La multinacional del aborto Planned Paranthood ha anunciado el cierre del primer abortorio en los Estados Unidos después de que Donald Trump derrotara a Hillary Clinton en las elecciones a la Presidencia de los Estados Unidos de América.
Según detalla Life News, las instalaciones de la patronal abortista en Scranton, Pennsylvania que van a ser clausuradas no han alojado en su interior la realización de abortos, pero sí se derivaban desde ahí a las madres para acabar con sus bebés.
Aunque desde Planned Parenthood se asegura que se trata de un cierre temporal de acuerdo a necesidades de reorganización operativa, lo cierto es que con la victoria de Trump y las mayorías republicanas en la Cámara de Representantes y el Senado, su financiación pública podría terminar.
Desde hace años, se ha desarrollado una intensa campaña para acabar con la financiación con fondos públicos de la principal firma de la industria del aborto mundial que ahora se puede hacer realidad y en la que se han destapado multitud de escándalos.
La compra venta de órganos de bebés abortados destapada por David Daleiden es sin duda el más grave de ellos. El Congreso llegó a explicar que Planned Parenthood se había convertido en “un Amazon.com de partes de cuerpos de bebés”.
Durante el mandato de Obama, se aprobaron iniciativas legislativas para retirar las multimillonarias ayudas públicas, pero el presidente las vetó. Donald Trump, por el contrario, se ha comprometido a retirar esos fondos.
No en vano, en cuanto se supo que Donald Trump era el ganador de las elecciones, los mensajes desde Planned Parenthood expresaban “desolación”. Y no es para menos, puesto que la empresa fundada por Margaret Sanger y dirigida hoy por Cecile Richards se había implicado al máximo en la campaña de Clinton.
Planned Parenthood trataba de asegurarse el millonario (y sangriento) negocio del aborto con un radical apoyo a la candidata demócrata, acompañado de decenas de millones de dólares.