Numerosas iglesias parroquiales en varias diócesis filipinas han abierto sus puertas para dar un refugio a los desplazados después de la llegada del tifón tropical «Tisoy» (Kammuri), que ha azotado Filipinas. Monseñor Joel Baylon, obispo de Legazpi, ha confirmado a la Agencia Fides que las iglesias, las escuelas católicas y las salas pastorales “sirven como centros de evacuación y estarán disponibles para los desplazados internos, según sean sus necesidades”. Además, el obispo ha pedido a los fieles que «pongan a disposición los servicios higiénicos de sus hogares».
“Unámonos a nuestras agencias gubernamentales para ayudar a proteger a nuestros feligreses», ha dicho invitando a la comunidad a hacer un esfuerzo solidario. El obispo también ha compartido una oración especial a Dios para pedir su salvación ante este desastre. En la diócesis de Cáceres, el arzobispo Rolando Tria Tirona ha lanzado un llamamiento invitando a todos a unirse a las oraciones y hacer un gesto de caridad. «Oramos por la seguridad de los niños, las mujeres y sus familias. Pedimos a Dios protección y consuelo», ha dicho a Fides Christine Go, una trabajadora social católica.
Según la oficina meteorológica estatal, el «Tisoy» ha aterrizado en la región de Bicol, en particular Sorsogon, Albay o Catanduanes con ráfagas de viento de hasta 185 km/h. Varias áreas están en alerta de «nivel 3», mientras que Manila ya está a «nivel 2». El tifón Tisoy es la vigésima tormenta que azota Filipinas este año.
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