El 12 de julio de 2020, Anika Shehzad (16 años) residente de Wandala Diyal Shah en Sheikhupura, comenzó a trabajar como empleada doméstica, en la casa de una propietaria musulmana Naila Bibi (32 años) residente de B.Block, Multan Road, Lahore . El empleo había sido conseguido por una mujer de la misma aldea que Anika llamada Maqboola Bibi (56 años), que era pariente de Naila.

Durante el tiempo de su empleo no se permitió ninguna comunicación entre Anika y sus padres, a pesar de su edad joven y vulnerable, y esto causó gran ansiedad a los padres de Anika.

El 12 de agosto de 2020, Maqboola se puso en contacto con los padres de Anika y les pidió que fueran a visitar a su hija. Emocionados, los padres se lavaron y se cambiaron de ropa, y corrieron a la casa de Maqboola para ver a su hija que había estado fuera durante un mes. Sin embargo, cuando llegaron a la casa de Maqboola se sorprendieron por el estado de Anika.

La madre Khalida (34 años) corrió hacia Anika entre lágrimas y observó las marcas de cortes extremadamente visibles en los brazos de su hija. Peor aún, cuando llegó a su hija, de repente vio las vívidas marcas de dónde habían estado las cadenas alrededor de sus tobillos hinchados. La situación de Anika hizo llorar a madre e hija y lloraron en voz alta cuando la conmoción golpeó a Khalida. Anika refirió al nuevo Gerente de Operaciones para Pakistán de La Asociación Cristiana Británica de Pakistán (BPCA) que en el momento en que su madre la vió, se dio cuenta de su estado lamentable, pero sintió que ahora estaba con alguien que la protegería.

Anika no podía caminar y tuvo que ser llevada a la casa de Maqboola en coche. Khalida le preguntó a Maqboola qué había sucedido. Naila le dijo a Khalida que Anika había sido atacada de esta manera porque había robado 5000 rupias pak.

Kahlida refirió que le gritó a Maqboola en ese momento: “¿Qué violencia tan maligna, esta horrible crueldad por el robo de 5000 rupias?” Naila respondió: “Nunca se puede confiar en Choora (una palabra despectiva para los cristianos) y no se merece misericordia”. Maqboola y otros le pidieron a Anika que contara su relato de lo que había causado su trato brutal. Anika explicó:

“Mientras estaba en la casa de Naila, seguí suplicando tener contacto con mis padres, pero Naila siguió eludiéndome en este asunto.

” Cuando insistí, se volvió dura hacia mí.

“Le dije a Naila que no disfrutaba el trabajo y que al completar un mes lo dejaría

” En ese momento, Naila se puso furiosa y empezó a gritarme nombres abusivos e improperios sobre mí, mis padres y la fe cristiana. . “

Naila Bibi, muy enojada, saltó hacia Anika en un intento de lastimarla más, pero fue pacificada por otros allí. En la casa de Maqboola Bibi, Khalida fue amenazada por Naila y sus compatriotas para que no siguiera adelante con el asunto. Le dijeron en términos inequívocos que el costo de tomar cualquier acción podría resultar en la pérdida de todo lo que posee y de su vida. Se le advirtió que como cristiana no tenía derechos y que nadie la escucharía, además de que era pobre y Naila podía pagar los mejores abogados. Le dijeron que la nación de Pakistán pertenece a los musulmanes y no a Kaffir.

Khalida logró llevar a Anika a casa usando un bicitaxi ya que no podía caminar. Dos días después, el 14 de agosto de 2020, los culpables del ataque registraron una solicitud para un Primer Informe de Información (FIR) contra Anika por robar 5000 rupias Pak y agregaron una pérdida adicional de 20 g de oro, que afirman que Anika tomó de la casa de Naila Bibi. La solicitud se presentó en la comisaría de policía de Chung.

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Sin tener en cuenta la edad de Anika y el hecho de que siempre estuvo bajo el control de los musulmanes adinerados para los que trabajaba. La policía permitió el registro de una FIR obviamente falsa. El hecho de que no hubiera conocido a nadie en las proximidades de la casa a quien pudiera vender el oro y no hubiera podido ocultar fácilmente el dinero a los propietarios, lo que habría eliminado cualquier motivación, fue ignorado por una muy ignorante e ingenua fuerza policial.

El 18 de agosto de 2020, cuando la condición médica ya inestable de Anika empeoró, la llevaron al Hospital Mian Munshi, donde actualmente está bajo tratamiento. Al día siguiente, la familia de la víctima fue llamada a la comisaría de Chung para responder contra las acusaciones presentadas contra Anika. El equipo de BPCA acompañó a los padres de Anika a la estación de policía y los ayudó a registrar su propia solicitud FIR (Chung-8/19 / 2020-7539) contra la violencia y crueldad de Naila y su hogar. BPCA está buscando que se presenten cargos bajo la Ley de Protección de la Mujer y la Ley de Violencia Doméstica. La Asociación Cristiana Británica de Pakistán (BPCA) se aseguró de que el testimonio de Anika fuera registrado como declaración oficial de la policía de Chung.

Más tarde ese mismo día, el oficial de investigación, Muhammad Ashfaq ASI, convocó a una reunión conciliadora entre la familia de Anika y la casa de Naila. Muhammad Ashfaq registró la declaración de Maqboola Bibi, quien admitió que Anika había sido sometida a un ataque extremadamente brutal. Naila se mostró hostil a la presencia de Khalida y cuando escuchó a la madre pedir justicia para su hija, comenzó a llamarla puta y Choorah y le arrojó los brazos para intentar intimidarla hasta que intervino la policía.

Anika ha sido remitida al MAO Hospital Lahore para recibir tratamiento adicional y está siendo tratada por trastorno de estrés postraumático (TEPT), náuseas y fibromialgia.
El equipo de BPCA visitó a Anika en el hospital y ella les ha confiado que los extraños que la rodean ahora la aterrorizan. Ella le dijo a BPCA, “Fue un infierno lo que viví. Me encadenaron, impidieron que contactara a mi familia y me agredieron”. “Se intentó coaccionarme para que dejara mi fe.” “Estuve encadenado durante días, y mis tobillos llevan vívidamente sus marcas.
“Tengo miedo de que ninguno de mi familia esté a salvo, me dijeron que los matarían a todos si hablaba de lo sucedido”.

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