Tras la creación de 19 nuevos cardenales,  el Santo Padre presidió la Misa con ellos, y los días 29 y 30 de agosto se reunió con todos los cardenales  (asistieron unos 200)  para reflexionar acerca de lo que supone la reforma de la Curia Romana,  que ya ha entrado en vigor y está en marcha.

Los cardenales se reunieron por grupos lingüísticos para estudiar  en profundidad  cómo implicar todavía más a los laicos en su misión en medio del mundo;   la transparencia financiera en las diócesis y en Roma;  la Sinodalidad;   la organización de la Curia;  la labor misionera de la Iglesia en todo el mundo y el anuncio del Evangelio en una época como la nuestra, con sus luces y sus sombras.

También les fue presentado a los cardenales cómo se está preparando y cómo se celebrará el Jubileo del año 2025, centrado en la virtud de la esperanza cristiana.
En la homilía de la Misa del día 30,  el Papa Francisco afirmó que “sigue maravillándonos el Plan de Salvación de Dios y cómo Dios mismo sigue involucrándonos en ese designio suyo de hacer presente su Salvación en medio de nuestra sociedad”
“Las palabras del Resucitado tienen la fuerza de hacer vibrar todavía nuestros corazones, y ese asombro es una vía de salvación que hemos de acrecentar cada día”
“Es cierto que el Mentiroso  (el diablo)  busca mundanizarnos  y  hacernos indiferentes o inocuos;  por eso hemos de estar atentos ante la tentación de creernos superiores o mejores que los demás”
“La Palabra del Señor acrecienta en nosotros la alegría de ser Iglesia.  Hemos sido bendecidos por Cristo para bendecir con Cristo a los demás”
“Quizá  con el pasar de los años  el deseo de evangelizar decae,  pero no debemos permitirlo, sino reforzar y profundizar ese deseo de que todos conozcan a Jesucristo y su buena noticia”
“Un ministro de la Iglesia es alguien que sabe maravillarse ante el designio de Dios y,  con este espíritu,  ama apasionadamente a la Iglesia, pronto para servir en su misión donde y como quiera el Espíritu Santo.
¡Que pueda ser así también para nosotros con la intercesión de la Virgen María, Madre de la Iglesia!”
Todos debemos orar por el Papa, por los señores cardenales, por los obispos y por los sacerdotes. Siempre debemos orar los unos por los otros y ayudarnos en el seguimiento de Jesús
José Vte. Martínez

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