Tras el escándalo mundial, de gran vergüenza para México, por hacerse pública información sobre una carta que con fecha 1 de marzo, Andrés Manuel López Obrador (Amlo) envió al gobierno de España (y hay otra enviada al Papa Francisco en el mismo tenor), diciendo que ese país, y también la Iglesia Católica, deberían pedir perdón a México por la conquista “por la espada y la cruz”, sus explicaciones son de lo más absurdo: más vergüenza para México.
En realidad, las explicaciones de Amlo prácticamente se contradicen entre sí, y eso es resultado de una acción torpe e irreflexiva, la de hacer y enviar esas cartas. Lo peor es que Amlo habla de una “reconciliación”, algo que es absolutamente tonto, pues nuestras naciones están perfectamente reconciliadas. Los rencores sólo existen en algunas mentes enfermas, y desconocedoras de la historia.
Amlo se ha dedicado sistemáticamente a intentar crear enemistades entre los mexicanos, atacando, denigrando e insultando a quienes no se le subordinan, y a quienes considera pueden ser señalados como enemigos del pueblo “bueno y sabio”, para que a él lo vean como su mesías salvador y justiciero. Justiciero por cierto de palabra, pues se ha negado a perseguir infractores de la ley, los presuntos corruptos del sexenio de Peña Nieto. Y ahora quiso crear una enemistad entre mexicanos y españoles, algo que gusta solamente a esas escasas mentes enfermas a las que hice referencia. Lo único que ha logrado es ponerse en vergüenza, hacer el ridículo a nivel mundial y ser objeto de todo tipo de burlas y lógicas descalificaciones.
Dijo Amlo, en sus ridículas (por no llamarlas de otra forma) declaraciones sobre la carta al rey de España, que “nos hace recordar, avivar nuestra memoria histórica”. Lo cual es una bobada, pues los mexicanos y españoles tenemos muy clara la memoria histórica, de que ya no hay conflicto alguno sobre la conquista y la época colonial. Las relaciones entre ambas naciones llevan muchos años de ser cordiales. Como lo son entre mexicanos y estadounidenses. “No vamos a caer en ninguna confrontación, ni con el Gobierno de España ni con ningún Gobierno. Es un planteamiento que creemos conveniente para hermanar más a nuestros pueblos”, explicó (o intentó explicar) Amlo. Eso demuestra solamente lo obtuso de su mente, pues él está creando una confrontación innecesaria y anti-diplomática.
Quienes no cayeron en la confrontación lopézobradorista fueron el Jefe del Estado y el gobierno españoles. ¿Hermanar nuestros pueblos? Ya estaban hermanados, de mucho tiempo atrás. Dentro de sus vergonzantes “explicaciones” sobre su carta, dice que “Nosotros sí nos importa la memoria histórica. Con esto se va a saber qué sucedió hace 500 años; cómo se vieron los hechos.” Pongamos nuestra cara de: What? La historia de la época es bien conocida, el mundo sabe muy bien lo que sucedió, tan bien como pudo ser relatado por los cronistas de la época y los investigadores. Si él no sabe qué sucedió hace 500 años… para qué calificarlo.
En sus explicaciones (o intentos de tales), redunda Amlo en el término “reconciliación”, y eso es lo que lo pone en evidencia de que ignora supinamente cómo son las relaciones oficiales y particulares entre mexicanos y españoles. Así, la explicación intentada resulta peor que su dichosa carta. Y el escándalo, que evidencia su torpeza, seguirá persiguiendo a Amlo. ¿Aprenderá alguna lección? La verdad, conociendo su comportamiento, dudo que lo haga.