Campamentos de refugiados saharauis. El sospechoso alarmismo terrorista de Exteriores y la credibilidad del Gobierno español
Corrían los últimos días de noviembre de 2019. Acababa de concluir la 44ª Conferencia Internacional de Apoyo y Solidaridad con el Pueblo Saharaui (EUCOCO, por sus siglas en inglés), celebrada en Vitoria-Gasteiz (España) con una muy buena asistencia de participantes; y para la primera semana de diciembre estaba previsto el desplazamiento de muchos miembros de familias españolas a los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, para visitar a los niños y niñas que generosa y solidariamente acogen en sus casas, en España, durante los meses de verano, gracias al programa ‘Vacaciones en Paz’, gestionado desde hace muchos años por CEAS-Sáhara, la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara Occidental. Y a finales de ese mismo mes de diciembre iba a tener lugar el XV Congreso del Frente Polisario en la localidad saharaui de Tifariti, en la parte del Sáhara Occidental controlada por el Frente.
Así pues, eran tres acontecimientos de suma relevancia para el pueblo saharaui, la sociedad civil española y el Movimiento solidario internacional. Nada extraño que se intentara silenciarlos, ocultarlos, boicotearlos y, en la medida de lo posible, impedirlos, conforme a los mezquinos intereses del ocupante colonialista marroquí.
Y ahí, en ese preciso momento, en esas precisas circunstancias – ¡qué casualidad! -, el ministro español de Exteriores, primero, y la ministra de Defensa, después, daban una extraña alarma que era propalada a continuación, en portada, por todos los medios de comunicación (prensa, radio y televisión), como exige el guión: El Gobierno español dice tener información creíble, proveniente de fuentes extranjeras ‘fiables’, de que en las próximas fechas se van a producir atentados terroristas y secuestro de españoles en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, por lo que se exhortaba a los ciudadanos españoles a no viajar a dichos campamentos y, a los que allí estuvieren, a abandonarlos a la mayor brevedad posible; e incluso, se sembraba la duda de si se iba a proceder a repatriar al centenar de cooperantes que habitualmente trabajan allí (y de cuya existencia hasta ahora nunca nos habían informado…).
En un primer momento, esa alarma y el ‘inusitado interés’ aparente del Gobierno español por la situación de la seguridad en los campamentos de refugiados saharauis sorprendió sobremanera a la ciudadanía, dado el pertinaz silencio y la habitual sequía informativa mantenida oficialmente sobre todo lo relativo al Sáhara Occidental desde aquella consigna de ‘encapsular’ ese tema que lanzara en 2008 el expresidente Felipe González (“…Nuestro partido estará con vosotros hasta la victoria final…”). E inmediatamente, la alarma propalada por el Gobierno español indignó al Gobierno saharaui, al Frente Polisario y al amplio Movimiento de solidaridad con la causa saharaui, pues ni se había informado a las autoridades saharauis de tal presunto peligro “inminente”, ni tampoco a los Gobiernos de los países vecinos, en particular Argelia y Mauritania. En cambio, y sospechosamente, antes de advertir a la población española del presunto ataque terrorista “inminente”, el ministro Josep Borrell había mantenido una entrevista con su homólogo marroquí, Nasser Burita, que había acudido la tarde anterior al Ministerio español de Exteriores. E incluso, según rumores no contrastados (El Confidencial Saharaui), la noche anterior, la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, habría asistido a una cena con el ministro marroquí de Exteriores, en la cual se habría preparado, en connivencia, el sospechoso operativo alarmista.
Como era de esperar, la prensa marroquí se apresuró a difundir inmediatamente la noticia en base a la alarma dada por el Gobierno español (no por las autoridades argelinas, las del Frente Polisario o la MINURSO…). Y de forma muy oscura, se quiso implicar también a Argelia y a la MINURSO, que desmintieron tajantemente la existencia de cualquier alarma. “Argelia niega haber advertido a la MINURSO del riesgo de ataques en el Sahara”, contrainformaba diariolibre.com: “El ministerio argelino de Asuntos Exteriores negó hoy que haya informado a la Misión de Naciones Unidas [para el Referéndum] en el Sáhara Occidental (MINURSO) de que exista un alto riesgo de ataques yihadistas y secuestro de extranjeros en los campos de refugiados saharauis y en particular en las áreas próximas al muro de separación con [el territorio saharaui ocupado por] Marruecos”.
