Según el erudito islámico Tilman Nagel, el Islam en sus formas esenciales no puede integrarse en Europa. Esta falta de integración resulta sobre todo de la alienación cultural del Islam, cuyos adherentes en muchos casos no pueden tener éxito socioeconómico en las sociedades europeas basadas en fundamentos culturales ajenos al Islam. Por lo tanto, formarían clases bajas étnico-religiosas y reflexionarían cada vez más sobre su propia religión y cultura en lugar de integrarse. Al mismo tiempo, el resentimiento contra las sociedades y culturas de Europa aumentaría entre los musulmanes.

Además, incluso en condiciones culturales más favorables, las sociedades europeas posmodernas no podrían integrar a los musulmanes. Hay una asimetría entre la creciente reflexión sobre los propios musulmanes y un creciente rechazo de los propios en las élites políticas posmodernas de Europa, lo que resulta en interacciones destructivas para Europa:

“La fuerte inmigración musulmana a Europa llega en un momento en que las principales élites europeas consideran chic desdeñar, incluso condenar y alabar todo lo ‘exótico’, en el gesto de la autoacusación,que para ellos no tiene consecuencias– aunque uno lo sepa superficialmente. En el mundo islámico, por otro lado, se ha observado durante mucho tiempo un retorno a lo propio. Su superioridad y el poder que se le atribuye para redimir al mundo de su sufrimiento causado por Occidente son considerados como una conclusión inevitable por los inmigrantes musulmanes. […]

Los aterradores déficits civilizatorios e intelectuales para los estándares occidentales, que tiene una abrumadora mayoría de la población en los países islámicos y que están documentados en numerosas encuestas estadísticas desde un lado neutral, coinciden con el descrito autoengrandecimiento musulmán, que no es una coincidencia. […]

Cuanto más a menudo los inmigrantes no se integran en las condiciones de vida que les son ajenas, mayor es la tentación de aislarse de ellos y esperar una compensación en la comprensión islámica de sí mismo y del mundo descrita anteriormente.

Una sociedad que elogia acríticamente el Islam e ironiza la civilización europea, si no la rechaza, al menos con presuntas burlas, no ofrece a los musulmanes ningún incentivo para participar seriamente en su nuevo mundo. ¹

La mayoría de los musulmanes esperan que la migración a Europa mejore sus condiciones de vida y, por lo tanto, no tienen intención de destruir las sociedades de Europa. Sin embargo, las profundas diferencias entre la cultura islámica y la europea dan lugar a una tensión irreversible.

Todas las corrientes relevantes del Islam se basan en la opinión de que la religión o el Islam deben dar forma a la cultura y el orden social. Por lo tanto, una inserción incondicional en las culturas y órdenes sociales no islámicos de Europa no es posible para la mayoría de los musulmanes o requeriría un alejamiento del Islam.

Las observaciones y advertencias de Nagel coinciden con las de otros observadores del desarrollo.

• El historiador Bernard Lewis, considerado uno de los principales expertos mundiales en la historia del Islam, había acuñado el término “choque de civilizaciones”, que más tarde fue retomado por el politólogo Samuel P. Huntington. El Islam político, que está ganando fuerza en todo el mundo, considera al cristianismo y a las culturas de Europa basadas en él como su oponente y competidor más importante. Esta percepción es una constante en la historia del Islam. Los conflictos asociados no pueden evitarse ni resolverse en el diálogo. Será difícil para una Europa que no está dispuesta a tomar medidas efectivas para proteger su identidad “sobrevivir en la lucha que se está desarrollando actualmente”.
• El historiador Walter Laqueur, considerado el fundador de la investigación del terrorismo, habló en este contexto de “tormentas que se acercan”. En vista de las consecuencias a largo plazo de la inmigración masiva, el desarrollo demográfico, el agotamiento cultural, la falta de voluntad para afirmarse y la ceguera de la política a la realidad, Europa en el futuro estará “preocupada por la supervivencia”. En el contexto de las experiencias contrarias de las últimas décadas, es una “mentira de vida” suponer que la mayoría de los inmigrantes musulmanes en Europa pueden integrarse.
• El politólogo Martin Rhonheimer habló de que el Islam representa un “cuerpo extraño” cultural en Europa y no es integrable. El Islam ha producido su propia cultura, que es claramente diferente de la cultura cristiana y secular de Europa. Por lo tanto, una creciente influencia cultural del Islam en Europa es inevitablemente a expensas de la sustancia cultural de Europa. Por lo tanto, la migración de musulmanes a Europa conlleva “riesgos incalculables e impredecibles”.
• El científico social Gilles Kepel, considerado uno de los principales expertos mundiales en islamismo, advirtió en 2017 contra una “balcanización de Europa a lo largo de líneas religiosas y étnicas” en el curso de la migración, el desarrollo demográfico y la falta de integración y asimilación de los musulmanes. El Islam forma cada vez más la base de una contra-identidad que se define a sí misma a través del rechazo de la cultura europea y se está radicalizando cada vez más. Los musulmanes más jóvenes a menudo están menos integrados que la generación de sus padres y son más propensos a adherirse a las ideas radicales del Islam.

El investigador de migración Ruud Koopmans explicó en 2017 que el verdadero Islam existente obviamente no pertenece a Europa en vista de las tendencias que actualmente caracterizan al Islam y a las poblaciones musulmanas en Europa. Aquellas corrientes en el Islam cuya presencia en Europa no va acompañada de consecuencias problemáticas están en gran medida aisladas dentro del Islam y son apoyadas solo por una pequeña minoría de musulmanes.

• Estudios recientes también muestran un creciente alejamiento de la cultura y la sociedad de estos estados, especialmente entre los jóvenes musulmanes, especialmente en Francia y Alemania, así como la presencia de un sentimiento anticristiano que legitima la violencia entre muchos de los inmigrantes musulmanes irregulares que actualmente llegan a Europa.
• En vista del creciente sentimiento anticristiano y antisemitismo entre los musulmanes en Europa, el erudito islámico Abdel-Hakim Ourghi habló del hecho de que tales actitudes son componentes esenciales del Islam.
• El politólogo Bassam Tibi advirtió en 2018 sobre las tendencias de islamización en Europa, amenazando la existencia continua del continente como una “isla de libertad” en un “océano de tiranía” islámico en expansión. La islamización en Europa se asocia principalmente con la propagación de un Islam culturalmente de clase baja, que también representa una amenaza para los musulmanes liberales. Esto es apoyado por “multiculturalistas europeos de izquierda” que “rechazan la identidad europea e incluso defecan su defensa como racismo”.

Según Rita Breuer, una académica islámica que trabaja para la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, este desarrollo es parte de una “ola general de lamización del arroz del mundo islámico”. Entre los musulmanes, el cristianismo está en aumento en todo el mundo “mucho más allá de los círculos extremistas”. El sociólogo Mouhanad Khorchide advirtió en 2018 que las tensiones entre musulmanes y no musulmanes en Europa nunca han sido tan fuertes como lo son hoy.

Un estudio encargado por los servicios de inteligencia estadounidenses predijo un “futuro oscuro y difícil” para Europa en este contexto. Un pronóstico similar también fue hecho en 2015 por los jefes de varias autoridades de seguridad alemanas en una declaración originalmente no prevista para su publicación.

Este artículo se publicó inicialmente en alemán en https://renovatio.org/

Fuentes

1. Tilman Nagel: “Inmigración musulmana. Eine politische und intellektuelle Herausforderung”, Tumult, Invierno 2018/2019, pp. 47-51, aquí: p. 51.

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