El comienzo del curso escolar debería ser una noticia positiva, pues la escolarización generalizada con finalidades académicas es sin duda un gran logro. Sin embargo, la noticia queda oscurecida por las amenazas que se ciernen sobre la libertad educativa, los derechos de los padres y el funcionamiento de muchos centros escolares.
Hay amenazas serias del lobby LGTBI, que pretende usurpar a los padres el derecho a la educación sobre sus hijos en un tema tan delicado como el de la afectividad y la sexualidad. Se escuchan voces que tienen ya amedrentados a muchos padres, pues estos pueden llegar a perder la patria potestad si, por ejemplo, la inclinación de sus hijos parece ser homosexual y los padres siguen una conducta que no está dirigida a afirmar en sus hijos esa tendencia. Y todo ello con la colaboración de la escuela que, al margen de los padres, adelantan determinados conocimientos sobre sexualidad e implementan actividades que homosexualizan a los niños o pretenden cambiar el sexo de los niños por un supuesto género.
Hay amenazas veladas sobre el colectivo de profesores de Religión Católica, que ven una reducción progresiva de horas lectivas; y ello unido a la paradoja del interés que muestran algunos gobernantes por la materia de Religión Islámica en los centros escolares.
En relación al funcionamiento de colegios e institutos, sean de la red que sean, es necesario vigilar su estilo. Como por ejemplo el fondo de sus bibliotecas, que muchas veces poseen materiales inapropiados como libros eróticos que llegan a leer alumnos de primaria. Es por ello por lo que no estará de más comprobar qué leen nuestros hijos.
Sobre lo bien que suena una escuela promotora de la salud, hay que tener en cuenta que el crimen del aborto está enmarcado muchas veces dentro del derecho a la salud sexual y reproductiva. Así, los padres no deben dejarse engañar por eufemismos.
Por otro lado, los centros llevarán a cabo muchas actividades de las que no se informará mucho a los padres, aunque los centros se encargarán de que los padres parezcan informados de todo. Muchas de las actividades se relacionan con determinadas inclinaciones políticas e ideológicas.
En fin, para los padres sensatos se avecina un nuevo curso cargado de adoctrinamiento al que es muy complicado hacer frente y a los que recomendamos el uso del consentimiento informado. Proponemos vigilar muy de cerca lo que ocurre en los centros escolares y, sin volverse locos, plantar cara ante cualquier atropello; aunque manteniendo al margen, en la medida de lo posible, a nuestros hijos.
Desde ADVCE deseamos a toda la comunidad educativa el mejor curso escolar 2018-2019 posible.
Para más información sobre la asociación: https://advce.es