Es difícil encontrar alguna persona que no haya oído hablar de la new age, ya asociada a la música, o a determinadas corrientes sociales y/o culturales.
Lo que sí es difícil es encontrar a católicos debidamente formados sobre la new age y sus peligros.
Es posible que usted mismo piense que la new age es una mera corriente cultural importada de algún país anglosajón y que ninguna influencia puede tener en su vida, o en la forma de vivir su cristianismo.
Sin embargo la realidad es bien diferente dado que la new age (nueva era) es un suerte de principios, creencias y opiniones que tratan de suplantar a la verdadera religión satisfaciendo las necesidades espirituales que se suscitan en todo ser humano.
Tal vez le suene la banda sonora de la película de Disney el Rey León: el famoso Hakuna Matata. Si repara en la letra de la pieza musical (Hakuna Matata / Vive y deja vivir / Hakuna Matata / Vive y sé feliz / Ningún problema / Debe hacerte sufrir /Lo más fácil es / Saber decir / Hakuna matata ), podrá percibir algunas de las supuestas promesas que la new age realiza a sus seguidores o simpatizantes: una vida sin preocupaciones, un falso optimismo ante el futuro, una tranquilidad anímica más propia de un filósofo estoico que de un hombre real de carne y hueso.
Escribir sobre la nueva era es una tarea difícil pues no estamos ante una religión tradicional cuyos dogmas o creencias estén debidamente recopilados, sistematizados, y ordenados en alguna suerte de código, libro sagrado o similar. Tampoco estamos ante una creencia institucionalizada en la que el nuevo creyente tenga un sacerdote, un líder o un gurú capaz de guiarle en su nuevo camino; esa dificultad para escribir sobre una ideología de perfiles cambiantes y contornos difusos hace más meritoria la obra que don Juan Manuel Gutiérrez Delgado ofrece a los lectores.
En su libro el lector podrá encontrar las principales claves de un movimiento cultural y religioso que cada día cuenta más adeptos, adeptos que en muchos casos son desconocedores de ser seguidores de una nueva religión que promete acabar con todas las creencias afianzadas hasta ahora en el corazón humano.
El libro que nos presenta la editorial Sekotia, como no podía ser de otro modo, empieza por enmarcar que es lo que hemos de considerar como Nueva Era. Así hemos de entender que la New Age se refiere a la Era de Acuario y nace de la creencia astrológica de que cuando el Sol pasa de un signo del zodíaco al siguiente se producirían cambios en la Humanidad.
Así el tránsito a la constelación de Acuario traerá la configuración de una nueva humanidad más feliz y respetuosa con el medio ambiente, es decir, el hombre volverá a recuperar el paraíso terrestre cuando se produzca el tránsito a Acuario.
Otro problema bien distinto es fijar el momento temporal en que el Sol pasará de un signo zodiacal a otro, pues según algunos autores ese paso ya se ha producido, y según otros la humanidad está pendiente de experimentar semejante dicha.
Lo que nadie puede negar es que los defensores de estas nuevas ideas han llevado a cabo un intenso trabajo sincretista al unir en su filosofía conceptos e ideas propios de las religiones orientales con adornos tomados de las creencias cristianas.
La meditación, la espiritualidad, la historia, la medicina, la música, la cultura, el misticismo y la meditación espiritual se dan la mano a través de la reinterpretación de antiguos mitos, y de la nueva valoración de la relación entre el hombre y la naturaleza.
En este caos intelectual puede convivir perfectamente la imagen de un Jesucristo (sólo humano), con la idea de la reencarnación, la creencia en una fuerza interior en toda persona, con la negación del infierno. De este forma el ocultismo, el hinduismo y el budismo se convierten en inspiradoras de una nueva religión que potencia la lectura de los típicos libros de autoayuda (“hágalo usted mismo”, “usted es el responsable de sus felicidad”, “construya su camino”), que pretende encontrar en la música relajante el instrumento idóneo para alcanzar un grado sumo de espiritualidad, que fomenta el conocimiento de uno mismo mediante la práctica de diferentes forma de meditación, como el yoga, o que son capaces de hacer olvidar la existencia de los otros, para centrar todo nuestro esfuerzo en un conocimiento egocéntrico y hedonista de la realidad.
La lectura de “New Age, desvelando la falsa religión” se convierte en un ejercicio obligado por cuanto su autor nos descubre la influencia que las nuevas corrientes están teniendo en nuestras vidas, su vinculación con la rebelión juvenil, y el peligro que supone para la convivencia en sociedad ya que la new age enfatiza la elección individual en los asuntos religiosos, permitiendo que cada uno se haga una religión a su medida proscribiendo el esfuerzo personal y el estudio pues la intuición de cualquier individuo vale más que la opinión fundamentada de cualquier experto.