Durante el último año, las tensiones entre los políticos estadounidenses y los líderes de la Iglesia católica han ido en aumento. El problema que abre la brecha es el apoyo de los demócratas al aborto. Católicos como el presidente Joe Biden y la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi (D-CA) argumentan que lo que alguien elige hacer con su cuerpo no es asunto del gobierno. Sin embargo, muchos en la Iglesia Católica argumentan que el gobierno tiene la responsabilidad moral y ética de proteger la vida.
El martes 21 de septiembre, el arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, ofreció duras palabras en oposición a la Ley de Protección de la Salud de la Mujer, y la describió como «sacrificio de niños». La propuesta demócrata es una respuesta a la nueva prohibición del aborto en Texas que evita la interrupción después de aproximadamente seis semanas de embarazo. El jueves, Pelosi salió a la defensiva defendiendo el proyecto de ley federal.
El arzobispo realiza audaces declaraciones contra la ley del aborto
El aborto se está convirtiendo en un tema tan crítico para los líderes de la iglesia que los obispos están considerando negar el sacramento de la comunión a los políticos que apoyan, respaldan o votan por las leyes sobre el aborto. Para un católico, eso es un golpe devastador ya que la Eucaristía está en el corazón de su fe. Es la manera que tiene la iglesia de decir que los seguidores descarriados ya no están en buena posición con la iglesia o con Dios.
Cordileone condenó la HR 3755 como «sacrificio de niños» y pidió a los católicos que comenzaran a orar y ayunar para que los políticos se opongan a la «atrocidad». Declaró enfáticamente: «Es especialmente vergonzoso que cualquier católico autoproclamado esté implicado en tal mal, y mucho menos que lo defienda».
Pelosi responde
Cuando se le preguntó sobre la declaración del Arzobispo, Pelosi dijo que los dos tienen una opinión diferente sobre el aborto. Parte del distrito de Speaker’s se encuentra en San Francisco. Pelosi creció en un hogar firmemente católico en Baltimore, Maryland, y dijo que creció en una familia provida. Pelosi hizo todo lo posible para decir que ella y su esposo tuvieron cinco hijos, lo que sugiere que de alguna manera justifica defender el aborto.
Pelosi agregó que cree que nadie tiene derecho a decirle a otro qué hacer. Dijo que no es asunto suyo lo que la gente decida con respecto al «tamaño y el tiempo» de sus familias.
En junio, la Conferencia de Obispos Católicos de EE. UU. se unió para redactar un documento formal que describiera la definición de la Eucaristía. En noviembre, los líderes planean repasar los detalles de un borrador en su reunión anual. Por el momento, no hay ninguna prohibición de la comunión para los políticos que apoyan o votan por la legislación sobre el aborto. Sin embargo, eso podría cambiar.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en www.rightwing.org
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