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153 aniversario de Charles Maurras

Hay que distinguir el activismo monárquico de Maurras, vinculado al apoyo a la rama orleanista, del tradicionalismo de los legitimistas.

Charles Maurras

El político y escritor francés Charles Maurras nació el 20 de abril de 1868 en Martigues (Provenza), en el sur de Francia, y creció en un ambiente católico y monárquico. Durante los primeros años de su adolescencia se volvió completamente sordo, lo que le hizo perder muchas ilusiones. A los 17 años se trasladó a París, ciudad en la que trabajó para diversas publicaciones periódicas, incluida “La Cocarde”, una revista republicana. Fue reportero durante los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, celebrados en Atenas en 1896.

Empezó a participar en asuntos políticos durante el llamado “caso Dreyfus”; en 1899 se unió a Action Française, movimiento político antiparlamentario francés fundado el año anterior, en 1898, por el profesor de Filosofía Henri Vaugeois, y por el escritor y periodista Maurice Pujo, y del que Maurras se vio pronto influenciado y llegaría a ser el principal fundador e ideólogo de Action Française. Junto al escritor Léon Daudet (1867-1942) editó el periódico del movimiento, “La Revue de l’Action française”, que en 1908 se convirtió en un periódico diario bajo el nombre de “L’Action Française”.

Es necesario explicar que la sensación angustiosa de vacío y de provisionalidad que había dejado en muchos pueblos la aplicación del sistema del sufragio universal, trajo como consecuencia un interés en el estudio de la forma monárquica de gobierno, que además se ha considerado como la única alternativa de la República. Pues bien, el doctrinario de la Monarquía, en su forma moderna, no solo en Francia, sino en todo el mundo, ha sido el escritor, poeta, periodista y político Charles Maurras.

Ahora bien, hay que distinguir, sin embargo, el activismo monárquico de Maurras, vinculado al apoyo a la rama orleanista, del tradicionalismo de los legitimistas. En efecto, Action française no se confunde con el antiguo movimiento realista tradicional, menos presente a finales del siglo XIX. Charles Maurras concibe una combinación de nacionalismo, que hasta el caso Dreyfus era sinónimo de republicanismo, con el realismo y el catolicismo. Y conviertió así al ideal monárquico a futuros miembros de Action française, como Henri Vaugeois, Maurice Pujo, o Léon Daudet (este último casado con la nieta de Victor Hugo), que hasta entonces pertenecían a círculos republicanos nacionalistas de centro-izquierda demócrata, radical, anticlerical. El propio Maurras no pasó a ser realista sino en 1896.

Action française no fue, pues, un partido que pudiera confundirse con el tradicionalismo ni con la reacción legitimista, aspecto especialmente puesto de manifiesto con el agnosticismo de Maurras, que apoyaba el poder de la Iglesia Católica en tanto que fuerza de cohesión social, es decir, por una mera cuestión práctica, sin interés por el discurso religioso evangélico en sí mismo.

En el seno de la Action française, Charles Maurras insufló una nueva síntesis ideológica, el maurrasismo o nacionalismo integral, que recoge elementos ideológicos tradicionales entreverándolos con ideas más modernas (en esa época) como lo es, por ejemplo, el nacionalismo. Esta nueva síntesis, en realidad una construcción ideológica bien elaborada, tuvo una enorme capacidad de seducción sobre las elites intelectuales francesas de la primera mitad del siglo XX. Para entender mejor el “maurrasismo”, quizás esta cita sirva para ello:


“Action Française, cuyo nacionalismo no podía limitarse al terreno constitucional, resuelta a realizar su nacionalismo en la constitución política del Estado francés, se llama integral porque la solución monárquica satisface todas las necesidades del país, así como una integral en Matemáticas representa la suma de todos los valores de una función algebraica” 

Bertrand de Vesins – Congreso de Action française – noviembre de 1926, citado por Lucien Thomas en “L’Action française devant l’Église”.

