La Iglesia católica ha defendido y defiende, desde las palabras del mismo Cristo, que el matrimonio es indisoluble. De este modo, promueve una serie de valores y de beneficios que embellecen la vida de los esposos, de sus familias y de toda la sociedad.
El Papa Pío XI lo explicó en su importante encíclica sobre el matrimonio cristiano, la “Casti connubii”, firmada con la fecha del 31 de diciembre de 1930.
En este documento papal el número 13 está dedicado por entero a hablar sobre los muchos y grandes “beneficios se derivan de la indisolubilidad del matrimonio”. ¿Cuáles son, según el texto de la encíclica? Fundamentalmente se refieren a tres ámbitos: el de los esposos, el de los hijos, y el de la sociedad en su conjunto.
Los beneficios para los esposos nacen de la misma naturaleza del sello matrimonial, que les pide “la generosa entrega de su propia persona y la íntima comunicación de sus corazones, siendo así que la verdadera caridad nunca llega a faltar” (con una cita de 1Cor 13,8, el famoso himno de san Pablo sobre la caridad).
El Papa menciona en seguida otros importantes beneficios para los cónyuges que nacen desde la indisolubilidad matrimonial:
-”Constituye ella, además, un fuerte baluarte para defender la castidad fiel contra los incentivos de la infidelidad que pueden provenir de causas externas o internas”.
-”Se cierra la entrada al temor celoso de si el otro cónyuge permanecerá o no fiel en el tiempo de la adversidad o de la vejez, gozando, en lugar de este temor, de seguridad tranquila”.
-”Se provee asimismo muy convenientemente a la conservación de la dignidad de ambos cónyuges y al otorgamiento de su mutua ayuda, porque el vínculo indisoluble y para siempre duradero constantemente les está recordando haber contraído un matrimonio tan sólo disoluble por la muerte, y no en razón de las cosas caducas, ni para entregarse al deleite, sino para procurarse mutuamente bienes más altos y perpetuos”.
Junto a los beneficios para los esposos, el número 13 de la “Casti connubii” pasa a exponer el gran beneficio que la indisolubilidad significa para los hijos:
“También se atiende perfectamente a la protección y educación de los hijos, que debe durar muchos años, porque las graves y continuadas cargas de este oficio más fácilmente las pueden sobrellevar los padres aunando sus fuerzas”.
El tercer ámbito de beneficios se refiere la vida social. En el número que estamos comentando encontramos estas líneas sobre el tema:
“Y no son menores los beneficios que de la estabilidad del matrimonio se derivan aun para toda la sociedad en conjunto. Pues bien consta por la experiencia cómo la inquebrantable firmeza del matrimonio es ubérrima fuente de honradez en la vida de todos y de integridad en las costumbres; cómo, observada con serenidad tal indisolubilidad, se asegura al propio tiempo la felicidad y el bienestar de la república, ya que tal será la sociedad cuales son las familias y los individuos de que consta, como el cuerpo se compone de sus miembros”.
Recordar estas ideas del Papa Pío XI ayudará al mundo de hoy a reconocer y salvaguardar la indisolubilidad del matrimonio, y a encontrar caminos que sirvan para ayudar a los esposos a crecer en su amor mutuo y en su fidelidad inquebrantable.
¿Parece un ideal casi inalcanzable o muy difícil? Para quien vive sin fe y sin gracia, seguramente. Pero para quienes acuden, a través de los sacramentos y de la oración, a Dios, será uno de los dones más hermosos de su vida como esposos y como familias auténticamente cristianas