Finalmente, Coca-Cola se ha rendido a la presión cultural del lobby gay y de género.
Su última campaña de publicidad en televisión, bajo el título Familias, utiliza a los niños para exaltar como modelo de familia el llamado matrimonio homosexual:
Coca-Cola excluye de sus fórmulas de felicidad a los niños de familias naturales, que son la inmensa mayoría.
El derecho de los niños a tener una madre y un padre tampoco aparece por ninguna parte en el anuncio de Coca-Cola.
Todo el anuncio está inspirado en los postulados de la ideología de género, que propone modelos alternativos de familia para discutir la singularidad y el lugar central de la institución de la familia natural en la sociedad.
Coca-Cola se suma a los experimentos de ingeniería social, alterando la fórmula de la familia para seguir los dogmas de lo políticamente correcto.
Pero sin familias naturales y sin el derecho de los niños a una madre y un padre, no hay sociedad y, por tanto, tampoco consumidores que compren los productos de Coca-Cola.
Y es que hay algunos experimentos que es mejor no hacer ni con gaseosa.