La agencia de prensa argelina APS, informaba
así: “El
portavoz del Ministerio argelino de Exteriores (MAE), Abdelaziz Benali-Chérif, desmintió la información sobre la supuesta < Por su parte, el Frente Polisario, a
través de su Secretariado Nacional, deploró
los “sospechosos” intentos de perjudicar la lucha y la reputación del
pueblo saharaui y el movimiento de solidaridad con su justa causa,
especialmente la última advertencia emitida por el Ministerio español de
Exteriores, después de reunirse con su homólogo marroquí, lo que plantea
ciertos interrogantes (…). Tales intentos –continuaba la Secretaría Nacional-
también buscan interrumpir la celebración del XV Congreso del Frente Polisario.
(Europa Press, “El Polisario carga contra España por
alertar de atentados en Tinduf y lo vincula con la visita del ministro marroquí”) La credibilidad del Gobierno y el ‘regalo’ del
exministro Borrell a Marruecos
Cuando las autoridades de
un país alertan de un posible ataque terrorista “inminente” en base a “fuentes
fiables”, en principio no tendría por qué haber motivo para que los ciudadanos
desconfiásemos de esa advertencia, hasta el punto de no seguir las
instrucciones que, ‘por razones de seguridad’, se nos den al respecto. Sin
embargo, pareció muy extraña y altamente sospechosa la inusual sobreactuación
del Gobierno español (ministro de Exteriores y ministra de Defensa, ambos ‘en
funciones’). Con los ingredientes arriba señalados y otros muchos antecedentes
constatados, el Gobierno español ha perdido la poca credibilidad que pudiera
quedarle en lo relativo a la cuestión del Sáhara Occidental, dada su
sistemática deriva hacia operaciones de despiste, sus clamorosos silencios, las medias tintas y el servilismo
mostrado hacia el monarca alauita.
Lo cierto es que, hoy,
ningún país es inmune a un posible ataque terrorista. Esa amenaza puede
materializarse en cualquier momento y en cualquier parte del mundo. Como prueba
de ello, precisamente en esas fechas, la verdadera amenaza terrorista se
materializó en Londres, Gran
Bretaña, (29 de noviembre, dos muertos y tres heridos acuchillados); en Moscú, Rusia, en la propia sede de la
antigua KGB (19 de diciembre, un muerto y cinco heridos de bala); en Nueva York, EE UU (cinco heridos
acuchillados, el 28 de diciembre); en Mogadiscio, Somalia (29 de
diciembre, coche bomba, al menos 76 muertos y más de 100 heridos); en Ostrava, República Checa (10 de
diciembre, 6 muertos y tres heridos por disparos); en White Settlement, Texas,
EE UU (30 de diciembre, 2 muertos y un herido por disparos); en París,
Francia (3 de enero, un muerto y dos heridos por arma blanca); en Lamu, Kenia (5 de enero, 3 estadounidenses muertos y otros dos heridos),…
Sin
embargo, ¡qué casualidad!, no hubo
atentado terrorista alguno en los campamentos de refugiados saharauis en
Tinduf. Y en esos lugares arriba
mencionados, en los que sí se produjeron atentados terroristas, no se dio
alarma previa alguna de posibles atentados, ni se conminó a la ciudadanía a no
viajar a esos sitios o a salir de ellos a la mayor brevedad posible… Porque,
ciertamente, podían haber sucedido en cualquier otro lugar: Madrid, Cambrils,
Berlín, Barcelona, Bruselas, Finlandia, … y no por ello se aconseja a la
población dejar de viajar a esos lugares ni abandonarlos, como sí lo aconsejaron
-en el caso de los campamentos saharauis de Tinduf- los ministerios de
Exteriores y Defensa, por boca de sus mismísimos titulares, en prensa, radio y
televisión; además de la extraña anormalidad, en el terreno de la cooperación
antiterrorista, de que no se advirtiera del presunto peligro a los Gobiernos y
autoridades saharauis, argelinas y mauritanas, y en cambio se alarmara
reiterativamente a la población española (y, por extensión, a todo el mundo,
como se apresuró a propalar, a discreción, la bien engrasada maquinaria
marroquí de intoxicación y propaganda y sus adláteres). Pues bien, a pesar de esa
alarma sospechosa e interesadamente propalada, puede decirse que hoy los
campamentos saharauis, establecidos bajo la vigilancia y control de las propias
autoridades saharauis, están entre los
más seguros del mundo. Y así lo atestiguan la experiencia de los Organismos
Internacionales y ONG que operan en dichos campamentos, la Misión de Naciones Unidas para el
Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) o los propios informes del
Secretario General de la ONU al Consejo de Seguridad. Por todo ello y por
la inusitada maniobra alarmista del Gobierno español, el Gobierno saharaui y el
Frente Polisario contestaron inmediatamente con un comunicadode indignación, tratando de desenmascarar esa –en opinión de
muchos- poco creíble operación de intoxicación, ya practicada anteriormente en
más de una ocasión.
