Opinión
Sí, fenecieron aquellas algarabías guerrilleras, los gritos de «¡Santiago y cierra España!», o el almogávar «¡Desperta Ferro!».
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Sí, fenecieron aquellas algarabías guerrilleras, los gritos de «¡Santiago y cierra España!», o el almogávar «¡Desperta Ferro!».
¿Qué otros pedidos inaceptables realizaron para vender sus vacunas el resto de corporaciones farmacéuticas?
El mayor problemas de España es su actual sistema partitocrático.
Es la propia dirección de la Iglesia la que es decadente, juega a progresista con masones y anticristianos.