Desde hace algunas semanas se ha puesto en marcha un arbitrario, atrabiliario y engañoso sistema de «desescalada» por fases, con el fin de que la sociedad española camine hacia lo que el régimen político imperante denomina «nueva normalidad», manteniendo, mediante sucesivas prórrogas parlamentarias, el desnaturalizado Estado de Alarma que desde hace más de setenta días rige en nuestra Patria.
Durante este tiempo, el Gobierno frentepopulista ha utilizado todos los resortes coercitivos a su alcance; ha mentido, ha sido incapaz de gestionar mínimamente con efectividad la crisis sanitaria, ha utilizado el confinamiento para imponer sus tesis totalitarias en materia económica y social, al estar inmunes a toda reacción social en su contra.
El Gobierno del Partido Socialista y de su socio, la «organización-lumpen» denominada «Podemos» está ejerciendo, mediante normativas que no tienen el más mínimo encaje legal, una incesante labor en favor de crear un amplio espectro de clientelismo social que les genere en el futuro réditos electorales, previo saqueo de las arcas públicas. Todo ello combinado con una intensa labor de coacción, fundamentalmente contra las personas decentes. Así, no es comprensible que haya más de un millón de multas y apenas unos millares de tests. En esta labor de coacción no han sido ajenas las Fuerzas de Orden Público, actuando sin dilación obedeciendo órdenes de dudosa legalidad. Su prestigio social ha sido socavado, pues existe una percepción amplia de que vivimos en un Estado policial.
Al mismo tiempo, la oposición política ha sido incapaz de articular un frente de contención a todos los despropósitos de este Gobierno. El sistema partitocrático, ínsito en la Constitución española en vigor, ha funcionado a la perfección a fin de blindar la acción destructora por parte de los responsables políticos. El sistema constitucional de partidos es lo contrario a una concepción política basada en el logro del bien común de los españoles. El baile de alianzas y cambios de criterio en las votaciones parlamentarias sólo tienen un objetivo: el mantenimiento en el poder y la búsqueda de réditos electorales futuros. De este modo hemos visto cómo gobiernos autonómicos con mayorías precarias, han sido los mayores colaboracionistas de este infame Gobierno (el caso de la mal llamada Comunidad de Castilla y León, gobernada por la coalición liberal conservadora es un buen ejemplo). De igual manera, el liberalismo más extremo del partido «Ciudadanos», con su actitud seguidista, ha apuntalado las agresiones de este Gobierno a la hora de votar repetidamente a favor de la prórroga del Estado de Alarma.
Por su parte el partido «Vox» ha procedido a ejercer una oposición que ha sido apoyada por un sector importante de los españoles. Sin embargo, esta formación política tiene como objetivo sustentar la pseudomonarquía parlamentaria, inspirándose en sus acciones en el espíritu de la Transición y de la Constitución en vigor, que para los carlistas es el origen, causa y consecuencia de todo el sufrimiento que estamos viviendo. Por supuesto, saludamos y apoyamos todas las manifestaciones y protestas espontáneas que se han producido a lo largo y ancho de nuestra geografía. Decenas de miles de españoles se han manifestado en un «¡basta ya!» contra este Gobierno. Esta valiente reacción social no puede desembocar en un mero cambio de la relación de fuerzas entre los partidos en el marco del sistema actual; sino que debe de ser el inicio de la reconstrucción de la comunidad política.
Se habla de «nueva normalidad» y de añoranza de la «vieja normalidad». Los carlistas llevamos casi dos siglos luchando contra la vieja normalidad; siendo la nueva que se nos avecina una reformulación de la vieja, esta vez implementada con la coacción tecnológica, cuyos efectos sobre los restos de la sana comunidad de españoles será demoledora. Por todo ello nos opondremos a esta nueva normalidad si traspasa (como así quieren que sea) la línea roja de la justificación prudencial, a fin de minimizar repuntes de la pandemia.
Recuperemos, pues, sobre las bases de la Tradición, nuestra capacidad de lucha para los duros tiempos que se avecinan, reforcemos nuestro trabajo junto a los sectores sociales que están demostrando una firmeza de acción y de convicciones. El Tradicionalismo se hace más necesario que nunca a fin de derrotar no solamente a este Gobierno siniestro, sino también al sistema que lo legitima y justifica.
Que la Providencia nos ayude en la lucha por la restauración de su Reinado.
COMPARTE:
EMBÁRCATE EN LA LUCHA CONTRARREVOLUCIONARIA: Si quieres defender la cristiandad y la hispanidad, envíanos tus artículos comentando la actualidad de tu país hispano, o colaboraciones sobre la fe católica y la cultura, así como reseñas de libros, artículos de opinión… Ya superamos las 12.000.000 de páginas vistas anualmente en todo el mundo, únete a nuestro equipo de voluntarios y difunde la verdad compartiendo en redes sociales, o remitiendo tus colaboraciones a redaccion@tradicionviva.es . Puedes seguirnos en Telegram: t.me/tradicionviva / Facebook: @editorial.tradicionalista / Twitter: @Tradicion_Viva / Youtube: youtube.com/c/tradicionvivaTv / Suscríbete a nuestro boletín digital gratuito, pulsa aquí.
TE NECESITAMOS: Somos un espacio de análisis lejos de los dogmas de la corrección política; puedes colaborar haciendo una DONACIÓN (pulsando aquí)