Una coalición católica
Un tribunal federal (la U.S. District Court for the Western District de Oklahoma), falló a favor de la Catholic Benefits Association (CBA), que representa a más de 450 empresarios y 19.000 empleados, exceptuándola del cumplimiento del “mandato contraceptivo” de Obama (la U.S. Department of Health and Human Services -HHS- mandate in the Affordable Care Act). El “mandato contraceptivo” ordena que los seguros de salud cubran los anticonceptivos, la esterilización y las drogas abortivas.
La Catholic Benefits Association es una coalición recientemente formada por la All Saints Catholic School de Oklahoma, la Catholic Insurance Company, la Arquidiócesis de Oklahoma City, las Catholic Charities de dicha arquidiócesis, el arzobispo William Lori y la Arquidiócesis de Baltimore, la Cathedral Foundation de Baltimore, el Centro Villa St. Francis Catholic Care de Kansas, y el Good Will Publishers de North Carolina.
Mons. William Lori, arzobispo de Baltimore y presidente de Catholic Benefits Association, dijo que la decisión tiene el objetivo de proporcionar “los beneficios de atención médica de calidad moralmente lícitos, con costo competitivo, para todos los empleados”.
Mons. Paul Coakley, arzobispo a Oklahoma City y vicepresidente de la asociación, declaró: “Estamos muy agradecidos por la decisión, pero seguimos orando para que nuestros líderes reconozcan que los católicos, sean obispos u hombres de negocios, en conciencia, no pueden proporcionar un seguro que cubra los medicamentos y procedimientos que atentan contra la dignidad de la persona humana y la santidad de la vida. La libertad religiosa implica más que el derecho de culto, toda legislación contraria debe desaparecer.”
El consejero general de la Catholic Benefits, Martin Nussbaum, declaró que la demanda es el único juicio contra el “mandato contraceptivo” que incluye empresas con fines de lucro y otras organizaciones exentas.
Mientras tanto, se espera la decisión de la Corte Suprema en el caso presentado contra la administración de la empresa con fines de lucro Hobby Lobby, cuyos propietarios también se niegan a contratar para sus empleados pólizas de seguro que cubran los anticonceptivos, la esterilización y las drogras potencialmente abortivas.
La Universidad Cristiana de Colorado
El 20 de junio, el Becket Fund, a través de LifeNews, informó que la Colorado Christian University (CCU) se anotó una victoria a favor de la libertad religiosa, cuando un juez federal en Denver dictaminó que la institución de inspiración cristiana no tiene que facilitar el acceso de sus empleados y estudiantes a fármacos potencialmente contrarios a la vida.
El Fondo Becket para la Libertad Religiosa comunicó que “una universidad como la CCU, cuyos empleados y estudiantes comparten sus convicciones religiosas acerca de la santidad de la vida, no debe ser forzada en contra de sus creencias para distribuir drogas que considere que son moralmente malas”.
En una opinión cuidadosamente razonada, el tribunal dictaminó que el mandato de la secretaría Salud y Servicios Humanos, habría obligado a CCU a incluir, en sus seguros, drogas como el Plan B (la “píldora del día siguiente”) y Ella (la “píldora de la semana siguiente”), y esto infringe la libertad religiosa de la Universidad.
A su vez, el tribunal señaló que imponer sanciones financieras ruinosas a la CCU, como está estipulado en el “mandato contraceptivo”, es una presión inadmisible sobre la universidad, que también viola la Religious Freedom Restoration Act (ley de libertad religiosa).
William Armstrong, presidente de la CCU, declaró: “La enseñanza de la santidad de la vida desde el momento de la concepción es una parte importante de la misión de la Universidad y un valor inalienable, común a sus empleados y estudiantes.”
Antes de la sentencia la CCU desafió multas por millones de dólares, que comenzaban a correr a partir del 1 de julio, por negarse a incluir esos fármacos inmorales en sus planes de salud. La Universidad Cristiana de Colorado cuenta con 5.500 estudiantes de pregrado y posgrado.
La Corte Suprema resuelve a favor de la libertad religiosa el caso Hobby Lobby
En la mañana del 30-06-14, la Corte Suprema decidió que la empresa Hobby Lobby no puede ser obligada a pagar seguros para sus empleados que cubran contraceptivos y drogas que potencialmente inducen el aborto. La decisión fue tomada por 5 votos contra 4.
La administración de Obama estaba tratando de obligar a Hobby Lobby y a miles de empresas y organizaciones cuyos dueños son pro-vida, a que cumplieran con el “mandato contraceptivo”, que obliga a las empresas a pagar seguros para sus empleados que incluyan anticonceptivos y drogas abortivas.
Dice la Corte que la Religious Freedom Restoration Act de 1993 (RFRA) permite a las corporaciones como Hobby Lobby mantener su perspectiva religiosa y a la vez hacer negocios. “Los términos de la RFRA son claros. El Congreso no discrimina contra los hombres y mujeres que desean manejar su negocio con fines de lucro en la forma requerida por sus creencias religiosas”.
El presidente del Tribunal Supremo John Roberts y los jueces Samuel Alito, Antonin Scalia, Clarence Thomas y Anthony Kennedy, votaron a favor de la libertad religiosa en los casos Burwell v. Hobby Lobby Stores Inc. (antes Sebelius v. Hobby Lobby Stores Inc.) y Conestoga Wood v. Burwell. Votaron por la minoría, contra la libertad religiosa: Ruth Bader Ginsburg, Sonia Sotomayor, Stephen Breyer y Elena Kagan.
La cadena Hobby Lobby, con más de 500 sucursales en 41 estados, se enfrentó a una multa de 100 dólares por día por empleado o sea 1.3 millón de dólares en multas diarias por violar el “mandato contraceptivo” (U.S. Department of Health and Human Services -HHS- mandate in the Affordable Care Act).
La decisión sobre Hobby Lobby sólo se aplica a las empresas, como Conestoga Wood Specialties, la cual tenía en la Corte Suprema un caso similar. Los grupos sin fines de lucro, como Sacerdotes por la Vida, todavía están esperando una decisión sobre su derecho a optar por el mandato.
Las empresas, sean con o sin fines de lucro, consideran que la ley sólo les da a elegir entre elevadas multas o “ser cómplices de algo intrínsecamente malo”