El Museo del Carlismo ha publicado el libro «Tirso Lacalle, “el cojo de Cirauqui” (1845-1920). Un contraguerrillero liberal navarro» en su colección Investigación sobre el Carlismo que el museo edita desde 2013.

En esta ocasión el Museo del Carlismo de Estella aborda la Tercera Guerra Carlista desde la óptica liberal, ya que en un detallado estudio el profesor honorario de la Universidad Pública de Navarra, don Ángel García-Sanz Marcotegui, glosa la nada fácil figura del contraguerrillero liberal Tirso Lacalle, y decimos nada fácil figura por cuanto la historiografía liberal (excepción hecha de don Antonio Pirala en su monumental «Historia de la guerra civil y de los partidos liberal y carlista») se empeño en defender la imagen heroica de Tirso Lacalle, mientras que la historiografía carlista (en la mayor parte de la ocasiones más apegada a la verdad histórica) presentó la figura de don Tirso en sus tintes más crueles.

Efectivamente, el trabajo del profesor García- Sanz Marcotegui, cuanta ante todo con la dificultad añadida de unas fuentes bibliográficas dispersas y sumamente ideologizadas, no obstante, y aunque el autor en su estudio trata de mantener la objetividad, el lector atento podrá comprobar como las fuentes liberales no parecen ser conformes a la realidad histórica.

Tirso Lacalle, más conocido como el «cojo de Cirauqui» por padecer una evidente cojera y ser originario de dicha merindad de Estella, inicia su andadura contraguerrillera en los luctuosos acontecimiento del 13 de julio de 1873 en Cirauqui, cuando un grupo minoritario de liberales trató de resistir la ocupación carlista de la villa mayoritariamente carlista, saldándose la resistencia con el injusto ajusticiamiento de más de una treintena de liberales por parte de las tropas del general carlista Dorregaray. El cojo de Cirauqui sobrevivió a las represalias y con otros voluntarios formó la contraguerrilla de Tafalla, empezando así su participación controvertida en la Tercera Guerra Carlista (1872- 1876).

El profesor Angel García en su documentado estudio ofrece documentos de cargo y descargo de las dos principales controversias que giraron en torno a la figura de Lacalle: las cuentas municipales de 1872- 1873 de Cirauqui, y el trato dispensado a los prisioneros carlistas.

Con respecto a las cuentas municipales, de las que fue depositario desde mayo de 1872 hasta el primer semestre de 1873, el cojo de Cirauqui nunca pudo aclarar el destino de numerosas contribuciones, y muchos de los gastos realizados, justificando que la documentación acreditativa de las cuentas se perdió precisamente en el conflicto bélico. Este baldón le persiguió hasta 1884, año en que llegó a un acuerdo con la municipalidad, aunque nunca llegó a aclarar su gestión lo que le provocó enfrentamientos tanto con liberales como con carlistas que sospecharon siempre de su gestión económica. En este sentido don Tirso Lacalle nunca pareció tener una relación fácil con el dinero, pues una vez terminada la guerra también tuvo que rendir cuentas ante la Capitanía General de Navarra de los ingresos, gastos y exacciones realizadas como jefe indiscutible de la contraguerrilla de Tafalla, por cuanto la sospecha de malversación de caudales volvió a estar presente.

Con respecto al mal trato y ajusticiamiento de los prisioneros carlistas, y en defensa de Lacalle, hemos de referir que el mismo era común entre las tropas liberales ya desde la Primera Guerra Carlista (1833-1840) siendo suficiente recordar que la madre del general Cabrera, doña María Griñó, fue ajusticiada por el único delito de ser madre de quién era.  

Numerosas y reiteradas acusaciones recayeron sobre don Tirso, desde profanación de cadáveres, hasta repulsivos ajusticiamientos en múltiples ocasiones de los prisiones carlistas, ya civiles o militares. En este sentido el libro que ahora reseñamos incorpora múltiples y valiosos testimonios, tanto de cargo como de descargo, sobre todo en lo referente a la matanza de ocho carlistas en San Martín de Unx el 29 de marzo de 1875.

