Valentina Orte

Sorpresa y desilusión ha causado la entrevista que ha concedido la Presidenta de la Comunidad de Madrid a Carlos Alsina en Onda Cero en la que entre otros aspectos aborda la cuestión del aborto en menores sin permiso paterno. Sorpresa, estupor  y decepción porque no era de esperar que después de haber dado suficientes muestras en su actuación pública de equilibrio y buen hacer, se manifieste, no sólo partidaria de los postulados globalistas sobre el aborto ¡ y en menores!, sino que se dedique ahora a adoptar postulados comunistas.

Alexandra Domontovic Kollontai (San Petersburgo, 1872 – Moscú, 1952) Política soviética que sostuvo, el amor libre, el derecho de la mujer a una total paridad con el hombre en la vida social, familiar y sexual y que el atender a los hijos coartaban la libertad de la mujer, así que en cuanto el infante dejaba de ser tan dependiente de la madre, (el padre no contaba), pasaban a depender del Estado atendidos en escuelas según su edad.

El gobierno de España,  una unión entre socialistas y Unidas Podemos (comunista), que lo convierten en el Ejecutivo más a la izquierda de la Unión Europea, ha manifestado desde un primer momento una gran vinculación con los segundos . Quizá por ello, la ministra de Educación Celaá retomó los postulados de Kollontai cuando el 11 de agosto de 2021, afirmó: “No podemos pensar de ninguna de las maneras que los hijos pertenecen a los padres”.

Y la mimada heroína de Madrid decide ser modernista, −que no es igual que moderna−, y apoyar el aborto que tanto promueve el NOM. Parece decir, como sus inspiradoras,   que es lógico que una jovencita de 14 o 16 años pueda abortar, ¿en cualquier circunstancia?, dirán que naturalmente, porque los derechos humanos amparan a la niña, aunque estos derechos humanos se vuelvan inhumanos con el nasciturus. 

Nadie menciona la necesidad de formar en ética y valores a estas criaturas, ni de la responsabilidad en que incurren con sus actos, solo se les muestra una sociedad de happy flowers, en la que cargos públicos promueven yincanas para menores, con alto contenido sexual, emulando actos sexuales y posturas del “kama-sutra” .El todo vale y la inmoralidad de la sociedad actual, lleva a una mujer que hasta ahora se había conducido seria y formalmente a decir que es razonable que una chica mate a su hijo, “porque no es deseado”, sin pararse a pensar que si no lo deseaba, ¿para qué se puso en situación? ¿desconocía las consecuencias?.

En este mundo en que lo más valorado es el dinero, el niño se ve, aún dentro de la familia, como una carga, mucho gasto  y un problema. Los políticos empiezan a tenerle en cuenta a los 18 años, no porque aporte algo a la voracidad de las arcas del Estado, ya que desgraciadamente, tal como va España, estará en el paro, sino porque dispone de una cosa muy importante para ellos, la capacidad de votar.

¿Qué podemos esperar? ¿La solución de nuestros políticos es seguir facilitando infanticidios? Se limitan a promover el Carpe diem, una invitación a disfrutar el momento, a vivir el hoy y el ahora sin preocuparse por lo que depara el futuro, pues el futuro es incierto, y lo único concreto que tenemos es el presente. Pero no crean que su objetivo es que los chavales se diviertan, no; solo es un medio para que, entre la mala instrucción que se imparte en la enseñanza que no les enseñan a discernir, opinar o discutir, y las yincanas pornográficas como distracción, no podemos esperar más que una mayor destrucción, si cabe, de la sociedad.

Quiero pensar que las mujeres que con tanto aplomo y desenfado defienden el aborto, repetidoras de la frase “interrupción voluntaria del embarazo” (como si de un interruptor se tratara, que se apaga y se puede reanudar después), lo hacen por la inconsciencia que produce el afortunado hecho de que  ella no ha pasado por el trauma de sufrir un aborto. Una mujer que haya pasado por este trance, aún no provocado, cuarenta años después todavía sufre añorando aquel hijo que no pudo tener en sus brazos.

La presidenta madrileña en dicha entrevista también afirmó que si se da el caso, la menor embarazada debería informar a sus progenitores de la decisión, aunque la decisión última recaería siempre en la adolescente. «No puedes obligar a nadie a llevar una vida contraria a la que has deseado», aseveró en dicha entrevista. Si llegado el caso una joven de 16 y 17 años «lo tiene claro», tiene que «seguir adelante». «Yo creo que tiene que abortar, desde luego», subrayó.

Matizando:  dice «No puedes obligar a nadie a llevar una vida contraria a la que has deseado» Quiero pensar que se refiere a los muchos casos de violación que suceden con tanto desocupado sin más objetivo que satisfacer gratuitamente sus instintos sexuales. Pero no siempre es así y además ¿por qué tiene que “pagar la fiesta” el inocente que solo es la consecuencia?

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Por si fuera poco,  a la señora Ayuso le parece bien que a la menor se le realice el aborto sin conocimiento de sus padres o tutor, asegurando como si fuera aquella otra Isabel, de apellido Celaá, que afirmó: “No podemos pensar de ninguna de las maneras que los hijos pertenecen a los padres”, olvidando que los progenitores tienen la patria potestad, que es el conjunto de derechos, atribuciones y deberes que tienen los padres sobre los hijos no emancipados. 

A este respecto, el conocido juez de menores, Emilio Calatayud, escribía una incisiva y premonitoria reflexión en su blog personal un día antes preguntándose Si una menor de 16 años aborta sin que lo sepan sus padres y algo sale mal, ¿quién se hace responsable?

Lo digo, añade, porque el artículo 154 del Código Civil, que está vigente, dice lo siguiente:

“Los hijos e hijas no emancipados están bajo la patria potestad de los progenitores. La patria potestad, como responsabilidad parental, se ejercerá siempre en interés de los hijos e hijas, de acuerdo con su personalidad, y con respeto a sus derechos, su integridad física y mental”. 

Aunque el Partido Popular ya había decidido no plantar batalla con esta última ley del aborto, todavía guardaban las apariencias frente a una parte de sus votantes con el asunto del aborto en menores de edad. que es lo único que hizo Rajoy respecto a la ley de Zapatero y que terminó contentando a muchos de sus votantes, incluso los que se proclamaban «provida». De modo que cabe preguntarse el tipo de relación que 

une a estos cada vez más entusiastas partidarios del aborto….¿Será una “cadena de unión?

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