La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) propone un orden social corporativo u organización profesional de la economía, el cual consiste en que haya sindicatos, los cuáles a su vez se unan en asociaciones profesionales, las cuales a su vez se unan en asociaciones interprofesionales. Las asociaciones profesionales deben nuclear a todos quienes forman parte de una misma rama de la producción, es decir, a todas aquellas empresas que producen un mismo bien o servicio. Por ejemplo, una asociación para los vitivinícolas, otra para los textiles, otra para los gastronómicos. Y que en cada una de esas asociaciones entren todos los que forman parte de esa rama de la producción, trabajadores y patronos. Estas organizaciones profesionales deben formarse a nivel local, regional y nacional. Luego, las organizaciones interprofesionales deben agrupar a todas las asociaciones profesionales, también a nivel local, regional y nacional. El nivel nacional de las asociaciones interprofesionales debe conformar el Consejo Nacional de las profesiones, el cual puede ser político o no. Si es político, se inserta en el Estado como poder legislativo, y si no es político queda como un órgano consultivo. (Sacheri, C. A. (1980). El orden natural, pp. 136-139)
Estas asociaciones deberían en principio estar fundadas sobre sólidas bases cristianas, es decir, deberían ser católicas.
Esto es lo que la DSI llama corporativismo. El término corporativismo procede del latín corpus que significa cuerpo. El mismo tiene base bíblica (1 Corintios 12, 12-31).
Para lograr este orden social corporativo, algo que debe hacer el Estado es instaurar un estatuto legal de derecho público por el cual se les reconozca a las organizaciones profesionales o corporaciones un triple poder: reglamentario, fiscal y disciplinario. (Sacheri, C. A. Ibíd., p. 126)

Las asociaciones interprofesionales locales, regionales y la nacional representan cada una el conjunto de los intereses propios de su jurisdicción, a la vez que balancean entre sí los distintos intereses de las asociaciones profesionales que las conforman y actúan como una defensa de los derechos del consumidor, porque ante cada asociación profesional que los integra, todo el resto de las asociaciones que hacen las veces de consumidores de los bienes y servicios de la otra, defienden sus intereses como consumidores (Sacheri, C. A. Ibíd. pp. 138-139).
Otros motivos por los cuales es fundamental un orden social corporativo es porque el mismo permite al Estado ocuparse más libremente y con mayor eficiencia de sus actividades esenciales, pudiendo delegar otras en los cuerpos intermedios. También porque el corporativismo es fundamental para lograr que la justicia social y la caridad social sean los principios rectores de la economía. Otra función es que colabora enormemente con la unidad nacional. El corporativismo también colabora a evitar una licencia desenfrenada en la actividad económica. También hace que cuando un miembro del cuerpo social sufre un problema, lo sientan todos y todos se solidaricen. También colabora con la unidad nacional evitando la atomización del liberalismo y la masificación del socialismo, dos ideologías que rechazan el orden corporativo. Al estar los individuos asociados bajo unas reglas y disciplina comunes, colabora con la restauración de las costumbres. Además, la lucha de clases, es decir la oposición entre capital y trabajo, se resuelve en una unidad superior, en una cooperación con vistas a cumplir una tarea que les incumbe a ambos, la de satisfacer de manera estable el bien común y las necesidades de la comunidad produciendo lo que les es propio.
La función del Estado es «la de constituir el árbitro supremo entre los distintos sectores económicos, estimulando y protegiendo el legítimo interés de cada uno, a la vez que controlando su contribución a la riqueza común y contrarrestando sus intereses ilegítimos o egoístas.» (Sacheri, C. A. Ibíd., p. 167)
Actualmente, lo único que tenemos de todo esto en la Argentina y en general en los distintos países, son los sindicatos, faltan por lo tanto las asociaciones profesionales y las interprofesionales.
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