El presidente de Estados Unidos Joe Biden, ha preferido ignorar el escándalo ocasionado por el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo, quien mintió con premeditación sobre la cifras de ancianos fallecidos en asilos para eludir una investigación federal.

Durante la campaña electoral Biden y Cuomo fueron cercanos, ambos criticaron fuertemente a Donald Trump por el manejo de la pandemia; y sin embargo, en esta oportunidad, el presidente de los Estados Unidos ha preferido hacer silencio ante lo sucedido en Nueva York respecto a las cifras de los ancianos fallecidos.

El pasado 12 de febrero, Cuomo se reunió con Biden como parte de un grupo bipartidista de funcionarios estatales y locales para discutir la respuesta del gobierno federal a la pandemia de COVID-19; empero, tras la reunión el mandatario no emitió comentario alguno sobre las mentiras de Cuomo.

La controversia “no fue el foco de su conversación o un tema”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, a los periodistas durante su sesión informativa. La reunión “no fue para darle a nadie un sello de aprobación o para obtener su sello de aprobación”, sino para obtener la perspectiva de los líderes estatales y locales, añadió. 

Cuomo es presidente de la Asociación Nacional de Gobernadores, y dijo en un comunicado en conjunto con el gobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, que la reunión fue “productiva”; sin embargo parece que lo sucedido en Nueva York pasó desapercibido.

A diferencia de la actitud de Biden, este martes 16 de febrero nueve legisladores demócratas acusaron a Cuomo, de cometer un “delito criminal intencional” tras ocultar con premeditación la verdadera cifra de ancianos fallecidos en asilos del estado.

Los nueve miembros demócratas de la Asamblea del estado de Nueva York, firmaron una carta acusando a Cuomo de obstrucción a la justicia y pidiendo a sus colegas del partido que “dejen de lado la lealtad política”.

“Le imploramos que deje a un lado cualquier preocupación de lealtad o deslealtad a este gobernador, o que se politice este asunto”, dice la carta, fechada el martes 16 de febrero.

“Debemos considerar sobre todo la santidad de la institución democrática que llamamos Legislatura del estado de Nueva York, y perseguir resueltamente la justicia frente a un Ejecutivo que podemos decir, sin dudarlo, que se ha involucrado en un delito criminal intencional”, señala la misiva.

Los legisladores acusan a Cuomo de obstrucción a la justicia al retener información de la cantidad de ancianos fallecidos en asilos, en un intento de eludir una investigación del Departamento de Justicia de los Estados Unidos.

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Hasta el momento el gobernador no ha pedido perdón por mentir y negó acusaciones de encubrimiento.

El error de Cuomo

Legisladores, tanto demócratas como republicanos, han hecho un llamado para que se lleve a cabo una investigación independiente sobre la gestión de la gobernación en los asilos. Esto porque gran parte del debate sobre el recuento de muertes de ancianos se ha centrado en una controvertida directiva del Departamento de Salud el 25 de marzo del año pasado, en donde se les informaba a las residencias de ancianos que no podían negarse a admitir a los pacientes que dieran positivo para COVID-19.

Un informe de la procuradora general de New York, Letitia James, señala que al menos 4,000 residentes ancianos murieron después del memorando de Cuomo, y afirmó que esta directiva «puede haber puesto a los residentes en un mayor riesgo de daño en algunas instalaciones».

Una orden judicial y el informe de la procuradora general del estado obligaron al estado de New York a reconocer que el número de muertos de los residentes de asilos de ancianos es de casi 15,000, prácticamente el doble de lo que se informó inicialmente (8,500).

Este artículo se publicó originalmente en elamerican.com

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