Al fin el Gobierno reconoce que la crisis les ha superado, y que actualmente ningún miembro, ni miembra del gobierno, tiene ideas claras sobre el modo de afrontar la crisis.

Desde hace uno días el único objetivo del Gobierno es tratar de sumar a Casado a unos nuevos pactos de la Moncloa, sin objetivos claros, sin contenidos declarados, y con una única certeza: de celebrarse dichos acuerdos se harán sin el debido control parlamentario, y de espaldas al pueblo español.

Casado, el deseado objetivo

Es evidente que el Gobierno quiere blanquear su ineficacia y juntar a sus filas a un hombre de prestigio no contaminado por la deficiente gestión bolivariana de la crisis. Casado se convierte así en un oscuro objeto de deseo, cualquier ministro del Gobierno nacionalsocialista pagaría un potosí por hacerse una foto con el líder popular, no obstante, todavía no está claro el escenario en que será posible realizar la tan deseada instantánea.

Casado tiene que tener claro los deseos de los españoles

Conociendo a Casado, y a su equipo de apoyo, es evidente que por mucho que se estén resistiendo, antes o después se producirá el tan deseado encuentro entre el líder popular, y el presidente del desgobierno. No obstante Casado tiene que tener claro el deseo de los españoles: ningún acuerdo se podrá tomar si en la mesa se sientan los separatistas, los terroristas, o los comunistas, cualquier pacto ha de pasar por el repudio de Sánchez a sus actuales socios de gobierno.

Igualmente, Casado ha de tener claro que el objetivo de los pactos no tiene que ser reforzar al Estado, sino reforzar a la sociedad; ninguna nación puede caminar segura por la historia si no está respaldada por una sociedad civil libre, pujante, y autónoma.

Si algo ha demostrado esta crisis es que es necesario cambiar la concepción de los estados occidentales, es necesario limitar tanto las competencias de los estados, como de las organizaciones internaciones, pues ambas estructuras de poder se han mostrado desbordadas, y sobrepasadas: el poder limitado es la única salida posible a futuras crisis, ya sean económicas o sanitarias.

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