- La Asociación HazteOir.org denuncia el documental emitido el domingo 15 de junio en TVE
- En el documental ‘El Sexo Sentido’ se defiende el “derecho de los niños a definir su sexo preferido”
- Ya desde las edades más tempranas, incluso los 2 años
La 2 de RTVE promueve el ‘derecho de los niños a definir su sexo preferido‘. Como si de Ciencia se tratara, se sostiene que ya desde las edades más tempranas -2 ó 3 años- tienen muy clara su ‘opción’ sexual y hay que ‘apoyarles’.
Todo un canal sostenido por todos los españoles, a cuyo frente el PP ha situado a Leopoldo González-Echenique, dedicado a promocionar la más perversa ideología de género, aquella que se encamina a convertir a nuestros hijos, ya desde las edades más tempranas, en meros conejillos de indias de la reingeniería social. El documental ‘El Sexo Sentido’, emitido el pasado domingo, 15 de junio, en La 2 de TVE, pretendía hacer creer, durante casi una hora de insistencia y como si de una premisa científica se tratara, que siendo la sexualidad una “opción” -y no una dotación biológica natural como hombre o mujer-, ya desde los 2 ó 3 años los menores tienen bien definida su “opción” sexual, por lo que se defiende el “derecho de los niños a definir su sexo preferido”.
Manteniendo el Proyecto Zapatero
El Proyecto Zapatero no ha muerto, ni mucho menos, con la llegada del PP al Gobierno. En realidad, su preestreno fue el pasado 29 de mayo en Cineteca, tras su adecuada promoción como “un documental íntegramente producido por Televisión Española (…)” en el que “nuestras cámaras han entrado en la vida de varios de estos niños y niñas y de sus familias para retratar una realidad desconocida para la mayoría”.
Anoche los espectadores de La 2 pudieron ser testigos, al vendérseles como “realidad” desconocida –ciertamente, lo es fuera de la imaginación de sus ideólogos, y no porque no la hayan exhibido cansinamente desde 1998 -, la “normalidad” de que los niños de puedan declarar su transexualidad cuanto antes, mejor, defendiendo tratamientos no legales para menores y difundiendo un trastorno infantil como normal.
Como apunta Miguel Horcajo en Lagaceta.es. “no importa que esta patología desaparezca en un 85% de los escasos casos de niños afectados por este problema, según defienden los expertos españoles e internacionales, ese detalle se obvió en todo momento, y se sustituyó por casos –muy respetables- de familias con niños que “desde los 2 años”, o “desde los cuatro” tienen claro que han nacido en un cuerpo que biológicamente no es el suyo. El documental defiende que los niños “puedan decidir su sexo y la necesidad de apoyarles” soslayando que pueda ser un disforia temporal”.
Información sesgada
Las familias afectadas –quedó claro que no son reestructuradas y que hablamos de personas normales- hablan de sufrimientos de los niños “transexuales” y de ellos mismos en el transito “hacia su felicidad.”. El asunto se expone como si el trastorno fuera inapelable, como decisiones que tomadas desde edades tan tempranas como los 2 años no tuvieran vuelta atrás, cuando las estadísticas de los profesionales dicen lo contrario.
Por supuesto no hubo ejemplos de personas que hubieran superado esta disforia con el tiempo, a pesar de ser lo más corriente. Para el documental sólo existieron ejemplos de niños que tienen “muy claro que van a ser transexuales toda la vida”. Abordaron este problema basándose en testimonios que reclaman tratamientos de inhibición de la pubertad, inyecciones de testosterona, y ya en edades adolescentes con “liberadoras” operaciones de supresión de pecho o de pene, según el caso. Por supuesto se eludieron aportes psicológicos negativos tras esos tratamientos y opiniones de expertos distintas a las que defienden de los lobbies y asociaciones defensoras de la transexualidad.
Así, el documental incluye opiniones de un cirujano plástico, Iván Mañero, defendiendo abiertamente el uso de fármacos de bloqueo de la pubertad que están prohibidos a menores, como muy positivos. “El índice de suicidios entre nuestros pacientes es 20 ó 30 veces más elevado entre niños y adolescentes” que sufren el trastorno de disconformidad con su sexo biológico ¿y lo afirma un cirujano plástico? Todo para defender lo que sintetiza la frase “Es lo que necesito para ser feliz”.
Resulta igualmente llamativo, como acertadamente aprecia también Horcajo, que los documentales de La 2 no se han dedicado a problemas reales y ciertamente más graves de los menores españoles, como el fracaso escolar; el bullying o persecuciones de menores en la escuela, o los embarazos infantiles.
La 2 de RTVE nos presenta en cambio un documental que no tiene en cuenta la tesis mayoritaria entre los profesionales expertos en menores, que es que “las tendencias transexuales entre menores son -de forma muy mayoritaria- “disforia de sexo”, que en un 85% de los casos desaparece con los años”, por lo que sólo un 15% de los afectados mantiene esas tendencias en su mayoría de edad. Lo tiene publicado la Unidad Médica de tratamiento de transexuales del Hospital Clinic de Barcelona.
Sin embargo la psicóloga Esther Gómez, del este mismo Hospital, mantiene en el documental que “la incongruencia entre su sexo y lo que siente puede aparecer muy pronto”, dijo “a los 2 ó 3 años una persona puede saber si es niño o niña”. “A veces –sigue esta doctora- los problemas surgen por no haber sido aceptados de niños como transexuales”.
Asimismo, se usaron supuestos datos de Holanda donde hay un caso de transexualidad entre 10.000 varones y uno por 40.000 entre mujeres “aunque la prevalencia en la infancia es desconocida” apostilla la experta. Pero todos los expertos conocen y estudian los datos de la World Profesional Association for Transexual Self, que afirman que el problema afecta a un niño nacido varón entre 30.000 y 200.000 según país, y a una prevalencia de una entre 45.000 de las nacidas mujeres. La asociación española de familias transexuales Chrysalis mantiene que el problema afecta a uno de cada 1.000 niños un 0,1 por mil del total, lo que muchos expertos consideran exagerado.
La televisión pública española pasa por alto que esos menores no puedan decidir por sí mismos casi nada. No pueden recibir una herencia sin tutor. Ni su nacionalidad (en caso de que sus padres tengan dos diferentes). Ni su residencia, si es con papá, o con mamá, en casos de parejas separadas; lo dicta un juez. Eso no es óbice para defender que puedan cambiarse de sexo, en caso de que siendo niños jueguen con muñecas en la niñez; o si son niñas y les gustan las pistolas. No esperen en RTVE reflexiones sobre la trascendencia a futuros de la toma de esa trascendental decisión de cambiar el sexo. “Que guay es esta moda”, parece proponer el guionista.