Si la nueva economía, internet y los avances tecnológicos sirven para que la prostitución cambie de nombre como sociedad nos deberíamos plantear muchas cosas.
Una joven italiana de 18 años, llamada Nicole, ha puesto en venta su virginidad por la módica cantidad de 1.000.000 €. No sabemos si encontrará o no comprador, pero si entendemos que el hecho de ponerse en venta es un acto denigrante para la mujer, y el comprarla supone un acto denigrante para los hombres.
Como otras jóvenes la chica ha hecho uso de la plataforma Elite Models para vender su virginidad, en su caso justifica su venta para financiarse los estudios que quiere hacer en la universidad de Cambridge.
Según relata«Decidí que mi virginidad era preciosa cuando tenía 16 años. Quería una buena educación y comencé a mirar en internet las maneras para financiarme mis estudios. Encontré una serie de anuncios de subastas y descubrí que eran jóvenes que se habían vendido por 3,5 millones de euros. Así que decidí hacer lo mismo a los 18 años. Espero recibir la mayor cantidad de dinero posible para financiar mis estudios, ayudar a mi hermana y comprar una casa a mi familia». En una época en la que cientos de mujeres denuncian acoso, propuesta como la de la joven Nicole no dejan de ser preocupantes.
Algunos dirán que la causa es buena, y por tanto la venta de su virginidad no deja de ser un instrumento más para conseguir sus fines, no obstante consideramos que produce tristeza que una joven públicamente se ofrezca como prostituta para satisfacer los caros caprichos de su hipotético comprador.
Las feministas llamaran a esto libertad, pero lo rica lengua española tiene otra palabra para llamar a esto: prostitución (de lujo si quieren, pero prostitución)