«La Asamblea de Madrid aprueba una ley que tiene como objeto, entre otros, imponer como obligatoria una determinada visión de la sexualidad, la propia de la ideología de género que defienden las organizaciones autodenominadas LGTB. Desprecia así, el parlamento madrileño, la pluralidad de ideas y concepciones sobre la sexualidad que existen en España al amparo de la libertad ideológica y religiosa y pretende poner la Administración autonómica al servicio de un nuevo totalitarismo que quiere convertir en perseguible y sancionable discrepar de esa visión de la sexualidad.» Así de dura es el comunicado del Foro de la Familia en el que denuncia el totalitarismo presente en la nueva ley de Transexualidad de la Comunidad de Madrid.
El presidente del Foro de la Familia, Mariano Calabuig, ha dicho: “Este es el círculo vicioso de la nueva tentación totalitaria: un lobby logra que una ley apoye sus opiniones sobre un tema tan discutible y discutido como la sexualidad y a continuación se pretende meter en la cárcel a quienes tengan otra idea sobre la sexualidad humana bajo la disculpa de que discrepar es incitar al odio. Si triunfase la postura de corte totalitario de este Observatorio liberticida, en España se habría acabado con la libertad de pensamiento en materia de sexualidad”.
Frente a estos ataques, el Foro de la Familia reivindica la libertad de expresión y difusión de pensamientos, ideas y opiniones.
En consecuencia:
- Sobre la sexualidad se puede opinar y, por tanto, también sobre la homosexualidad, la heterosexualidad o la transexualidad.
- Sobre las conductas humanas en materia de sexualidad se puede opinar y hacer juicios éticos, al igual que se puede hacer sobre todas las conductas humanas.
- Sobre las ideologías o concepciones antropológicas en materia de sexualidad se puede opinar con libertad.
- Cada persona es libre de pensar sobre la sexualidad lo que quiera y de configurar su conducta sexual a su libre albedrío y los demás son igualmente libres de discrepar sin que eso sea ninguna incitación al odio ni nada censurable.
- Los lobbys LGTBI pueden tener sus ideas propias sobre la sexualidad y defenderlas en libertad, pero quienes discrepan de ellos tienen el mismo derecho a opinar en libertad.
- Las leyes se pueden criticar en una sociedad democrática. Solo los totalitarios –como el Observatorio que quiere sancionar a los Obispos discrepantes sobre la ley madrileña en materia de sexualidad- pretenden encarcelar a quienes en democracia critican una ley.
- El Estado no está legitimado para imponer una determinada visión ideológica de la sexualidad arrasando libertades básicas de las personas.
- En particular el Estado, y por tanto también la CAM, debe respetar la libertad de educación y evitar la manipulación ideológica del sistema educativo al servicio de la ideología particular de algunos en materia de sexualidad.
- Las familias tienen el derecho y el deber de defenderse frente a quienes pretenden instrumentar la administración educativa para imponer a sus hijos una visión de la sexualidad contraria a los criterios morales y antropológicos de las propias familias en la materia.
Mariano Calabuig afirma: “Confío en que la Fiscalía y el poder judicial no abdiquen de su obligación de defender la libertad de pensamiento en materia de sexualidad y libertad religiosa y de educación. Confío en que no se dejarán presionar por quienes, en nombre de la ideología de género, quieren acabar con la libertad de los que no opinan como ellos”.
El Presidente del Foro añadió: “Estos hechos que denunciamos suponen una verdadera tentación totalitaria, una nueva intolerancia que crece en nuestra sociedad con grave riesgo para la libertad de todos y, en especial, de las familias y su derecho a educar en libertad a sus hijos”.
El Foro de la Familia agradece la defensa de la libertad a los Obispos madrileños autores de la reflexión sobre la ley de la CAM que el Observatorio liberticida denuncia.