Jornada triste en la Argentina, no para los pañuelos verdes, que vieron su “luz verde” al sancionarse en ley, la IVE, Interrupción Voluntaria del Embarazo. Luego de una maratónica sesión en la Cámara de Senadores, 38 de ellos dijeron que SI a la ley, 29 que NO y un cobarde que se abstuvo.

Dos años atrás, los Senadores, en una ajustada votación, habían dicho que NO. Pero los tiempos cambian, las ideologías van y vienen, algunas toman mayor fuerza, otras no. Pero esta vez, hubo un fuerte apoyo por parte del mismo presidente de la República, Alberto Fernández, quien celebró y festejó, como si la Argentina hubiera ganado un mundial de fútbol.

Cantos, alegrías y festejos de color verde… Llantos y lamentaciones del lado “celeste”, el lado bueno. Hoy se le dijo NO a la vida y si a la muerte.

Para desenmascarar lo que hay detrás, cabe preguntarse por la vida. ¿No ha dicho Jesús ‘Ego sum via et veritas et vita’? -Yo soy el camino y la verdad y la vida- ¿Y no ha dicho también ‘Ego sum resurrectio et vita’? -Yo soy la resurrección y la vida- Entonces, ¿Quién está detrás? ¿Quién es el verdadero artífice? ¿Quién es el comandante en jefe de esta operación? Ni más ni menos, querido lector, Satanás…

Todos aquellos que atenten contra la vida, son del Anticristo. Los que no aman a Dios, festejan con Satanás. Y hoy en Argentina, se declara el amor por Satanás, amor a la muerte, amor al feminismo mal concebido. Porque, una cosa es ser feminista y otra muy distinta es ser una feminazi. Si el Cielo explota de alegría por un pecador que se arrepiente y se convierte, hoy el Infierno tiene un día solemne, y el presidente Alberto Fernández, que se declara Católico, ha realizado la compra del pasaporte a ese lugar, donde los dientes rechinan y el fuego no se apaga.

Dije que el presidente se declara Católico, es más, dijo lo siguiente: “Soy católico, y no me siento menos católico por apoyar el aborto. Mi deber es resolver un problema que tiene la sociedad”, redefinamos entonces las palabras problema, sociedad y católico. Sin dejar de importarme las otras palabras, la que me trastorna, si se me permite esa palabra, es la redefinición de Católico. ¿Ahora el Católico puede decir que es Católico y que apoya el aborto sin ningún tipo de escrúpulos?

¿Qué es ser Católico? ¿No le da a Usted algún tipo de escozor oír a un católico expresarse de ese modo? Está claro, ese es el nuevo catolicismo, ese gestado en el Ecuménico Concilio Vaticano Segundo. Es la onda ‘Green’, la nueva iglesia. Donde los divorciados tienen un lugar preeminente, pueden comulgar y confesarse. Esta nueva Iglesia, actualizada a los tiempos que corren, tiene hijos como este presidente: pro-aborto (anti vida), pro-LGBT (anti natura), pro-marxismo (anti religión) Eso es lo que está de moda, y parte de los Católicos, adhieren a esa ideología.

Lejos queda la Iglesia Tradicional, la Iglesia de siempre. Con Católicos verdaderos, esos que rezaban el Rosario, encendían velas a los Santos, hacían Novenas, largas Novenas. Esos que decían ‘solo me arrodillo ante Dios’, ocultaba algo de orgullo propio, si, pero reconociendo a Dios por sobre todas las cosas. Esos Católicos a favor de la Vida, jamás pensarían en robar y mucho menos en matar. Católicos fieles, de matrimonios duraderos -hasta que la muerte los separe- y muchos hijos. Esos Católicos, ¿dónde están?

Con mucho dolor hay que reconocer que la nueva iglesia los está abortando. No hay lugar para los Tradicionalistas. Pero que va… si el mismo Vaticano ha dicho que las vacunas realizadas con líneas celulares de fetos abortados son moralmente aceptables, ¿qué podemos esperar? ¿Qué no haya aborto?

Hoy la Argentina se viste de luto. Reafirma su desposorio con Satanás, iniciado allá por el año 1987, cuando dijo que si al divorcio. Hoy Argentina reafirma su condición anticristiana. Hoy, se ha vuelto más réproba y tonta, donde escasea la inteligencia y abunda el pecado. Hoy Argentina atenta contra sí misma, yendo en contra, incluso, de su propia constitución. Basada en principios cristianos, dicho sea de paso.

Argentina necesita de Cristo, pero de Cristo Rey, Señor y Dador de Vida.

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