Aunque los hechos en relación a los ocho carlistas fusilados en San Martín de Unx difieren según las fuentes consultadas (liberales o carlistas) sin embargo las evidencias permiten culpabilizar a Tirso Lacalle de dichos crímenes, por cuanto  el General en Jefe del Ejército carlista del Norte, Mendiry, mantuvo reiteradas comunicaciones con el general liberal Quesada y Matheus, y de las mismas solo es posible extraer una conclusión: los hombres de Lacalle cometieron un crimen de guerra que nunca debería haber caído en el olvido. Efectivamente, de dichas comunicaciones cabe concluir que el bando liberal en realidad nunca estuvo interesado en investigar los hechos, y sin embargo por parte del general Mendiry se llegó a un sincero y revelador ofrecimiento: ofrecería a los liberales a un sargento carlistas que había fusilado a dos soldados liberales, a cambio de Lacalle, y es que, efectivamente, el bando carlista nunca tuvo problemas en reconocer los excesos cometidos por algunos voluntarios carlistas cuando ocasionalmente estos se producían, sin embargo el bando liberal, más preocupado por mantener su «prestigio» ante los países extranjeros, que por humanizar la guerra, siempre ocultó los numerosos crímenes ejecutados por sus generales, sus soldados, y las guerrillas que luchaban sobre el terreno.

No es necesaria una investigación histórica para llegar a este conclusión, pues la consulta de esas comunicaciones resulta muy clara: Mendiry denunció los hechos en el mismo momento en que los conoció, y los denunció ante quien podía investigarlos tomando los testimonios que creyeran oportunos, sin embargo el bando liberal emitió varias versiones, negando los hechos primero, y reconociendo después que las muertes estaban justificadas en un intento de fuga, es decir, utilizando justificaciones evasivas para no reconocer los numerosos crímenes liberales que asemejan los guerras civiles del siglo XIX con la guerra del 36 en la que se trata de ocultar los numerosos crímenes de la retaguardia republicana.

El libro «Tirso Lacalle, “el cojo de Cirauqui” (1845-1920). Un contraguerrillero liberal navarro»  puede adquirirse al precio de 12 euros en el Museo del Carlismo (c/ La Rúa, 27-29, Estella) y en el Fondo de Publicaciones del Gobierno de Navarra (C/ Navas de Tolosa, 21, Pamplona), o a través de su página web.

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Reseña de la editorial:

La figura del contraguerrillero liberal Tirso Lacalle, «el cojo de Cirauqui», es tan interesante, como sumamente controvertida. Muy conocida a grandes rasgos en su tiempo, casi se olvidó después, más allá de las referencias de la publicística tradicionalista a su presunta crueldad y maldad, y de la liberal y republicana a su valor y pericia militar y a su entrega y compromiso con la defensa de la libertad, que le otorgó un lugar central en la memoria liberal navarra. El estudio de la vida de Tirso Lacalle se ve lastrado porque el interés partidista de la mayoría de los autores dificulta distinguir la información verídica entre el cúmulo de noticias más o menos sesgadas e incluso más o menos imaginarias o meramente propagandísticas de carlistas y liberales. En este contexto se da cuenta de los trágicos sucesos del 13 de julio de 1873 en Cirauqui, de la actuación de Lacalle al frente de la contraguerrilla de Tafalla en la última guerra carlista, en la que alcanzó tal celebridad que su nombre y apodo fueron conocidos en toda España e incluso en el extranjero.

También se trata de sus hipotéticos fusilamientos de prisioneros carlistas (algunos claramente inventados) que acreditarían su presunto carácter cruel y sanguinario, y de su trayectoria hasta su muerte en 1920.

El autor

Ángel García-Sanz Marcotegui (1949) es profesor honorario de la Universidad Pública de Navarra, académico correspondiente en Pamplona de la Real Academia de la Historia y autor de numerosos trabajos sobre la historia contemporánea del “antiguo reino” y del País Vasco.

Sus últimos libros son Matilde Huici (1890-1965). Una “intelectual moderna” socialista (2010); El fuerismo constitucional y la Diputación de Navarra (1841-1923) (2011); La identidad de Navarra. Las razones del navarrismo (1866-1936) (2012); Liberales navarros en la primera guerra carlista. Los cuerpos francos y el motín de 1837 (2014); Militares carlistas navarros (1833-1849) (en colaboración con Javier Ruiz Astiz) (2017); Liberales navarros a través de sus textos (1820-1823) (2018); La Confederación Liberal de la Montaña de Navarra (1836-1837) (2020); Diccionario biográfico del socialismo histórico navarro (V) (en colaboración con Ana María González Gil (2021) y La situación del euskera en Navarra (1860-1939) (2021).

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