El ideario político de Maurras se centraba en un intenso nacionalismo (que él mismo describió como “nacionalismo integral”) y en la creencia de una sociedad ordenada y elitista. Estas fueron las bases para apoyar tanto a la monarquía como a la Iglesia católica, a pesar de que la mayor parte de su vida se declaró agnóstico y nunca tuvo una especial lealtad hacia la Casa Borbón-Orleans. Como muchos otros europeos de su época, se vio encantado con la idea de la decadencia, parcialmente inspirada por las lecturas del pensador Ernest Renan (1823-1892) y del filósofo naturalista Hippolyte Taine (1828-1893). Sentía que Francia había perdido su “grandeza” durante la revolución de 1789, grandeza heredada de sus raíces romanas y desarrollada por “40 reyes que en un centenar de años crearon a Francia”. Según escribió Maurras en el periódico “Observateur Française”, la revolución no fue más que una revuelta negativa que destruyó todo el trabajo. La visión de la religión de Maurras fue también diferente. Apoyó a la Iglesia católica, ya que estaba íntimamente ligada a la historia de Francia y porque su estructura jerárquica y su élite clerical eran la imagen perfecta de su sociedad ideal. Sin embargo, menospreció los evangelios. En realidad, fue un defensor del catolicismo sin su cristiandad, suponiendo que esto fuera posible. Pero esa sería una buena definición de Maurras en el aspecto religioso: era católico sin ser cristiano. La principal crítica efectuada al maurrasismo por Roma es que subordinaba la religión a la política y al nacionalismo, ya que Maurras, racionalista, se definía como agnóstico, no utilizando al catolicismo sino como un medio de unificar la nación francesa. Su agnosticismo preocupó a una parte de la jerarquía católica, y en 1926 el Papa Pio XI colocó algunos de sus escritos en la lista de libros prohibidos por la Iglesia. Esto significó una gran conmoción para algunos de sus seguidores que incluían un número considerable de miembros del clero francés. La condena papal a los escritos de Maurras se levantó el año 1938, el mismo año en que Maurras fue elegido para la Academia francesa. El Papa Pio XII levantó la condena del maurrasianismo en 1939, tras la guerra civil española, que supuso la renovación del anticomunsimo en el seno de la Iglesia, y tras recibir fuertes presiones de un sector de la jerarquía eclesiástica.

Acción Francesa tuvo una notable influencia a lo largo de toda la Tercera República Francesa, y con fuertes repercusiones en otros países de la Europa occidental, como Italia, España e incluso en países de la Europa oriental como Hungría y Montenegro. En lo que se refiere a la Europa occidental, la influencia de Maurras fue determinante para explicar el fascismo italiano, y por extensión, también los demás fascismos de otros países de la Europa occidental. En el caso de España, su influencia fue en la revista “Acción española” que dirigió Ramiro de Maeztu (1875-1936). Desde los días previos a la proclamación de la II República, Ramiro de Maeztu colaboró en el movimiento y la revista “Acción Española”, que él propuso denominar “Hispanidad”, escribiendo también la presentación de la misma, que se publicó sin firma, y mereció el Premio Luca de Tena otorgado por el diario “ABC”. El núm. 1 de la revista salió el 15 de diciembre de 1931. Desde el número 28 de la revista (1-05-1933), Maeztu figuró formalmente como su director, y lo fue hasta el último número, el núm. 88, en junio de 1936. En esta última fase de su pensamiento se intensifica su relación con el viejo tronco del pensamiento tradicionalista español (Donoso Cortés, Menéndez Pelayo, etc.), y mantuvo afinidades con los integralistas portugueses, los teóricos del integralismo lusitano. Este ideario en pro de la civilización hispánica y católica, desarrollado en sus artículos en la revista “Acción Española”, fue recogido en su libro “Defensa de la Hispanidad”, que se convirtió en su obra más influyente y en el exponente de su doctrina. Salió un núm. 89 de la revista en marzo de 1937, pero ya sin su director Ramiro de Maeztu, que había sido encarcelado en la cárcel de Ventas de Madrid, al igual que Ramiro Ledesma Ramos, y ambos fusilados en la misma saca de presos el 29 de octubre de 1936.

Puede leer:  Las raíces de la modernidad según Elías de Tejada

En dicha revista, “Acción Española”, escribieron, entre otros colaboradores, Ramiro Ledesma Ramos y José Antonio Primo de Rivera, además del propio Ramiro de Maeztu. Concretamente, Ramiro Ledesma escribió un artículo titulado “Ideas sobre el Estado” en el núm. 24 de la revista (1-03-1933), y José Antonio escribió otro artículo titulado “Una bandera que se alza”, en el núm. 40 de la revista (1-11-1933). Por otro lado, Maurras fue también una de las influencias ideológicas en el pensamiento de José Antonio. Maurras es uno de los autores que había realizado una crítica al sistema democrático que José Antonio conocía bien.

