El nacionalismo vasco, como todo nacionalismo, prostituyó las palabras libertad y autonomía, y engañando al pueblo bajo pretexto de defender las tradiciones patrias y las libertades civiles, en realidad defendió el igualitarismo liberal destructor de los fueros y libertades. Esta afirmación, que para algunos podría resultar aventurada a principios del siglo XX, no deja lugar a dudas en pleno siglo XXI en el que la historia del nacionalismo vasco nos brinda episodios sobrados de traiciones y componendas con los enemigos de la tradición y del catolicismo.
Hoy en la colección Selecciones Tradición Viva publicamos un discurso pronunciado en 1918 por el tribuno carlista don Juan de Olazábal Ramery en el que el guipuzcoano denunció la mezquindad del nacionalismo, y advirtió al pueblo vasco de la destrucción de sus libertades tradicionales.
Juan de Olazábal, de larga estirpe carlista, fue una más de las víctimas silenciadas de la represión republicana, pues desde el primer momento de la instauración del régimen republicano percibió el secularismo republicano militante como un ataque bárbaro contra los cimientos mismos de la civilización, por lo que desde las filas tradicionalistas combatió hasta el final de sus días el criminal Estado republicano. Tras el alzamiento nacional del 18 de julio Olazábal permaneció en San Sebastián, siendo detenido en uno de los barcos fondeados en sus costas, y posteriormente trasladado a la cárcel Ángeles Custodios de Bilbao, prisión custodiada por la unidad de milicias de UGT. El 4 de enero de 1937 los milicianos socialistas ejecutaron alrededor de 100 prisioneros, entre los que se encontraba el propio Olazábal que con 76 años fue en su muerte, como había sido en toda su vida, fiel testigo de los principios tradicionalistas.
Biografía del autor:
Olazábal y Ramery, Juan de. Irún (Guipúzcoa), 30.XII.1864 – Bilbao (Vizcaya), 4.I.1937. Político integrista, escritor, periodista y abogado.
Emigrado con su familia a Francia en 1876, fue un rico propietario de Irún. Siguió a Ramón Nocedal en su escisión integrista, separándose del carlismo en 1888, al igual que su tío Liborio de Ramery (diputado en 1891).
El 1 de julio de 1895 fue concejal integrista de San Sebastián. Destituido en 1896, logró su reposición para cesar el 8 de junio de 1899. En 1897 fundó y fue propietario y director del diario integrista La Constancia de San Sebastián. En abril de 1899 fue elegido diputado a Cortes por Azpeitia sin oposición. Fue vicepresidente de la Liga Foral Autonomista de Guipúzcoa (17 de noviembre de 1904). Al fallecer Nocedal en 1907, presidió el directorio nacional integrista compartido con José Sánchez Marco y Manuel Aznar, y cedió la dirección de El Siglo Futuro a Manuel Senante.
En 1909, la asamblea de Zaragoza le eligió jefe nacional del Integrismo, y lo fue hasta 1932. Fue diputado provincial por Irún en 1907 y 1911. Se opuso con firmeza a la Ley del Candado de Canalejas firmando el manifiesto de Zumárraga (26 de agosto de 1910). En 1917 y como representante de Oyarzun, pidió la autonomía municipal. Con otros integristas aceptó a Alfonso XIII.
En julio de 1930 fue encuestado por la Sociedad de Estudios Vascos sobre la autonomía vasca y desde 1931 propugnó la unión de las derechas frente a la política anticatólica de la Segunda República. Regresó al carlismo al reconocer a Alfonso Carlos (I) el 1 de febrero de 1932, declarando extinto el Partido Integrista. Se enfrentó a los nacionalistas vascos por aceptar éstos el Estatuto propuesto por Prieto y por implicarse en la Revolución de 1934. En 1936 estuvo en la Junta Carlista de Guerra presidida por el jefe delegado Fal Conde, y fue detenido en San Sebastián. Confinado en la prisión “Los Ángeles Custodios”, fue asesinado en el asalto a las cárceles de Bilbao en 1937.
Obras : Esquema o bosquejo del programa integrista, Durango, Florentino Elosu, 1909; El anarquismo en Guipúzcoa y las diputaciones liberales […], San Sebastián, Imprenta La Constancia, 1911; Historia contemporánea. Liquidando cuentas. Cuestiones candentes que interesan a todos los vascos, [post. a 1918]; El Sufragio Universal, el Nacionalismo y los Fueros, San Sebastián, Tipografía Baroja, 1919; Errores nacionalistas y afirmación vasca, San Sebastián, Socociedad Española de Papelería, 1919; El cura Santa Cruz: guerrillero, Vitoria, Montepío Diocesano, 1928; La caza con escopeta y perro de muestra, San Sebastián, Editorial Vasca, 1930; En defensa del propietario rural de Guipúzcoa, Pasajes, 1930; Nuestro Fuero y los Reyes de Castilla: en defensa de la tradición, Zarauz, Editorial Vasca, 1932.
Biografía redactada por José Fermín Garralda Arizcun.
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