A primeros de abril de 1938, los nacionales tomaron Lérida, estableciendo la línea del frente en el río Segre. A continuación, la cuarta de Navarra, se dirigieron hacia la costa mediterránea y ocuparon Tremp, centro productor de electricidad, y Vinaroz, en la costa levantina. De esta forma se aislaba a Cataluña, desconectando a una de las zonas más importantes de la España republicana de sus centros de coordinación: Valencia y, por supuesto, Madrid.
