La página web de la ONU publica un vergonzoso artículo tributario de la nueva, y falsa, religión que se nos quiere imponer desde los organismos internacionales.
En dicho artículo tratan de justificar que la relación entre el yoga y la naturaleza es más profunda de lo que parece a primera vista, pues supone la unión del ser humano y su entorno. Evidentemente la ONU se cuida muy mucho de hablar de la relación del hombre con Dios a través de la naturaleza, pues es necesario recordar a estos progres que cuando nadie hablaba de ecologismo nuestro querido hermano San Francisco de Asís nos enseño en pleno siglo XIX a llegar a Dios a través de la naturaleza.
El nuevo orden mundial trata de mezclar espiritualidad y ecologismo por eso el artículo que comentamos llega a afirmar que «tradicionalmente, el yoga nos ha alertado de la interdependencia del género humano y la naturaleza. El sólo hecho de hacer a las personas conscientes de su respiración es una manera de vincularlas con su propia naturaleza y con su medio. De alguna manera, hacer yoga ha tenido siempre una dimensión ecológica que, no obstante, en la vida moderna llega a ignorarse cuando se piensa que se trata nada más de un ejercicio físico.»
Con estas afirmaciones la Organización de Naciones Unidas trata de convencernos de la necesidad de practica el yoga como ayuda para cambiar el estilo de vida.
Es necesario recordar que el 21 de junio fue instituido en 2015 como el Día Internacional del Yoga, sin que en la actualidad exista el día internacional de la ascética cristiana, o el día internacional del monacato.