El papa Francisco ha canonizado hoy a sus predecesores Juan XXIII y Juan Pablo II, Fiesta de la Divina Misericordia, en una ceremonia que desarrollada en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
La Esfera de los Libros acaba de publicar en España Mis años con el Papa Juan XIII y He vivido con un santo, dos obras que recogen las vivencias de sus respectivos secretarios personales Loris F. Capovilla y Stanislao Dziwisz junto a los pontífices que ahora llegan a los altares.
«¡Tan solo podrás considerarte un hombre libre cuando pongas tu yo bajo tus pies!» Esta frase de Juan XXIII sintetiza los lazos que le unieron, desde 1953 a 1963, a su secretario particular Loris Francesco Capovilla. El libro Mis años con Papa Juan XXIII, sus conversaciones conEzio Bolis, director de la Fundación Juan XXIII de Bérgamo y que participará también en la rueda de prensa, Capovila muestra a un personaje familiar, a un papa que, tras cincuenta años de ausencia, sigue suscitando interés y simpatía dentro y fuera de la Iglesia católica, que sigue animando a seguir por el buen camino a los creyentes y a los hombres de buena voluntad, además de levantar pasiones entre historiadores y teólogos. La vida de estos dos hombres tiene sus raíces en un mundo sacudido por dos guerras mundiales. En el momento en que la búsqueda del diálogo con el «enemigo» parecía más improbable, Juan XXIII asciende al trono pontificio y recoge el guante de este desafío imposible: hablar a todos como si fueran hermanos, sin prejuicios ni servilismos. Desde su primer encuentro hasta las horas que preceden a la muerte del Pontífice, el secretario de Roncalli recompone un retrato apasionante, un acercamiento nuevo a la figura de un Papa recordado más por su bondad que por la aportación revolucionaria de sus decisiones.
He vivido con un santo desvela el misterio de la santidad de Karol Wojtyla a partir del testimonio del hombre que más cerca estuvo de él,Stanislao Dziwisz, en conversación con Gian Franco Svidercoschi. Ocho años después de la muerte de Juan Pablo II, el cardenal y secretario recorre la extraordinaria vida de una personalidad de nuestro tiempo, en busca de los rasgos distintivos de una santidad que en breve será solemnemente proclamada. Precisamente en este momento, cuando el tiempo transcurrido permite que afloren pasiones pero también juicios y prejuicios diversos, se podrá entender mejor al papa que cambió la historia de la Iglesia y del mundo, así como acercarse a Karol Wojtyla en su dimensión más humana, más privada, más personal. Dice Dziwisz: «He visto de cerca la santidad como siempre he pensado que debía de ser. La he visto en este hombre, Karol Wojtyla, por la relación tan íntima, tan llena de misterio, que tenía con Dios. Por la fortaleza y la transparencia de su fe. Por la valentía con que atestiguaba la verdad de Cristo y el valor de la vida. Y por el amor con que se acercaba a cualquier hombre, a cualquier mujer, respetando su dignidad independientemente del color de su piel, su raza o su fe religiosa».