Maurras apoyó la entrada de Francia en la Primera Guerra Mundial. Durante el período de entreguerras, Action française se desarrolla. Así, en las elecciones legislativas de 1919, la lista de Unión Nacional, apoyada por el partido, logró 30 escaños, entre ellos el de Léon Daudet por París.

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Su posición durante la Segunda Guerra Mundial fue, en cambio, mucho más ambigua. Describió la ascensión del Mariscal Philippe Pétain al poder como una “sorpresa divina”. En febrero de 1941, Maurras calificó como “divina sorpresa” la decisión del Mariscal Pétain de expulsar a Pierre Laval del gobierno de Vichy. Apoyó entonces en forma activa la política de dicho gobierno, en el que veía el símbolo de la unidad, como continuación de la unión sagrada de 1914.

Bajo la ocupación alemana, Maurras se opuso tanto a los colaboracionistas de Paris como a los “resistentes” en Londres. Más tarde declaró que creía que Pétain estaba jugando a un “doble juego”, trabajando en secreto para conseguir la victoria de los aliados. Tanto Pétain como Charles De Gaulle estuvieron influidos por la filosofía de Maurras.

Maurras fue arrestado en septiembre de 1944 y condenado a muerte por colaboracionista y por apoyar al Mariscal Pétain. La pena se conmutó por cadena perpetua, privación de las libertades civiles y la expulsión de la Academia francesa. Su respuesta fue: “C’est la revanche de Dreyfus!” (“¡Es la venganza de Dreyfus!”).

Una cosa es innegable: De Action Française, cuyo principal referente e ideólogo fue Maurras, surgió el periódico nacionalista “Je suis partout”, que incidió poderosamente en la vida cultural francesa desde que su editor Fayard lanzó su primer número el 29 de noviembre de 1930, y evolucionó desde una postura vagamente nacionalista a otra claramente nacional-revolucionaria, superado el chauvinismo del principio, con intelectuales como Lucien Rebatet y Robert Brasillach, siendo este periódico, hasta el último número, aparecido el 16 de agosto de 1944, el más europeísta y el más revolucionario de todos los periódicos nacionalistas vinculados con el espíritu de Action Française, y también el periódico cuya tendencia fascista se emparentó, a la vez, con las ideas de Jacques Doriot, dirigente del Parti Populaire Français (PPF), y de Joseph Darnand.

En 1952 Maurras fue amnistiado y se le trasladó desde la prisión hasta una clínica en la que permaneció internado bajo vigilancia. Murió en ese hospital el 16 de noviembre de 1952. Poco antes de morir, retornó al catolicismo.

La Action française se había reconstituido en 1947 en torno del diario “Aspects de la France” (sus iniciales son transparentes al respecto) y del movimiento “Restauration nationale”. Tras la muerte de Maurras, en 1952, dos periódicos rivales, “Aspects de la France” y “La Nation française” de Pierre Boutang reivindican la herencia maurrasiana, hasta que en 1967 desapareció “La Nation française”.

En 1971, Bertrand Renouvin creó una escisión y fundó la Nouvelle Action française, que pronto se convertirá en la Nouvelle Action royaliste (orléanista). Este movimiento llamó a votar a François Mitterrand en 1981. A principios de los años 1980, otros líderes de la Action française, como Georges Paul Wagner o Philippe Colombani pasaron a militar en el Front National

Hoy en día, la Action française, bajo la denominación de Centre Royaliste d’Action Française (CRAF), es el principal movimiento político de tipo monárquico en Francia. Y los jóvenes de Action française se agrupan en torno de L´Action française étudiante, que reúne a estudiantes universitarios o de instituto, así como a trabajadores; y cuentan con una quincena de secciones locales. Su línea de actuación se centra en la formación política: círculos de formación, debates, conferencias, etc., así como de la propia acción política: campañas, mítines. Cada año se reúnen para una Universidad de verano: se trata del Campamento de Maxime Real del Sarte, creado en 1953, que propone 10 días de formación política militante. En el presente, el movimiento es antiglobalización y antiliberal, reivindica la defensa, en todas sus formas, del “interés nacional” y preconiza un tipo de nacionalismo que no es sino una somera puesta al día de las ideas heredadas de Charles Maurras.

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