En la edición actual del semanario “ Die Zeit”, la abogada Erika Bachiochi evalúa el aborto de niños por nacer como expresión de una cosmovisión basada en la explotación de las personas . Esto ha producido un sistema económico cínico en el que es más atractivo para las corporaciones pagar a las futuras madres para que maten a sus hijos en lugar de ayudarlos. Ella contrasta el feminismo eliminatorio, que afirma esto, con un compromiso de servicio a la vida con los derechos de las mujeres que enfatiza la protección de los más débiles.
- Las activistas por los derechos de la mujer del siglo XIX habían condenado el aborto “en los términos más enérgicos” porque “lo consideraban un acto de violencia contra un niño vulnerable”. Ellas “lucharon […] también por la igualdad de derechos para poder cuidar mejor a sus hijos, nacidos y no nacidos” y “trabajaron por un trato más social de las madres y los niños por parte de la sociedad”. El “movimiento moderno de mujeres con su fuerte enfoque en el derecho al aborto” ha “socavado estos esfuerzos”.
- La afirmación del aborto se basa en una cosmovisión que generalmente “desprecia el valor moral del ser humano” y no solo el valor del niño por nacer. Al promover el “aborto como una forma de salir de la pobreza”, el feminismo moderno promueve condiciones económicas que no son favorables para la familia.
- En estas condiciones, las mujeres embarazadas se verían presionadas “hacia la interrupción del embarazo”. Cuando la noción del derecho al aborto se incorpora a la legislación, se vuelve más rentable para los empleadores apoyar a las empleadas embarazadas a matar a sus hijos por nacer que apoyarlas como madres. Es por eso que “tantas empresas estadounidenses ofrecen pagar los abortos de sus empleados: es una alternativa barata a mejores condiciones de trabajo y apoyo a las familias”.
Las leyes de aborto más estrictas son, sobre todo, esenciales para proteger a los niños no nacidos. Desde un punto de vista científico, se trata de seres humanos, hacia los que existen “deberes de cuidado hacia todos los seres humanos” y que, como todos los seres humanos, tienen derecho a vivir. En lugar de cumplir con las obligaciones involucradas, el feminismo moderno se ha basado en “un acto de violencia contra seres vulnerables, en lugar de pedir más a los hombres, a los empleadores, a las estructuras sociales, a la medicina”. Ayudó a crear una sociedad que “falló a las mujeres” y “no resolvió los problemas de las mujeres, pero evitó soluciones reales”.
En Estados Unidos, la decisión de la Corte Suprema en el caso Roe v Wade, que supuso el derecho al aborto, impidió el necesario debate sobre este tema. La derogación de esta decisión, que ya ha tenido lugar, lo hace posible después de cincuenta años de “tiempos oscuros” en los EE.UU.
La deserción es incompatible con el ideal de protección de la dignidad humana porque es incompatible con la dignidad del niño, que es un ser humano, como bien reconoce la legislación alemana. En este contexto, el “lenguaje de las obligaciones y los deberes de cuidado” de los padres hacia sus hijos es más apropiado que el lenguaje de los derechos.1
En un orden político basado en la ley natural, no puede existir el derecho al aborto, ya que esto contradiría el ideal de la dignidad humana. Dado que este ideal estaba firmemente anclado en la Ley Fundamental de la República Federal de Alemania, el Tribunal Constitucional Federal dictaminó lo siguiente :
“La Ley Fundamental obliga al Estado a proteger la vida humana, incluidos los no nacidos. […] La dignidad humana pertenece a la vida humana no nacida. El ordenamiento jurídico debe garantizar los presupuestos legales para su desarrollo en el sentido del propio derecho a la vida del niño por nacer. […]
El niño por nacer también merece la protección legal de su madre. Tal protección sólo es posible si el legislador le prohíbe en principio abortar […]. La prohibición fundamental del aborto y la obligación fundamental de llevar a término al niño son dos elementos inseparables de la protección exigida por la constitución.[…] La interrupción del embarazo debe considerarse fundamentalmente incorrecta durante toda la duración del embarazo y, por lo tanto, debe prohibirse legalmente […].
De acuerdo con el Tribunal Constitucional Federal, el concepto de derecho natural de la dignidad humana representa el punto de partida del orden básico democrático libre Los instrumentos legalmente previstos para proteger este orden en el sentido de la idea de democracia defensiva contra los actores que niegan la dignidad humana a ciertos grupos de personas e incluso su asesinato, pero aún no se utilizan ni se consideran en contra de los defensores del aborto.
Los valores básicos de la Ley Fundamental ya no son defendidos por el estado alemán frente a sus oponentes, sobre todo en un contexto en el que está en juego la vida de las personas más vulnerables y vulnerables de la comunidad. La causa de esta debilidad es que los cimientos culturales del orden político de este estado se han erosionado en gran medida.
Papa Emérito Benedicto XVI. mencionó el problema del aborto en un ensayo escrito en 2014 como un ejemplo de las consecuencias de desvincular la comprensión de los derechos humanos de su base legal natural y de la idea de que los seres humanos están hechos a imagen de Dios:
“La multiplicación de los derechos conduce en última instancia a la destrucción del concepto jurídico y desemboca en un ‘derecho’ nihilista del hombre a negarse a sí mismo: el aborto, el suicidio, la producción del hombre como cosa se convierten en derechos del hombre que al mismo tiempo lo niegan. .”
El concepto de derechos humanos tiene sus raíces en la idea cristiana de un orden moral no disponible en el mundo establecido por Dios, que incluso un estado no puede ignorar. Los conceptos liberales de los derechos humanos inicialmente reconocieron esta base legal natural de los derechos humanos, pero cada vez más se separaron de ella y, por lo tanto, también relativizaron y debilitaron el concepto de derechos humanos. En este contexto, Benedicto XVI advirtió sobre las consecuencias previsibles del “actual desarrollo intelectual de Occidente, que niega cada vez más su base cristiana y se vuelve contra ella”.
Este artículo se publicó originalmente en alemán en https://renovatio.org/
Fuentes
- Samiha Shafy “Después del juicio”, Die Zeit, No. 27/2002 (30/06/2022), página 6.
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