmaciones científicas en editoriales y periódicos de renombre.

• Principalmente, el punto aquí es retratar el trabajo de estos cristianos como parte de una conspiración detrás de la cual se encuentran las redes clandestinas globales. Para algunos autores es suficiente que los cristianos estén en contacto entre sí a través de las fronteras nacionales. El publicista Tobias Ginsburg, por ejemplo, escribe en un texto que fue recibido positivamente por los medios alemanes sobre las “redes amenazadoras” de cristianos, “que son mucho más grandes, más poderosas y más siniestras que todas las asociaciones masculinas de toda testosterona- prototipos sedientos juntos ”.² . Esta conspiración es “una red ideológica de hongos” que “prolifera bajo tierra por la zona, sin principio, sin fin, ramificada en todas direcciones de la tierra, anudada con toda clase de otras plantas venenosas”.³ Es ^de suponer que Ginsburg no sabe aqué predecesores se parece su retórica aquí.
• Así como la seguridad del Estado y la KGB intentaron deslegitimar a los cristianos como “fascistas”, etc., los publicistas contemporáneos intentan ubicar a los cristianos tradicionales en “redes de derecha” para aislarlos socialmente. Lo que se practica aquí es lo que la Seguridad del Estado denominó ” descomposición “, es decir, el “descrédito sistemático de la reputación, reputación y prestigio públicos sobre la base de un descrédito interconectado, verdadero y verificable, así como falso, creíble, irrefutable y, por tanto, también” desacreditar la información ”.
• Los cristianos tradicionales son a menudo retratados en tales publicaciones no como portadores de derechos básicos y voces legítimas en una sociedad pluralista, sino como enemigos que, al expresar sus posiciones, ya han cometido un “ataque a la libertad y la democracia”, como dice un autor. Un ejemplo particularmente radical de este tipo de retórica enemiga, que tiene paralelos con las ideas paranoicas de Mielke antes citadas, se puede encontrar en el mencionado Tobias Ginsburg, quien menciona a la organización cristiana Ordo Iuris, activa en Polonia, en conexión con los gobiernos, “entre los queer tienen que temerle la vida ”.⁴ En este contexto, reinterpreta las actividades de los radicales de izquierda polacos como un “acto de autodefensa”.⁵ Sus palabras suenan a violencia y subversión cuando exige, por ejemplo, que el patriarcado sea “aplastado”.⁶ El “sistema completo” “no colapsará por sí solo”.⁷

En este punto no se trata de equiparar organizaciones criminales como los antiguos servicios secretos del Bloque del Este comunista con los publicistas antes mencionados, sino más bien de mostrar paralelismos en el pensamiento entre estos actores. La explicación más obvia de estos paralelos es que los seguidores de ideologías utópicas fallidas están sujetos a procesos similares de corrupción intelectual a lo largo del tiempo y necesitan imágenes del enemigo para explicar el fracaso de sus ideologías y distraerse de su propia responsabilidad por ello. . Los cristianos tradicionales, que consideran su deber decir verdades desagradables y oponerse a la disposición total de estas ideologías, han sido un enemigo preferido de tales actores en todo momento.

Otro paralelo es la ceguera de posición de estos actores, que no pueden ni abordar ni corregir los problemas que generan, porque de lo contrario serían clasificados como enemigos. En los sistemas políticos basados ​​en ideologías utópicas o totalitarias, estos problemas inevitablemente se salen de control en algún momento. En este punto, a más tardar, la violencia y la represión que emanan de estos sistemas se intensifica contra las personas que han sido declaradas enemigas. Hasta la década de 1980, los comunistas torturaron y asesinaron a cristianos en los países del Bloque del Este, por ejemplo al sacerdote Jerzy Popiełuszko .

Dado que las ideologías totalitarias utópicas y de izquierda están ganando influencia nuevamente en muchas sociedades occidentales y personas con un pasado de la Stasi sin resolver han alcanzado recientemente cargos más altos en Alemania , es necesario un examen intensivo de los textos, que utilizan imágenes detalladas correspondientes. Por lo tanto, en las próximas semanas aparecerán aquí varias reseñas más detalladas de tales escritos. (sudoeste)

Este artículo se publicó originalmente en alemán en renovatio.org

Fuentes

1. “Nota sobre la reunión del Camarada Ministro con el Vicepresidente de la KfS de la URSS y Jefe del I. Cuartel General – Camarada General de División SHEBARSCHIN – el 7 de abril de 1989 en Berlín”, BStU, MfS, ZAIG, No. 5198 , p. 100-140, aquí: p. 22 y sigs.
2. Tobias Ginsburg: Los últimos hombres de Occidente. Antifeministas, asociaciones de hombres de derecha y los guerreros del patriarcado , Hamburgo 2021, p. 253.
3. Ibíd., P. 295.
4. Ibíd., P. 310.
5. Ibíd., P. 325.
6. Ibíd., P. 328.
7. Ibíd., P. 331.

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