El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos publicó un informe la semana pasada sobre asuntos LGBT. En ese documento exigió que se pusiera fin a la «terapia de reorientación». El presidente Obama también llamó a poner fin a la «terapia de conversión» la semana pasada.
Varios estados estadounidenses han prohibido esta terapia para los menores. El centro jurídicoSouthern Poverty Law Center, junto con el activista gay Wayne Besen, está haciendo campaña para que se proscriba de costa a costa la «terapia de reorientación».
Quienes se oponen al tratamiento para quienes tienen apetitos y conductas sexuales indeseadas por las personas de su mismo sexo utilizan el término «terapia de conversión» como epíteto. También utilizan la frase «pray away the gay» («orando convierte al gay»).
El objeto de debate es la alternativa médica. ¿Los adultos tienen derecho a procurar un tratamiento para deseos y conductas sexuales que encuentran reprobables por algún motivo? También se debate si los padres tienen derecho a buscar la misma clase de tratamiento para sus hijos menores.
Los defensores de la homosexualidad creen que es una parte innata y normal de la sexualidad humana y que no precisa ser tratada.
Este mes, la Corte Suprema de Nueva Jersey verá un caso que pone a prueba estas proposiciones. A cuatro hombres jóvenes, judíos ortodoxos, no les gustaba sentirse atraídos hacia otros hombres y en algunos casos exteriorizaban esos deseos. Ninguno de ellos se identificaba como gay en ese entonces; cada uno de ellos sentía deseos homosexuales y su proceder estaba en desacuerdo con sus profundas creencias religiosas. Cada uno buscó la ayuda de un servicio de orientación y asesoramiento «basado en la Torá», denominado «Jonás», que fue fundado por Arthur Goldberg y Elaine Berk.
Los jóvenes ahora reclaman que Jonás les mintió en cuanto a que la atracción homosexual no deseada puede ser tratada con éxito. Con la ayuda del centro jurídico Southern Poverty Law Center (que tiene 340 millones de dólares en sus arcas) demandan a Jonás conforme a la ley de Nueva Jersey contra el fraude al consumidor. Si Jonás pierde, los asesores estarán en el anzuelo de ese centro jurídico por más de 4 millones de dólares en honorarios de abogados, así como cualquier otra multa que el juez Bariso considere adecuada. Lo que es más, un fallo de este tipo podría surtir el efecto de suspender terapias similares en toda Nueva Jersey.
La demanda forma parte de una campaña nacional (incluso mundial) para cerrar toda asesoría destinada a quienes tienen una atracción homosexual indeseada. Puede parecer extraño que los «progresistas» estén intentando meterse entre quien busca ayuda y su médico. Uno de los argumentos en el tema del aborto es que nadie debería meterse entre una mujer y su médico, y ahora buscan meterse entre todos los que tengan deseos homosexuales indeseados y los médicos de los que buscan ayuda. Elaine Berk mostró a Friday Fax una amenaza de muerte que recibieron por correo electrónico mientras estaba en la corte, el martes.
Decía: «Dios quiere que todos en Jonás sepan que Dios ama a los homosexuales y que Dios apoya la igualdad, especialmente en el matrimonio, y Dios apoya la protección de los LGBT contra la discriminación, especialmente la discriminación por parte de fundamentalistas y extremistas “cristianos”. Dios está muy enojado con Jonás, porque Jonás se niega a obedecer la voluntad de Dios. Dios ha decidido que los que dirigen Jonás ya no merecen vivir en el planeta tierra. Jonás ha traicionado a Dios. Por lo tanto, Dios enviará a todos los que están en Jonás al Infierno pronto».