Desde Enraizados como asociación firmemente comprometida con la defensa de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, no pueden mirar hacia otro lado ni quieren ponerse de perfil ante los acontecimientos y el devenir de nuestro mundo. Un mundo donde se atacan principios y valores tan fundamentales como el de la VIDA.

Seguramente habrás seguido las últimas novedades sobre la batalla en torno al aborto en Estados Unidos. El Tribunal Supremo de este país ha dado un paso decisivo derogando la llamada sentencia «Roe vs. Wade», favoreciendo la legislación provida.

Es un gran paso, aún no suficiente, que todos los partidarios de la vida celebramos y vemos con esperanza.

Lamentablemente también habrás visto y oído en los diferentes medios de comunicación que, Joe Biden, presidente de Estados Unidos y según él mismo, católico, se ha declarado públicamente proabortista y en contra de esta sentencia.

Algo que de por sí, es totalmente incompatible e imposible de conjugar. Si eres católico no puedes defender que se mate a seres humanos. No puedes promulgar con tus leyes una cultura de muerte.

Si algo nos pide Jesucristo a los católicos es que seamos luz en el mundo. Esto conlleva un compromiso de precisamente iluminar con los principios del Evangelio nuestra realidad, nuestro mundo.

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Ante esto, nosotros, queremos pedir al Papa que le excomulgue aplicando el Código de Derecho Canónico.

No se trata de juzgar a nadie. No se trata de tirar ninguna piedra al prójimo o de mirar la paja de su ojo cuando nosotros tenemos una viga.

Se trata, desde la verdad y desde la humildad de sabernos también nosotros necesitados de la misericordia de Dios, que las autoridades eclesiásticas le digan al Sr. Biden que no se puede defender el aborto y decir que eres católico. 

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Un político que se define como creyente debe ante todo defender la vida, la dignidad de los hombres, la familia, la verdad…

En la cultura del relativismo y del todo vale imperante, debemos con mucha caridad, proclamar que no todo vale y que la vida hay que protegerla. Que no es justo matar al inocente. Que la vida es un don y que nosotros debemos defenderla. 

Es por eso que queremos pedir al Vaticano, a la máxima autoridad de la Iglesia que condene esta actitud de Biden y le diga que lo que está haciendo no es ni mucho menos compatible con recibir la comunión y los sacramentos. 

Según el Código de Derecho Canónico, en vigor desde 1983, cita en su canon 1398 que «quien procurare el aborto, si éste se produce, incurrirá en pena de excomunión latae sententiae».

Y es que Biden, entre otras cosas, se compromete a que su Gobierno facilitará el viaje de las mujeres que residan en Estados con fuertes restricciones al aborto, hacia otros, donde la legislación sea más laxa. Algo totalmente incoherente y contrario a los valores de la fe católica.

Con nuestra petición también queremos mandar todo nuestro apoyo y agradecimiento a esos jueces del tribunal supremo que están siendo fuertemente juzgados y perseguidos. 

Entre otras cosas, el presidente Biden les ha acusado de ser los artífices de la materialización de una «ideología extrema» sino también de haber cometido un «error trágico».

Les señala directamente como culpables y llama a la movilización de los estadounidenses para el próximo otoño. 

Creemos que tenemos el deber moral de apoyar a estos jueces. No podemos dejarles solos. 

Es por todo ello que queremos pedir que la máxima autoridad eclesiástica, en este caso el Papa, se pronuncie y se actúe con justicia.

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