Cuentan que, estando ya gravemente enfermo, Valle esperaba ansioso el desenlace final con una única decepción: hubiera dado la vida por contar con más brazos además de aquel con el que había escrito algunas de las grandes obras maestras de la literatura en castellano. Achacaba al brazo perdido en aquella célebre pelea tabernaria el hecho de no haber podido abrazar a sus hijos en plenitud … Para seguir leyendo en la edición del Elespañol.com pulse aquí)
