En el número actual del “Neue Zürcher Zeitung”, el politólogo y publicista Josef Joffe describe que en los Estados Unidos se puede observar una resistencia a la política identitaria de la “Teoría Crítica de la Raza”. Los seguidores de esta ideología “traspasarían los santuarios de la nación” y destruirían la sustancia espiritual y las instituciones sobre las que descansa la política porque supuestamente “encarnan el racismo y el colonialismo”.1
La resistencia de los ciudadanos surgió principalmente porque reconocieron el “núcleo venenoso” de la “Teoría Crítica de la Raza” (TRC):
- Esto crea nuevas injusticias en lugar de superar las existentes. Sus seguidores consideraban la “pigmentación” como la medida del hombre y evocaban el “mal de la blancura”. Practicaron un “racismo 2.0”. En lugar de desactivar los conflictos raciales, la CRT absolutiza la raza y parece desintegrarse porque entiende el “sistema” como “una sola conspiración contra la raza negra” y excluye la posibilidad de reconciliación entre las etnias. Esto hace que la convivencia en una sociedad multiétnica sea prácticamente imposible.
- La CRT es “un ataque a lo mejor de Occidente, los fundamentos del pensamiento crítico desde Platón hasta Planck” porque rechaza fundamentalmente la posibilidad de un conocimiento de la verdad objetiva independiente de los intereses raciales. También ignoran el hecho de que Occidente “abolió la esclavitud por su propia construcción de pensamiento, luchó contra la opresión, expulsó a los déspotas, celebró la igualdad y la libertad, emancipó a los privados de sus derechos”.
- La CRT defiende la “revolución para sofocar la reforma”.
Cuando los partidarios de la “teoría crítica de la raza” obtuvieron poder político, habrían hecho un gran daño, por ejemplo, al reducir la persecución de delitos considerados “racistas”. Esto ha significado que el crimen ha aumentado significativamente, especialmente en los puntos de acceso social. Como resultado, la situación de las minorías en particular se ha deteriorado aún más. Tampoco ayuda “a ningún niño negro si aprende en la escuela despierta que las matemáticas son una conspiración de los suprematistas”.
La incipiente resistencia a la ideología incluye, sobre todo, la divulgación de sus fundamentos ideológicos y la demostración de sus efectos en la realidad y la expulsión de sus seguidores de los cargos públicos en base a ello.
Entre otras cosas, Joffe es el editor del periódico semanal “Die Zeit”, en el que la “Teoría Crítica de la Raza” a menudo se aborda de manera positiva (por ejemplo , aquí y aquí ). El papel del editor suele ser establecer la política de información de un periódico. En su intervención, Joffe no entra en la contradicción entre sus palabras en la NZZ y su comportamiento como editor de “Zeit”.
Aquí , entre otras cosas, tratamos el problema de la CRT, que muchas veces se esconde detrás de términos como “antirracismo” o “diversidad” . Esta ideología se remonta a los ideólogos neomarxistas como Herbert Marcuse, que buscaba desintegrar las sociedades occidentales profundizando las divisiones étnicas y deslegitimando la cultura y el orden político establecidos. Se trata sólo superficialmente de mejorar la situación de las minorías. El sociólogo Phillip Rieff había descrito el neomarxismo como una ideología “anticultural” porque vivía de la mera negación de lo existente y destruía la sustancia cultural existente sin poder construir una nueva sustancia por sí mismo.
La resistencia que aborda Joffe se basa principalmente en los impulsos del politólogo Christopher Rufo, quien reveló las raíces neomarxistas de esta ideología y describió sus efectos destructivos. Su trabajo encuentra una resistencia considerable por parte de activistas de políticas de identidad que, en un proceso de subversión de décadas, se han infiltrado con éxito en las instituciones centrales de la sociedad occidental, incluidas agencias estatales , partidos , iglesias , universidades , empresas y medios públicos en Alemania .
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Incluso si ahora se está formando resistencia a esta ideología, al menos en los EE. UU., queda por ver cómo las instituciones, que están infiltradas por sus partidarios, pueden renovarse mental y personalmente. Además, las sociedades occidentales carecen de un centro espiritual que pueda tener un efecto integrador y cerrar las fallas creadas recientemente. Los “santuarios” dignos de nombres hace tiempo que dejaron de existir en la conciencia pública de estas sociedades. Además, la resistencia descrita hasta ahora ha sido de naturaleza puramente reactiva y no tiene una visión alternativa para dar forma a la comunidad y sus instituciones, ni la capacidad de dar forma a estas instituciones por sí mismas. En Alemania y Europa, la ideología criticada por Joffe probablemente ganará una influencia aún mayor en los próximos años.
Este artículo se publicó originalmente en alemán en https://renovatio.org/
- Josef Joffe: “La vigilia se convierte en locura”, Neue Zürcher Zeitung , 21 de marzo de 2022, p. 32.
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