La entonces delegada y
representante del Frente Polisario en España, Jira Bulahi -a la que tampoco se había informado oficialmente y que
se enteró de esa alarma por los medios de comunicación (¡!)-, hubo de acudir
por propia iniciativa al Ministerio español de Exteriores a pedir información
sobre las razones de tan extraña alarma. ¡Bonita manera de ningunear a la
representante oficial del pueblo saharaui en España! Y buena muestra, también,
de la falta de tacto y de deferencia diplomática por parte del Ministerio
español de Exteriores, siempre sospechoso de connivencia con el Gobierno
marroquí.
Por su parte, las
Asociaciones de Solidaridad con la causa saharaui respondieron afeando al
Gobierno su sospechosa actuación de connivencia con Marruecos y manifestando su
intención de mantener sus viajes y visitas a los campamentos de Tinduf. Solo se
tienen noticias de que, como consecuencia de ese dudosa alarma, algunos grupos
de jóvenes, que iban a viajar en el ‘puente’ de diciembre a los campamentos
saharauis, postergaron el viaje hasta las vacaciones de Semana Santa, por el
lógico temor de sus familiares, que es lo que buscaban quienes diseñaron la
presunta falsa alarma.
No obstante, a pesar de
tanto alarmismo, parece que la actuación del hoy ya exministro Borrell
consiguió, precisamente, lo contrario de lo que pretendía, pues finalmente más de 500 personas viajaron a los campamentos de Tinduf en el ‘puente’ de la Constitución (primeros días
del mes de diciembre), y todas ellas regresaron “sanas y salvas”, como señaló Jira
Bulahi. El Movimiento
solidario español dejó así patente su incondicionalidad con la causa saharaui,
siempre por encima y a pesar de las maniobras de quienes “son cómplices de la
ocupación ilegal del territorio del Sáhara Occidental”, como subrayó el
Secretariado Nacional del Frente Polisario. Esa alarma ha sido
calificada por algunos como “el último regalo de Borrell a Marruecos antes de dejar
su cargo como ministro de Exteriores”. A partir de ahora, el Sr. Borrell podrá
continuar con esas maniobras en su nuevo cargo en la Unión Europea, como ya
hiciera antaño en el propio Parlamento comunitario y más recientemente en el Congreso de los Diputados de España. El digital Canarias-Semanal
lo contaba así de claro: “El Gobierno
español sigue persiguiendo a los saharauis 44 años después de la expulsión de
sus casas”, en referencia a los ilegales Acuerdos de Madrid de 1975, la
invasión militar, a sangre y fuego, del Sáhara Occidental por Marruecos y la
masacre de los saharauis en su pavorosa huida del ocupante invasor.
Marruecos y Francia,
tras la alarma terrorista
Expertos
en la materia, como Carlos Ruiz Miguel
o Ignacio Cembrero, hace ya tiempo
que señalaron el contexto geopolítico y los intereses que subyacen a la
utilización de la presunta amenaza terrorista en relación con los campamentos
de refugiados saharauis en Tinduf, el Frente Polisario o la legítima lucha del
pueblo saharaui por su libertad e independencia.
Así,
Carlos Ruiz Miguel, catedrático de Derecho
Constitucional, director del Centro
de Estudios sobre el Sáhara Occidental (CESO) de la Universidad de
Santiago de Compostela, coautor del‘Prontuario jurídico’ sobre el Sáhara
Occidental y autor de numerosos trabajos sobre la causa saharaui y las pretensiones
anexionistas de Marruecos (ver “La < Y
en cuanto a la ‘estrategia marroquí’
en este terreno, Ruiz Miguel señala
dos aspectos que Marruecos viene propiciando con ahínco: 1) introducir la variable del terrorismo en el
conflicto del Sáhara Occidental y 2) cuestionar la idea de que el territorio de
la RASD-Polisario es seguro. Respecto al primer aspecto, “desde hace
tiempo, Marruecos pretende que en los informes del Secretario General de
Naciones Unidas sobre el conflicto del Sáhara Occidental se aluda al
«terrorismo». Marruecos ha ideado mil y una «operaciones» para introducir esa
variable en el conflicto…, llegando incluso a «descubrir» un supuesto «arsenal»
de un supuesto grupo «terrorista» en Amgala” (¡en la zona del Sáhara Occidental
ocupada por Marruecos!)…
Respecto
al segundo aspecto –la pretendida inseguridad del territorio controlado por la
RASD-, Ruiz Miguel lo explica así: “Esta idea ya se lanzó cuando se produjo el
secuestro de los llamados «cooperantes» españoles secuestrados en Mauritania
[2009] al mismo tiempo que Marruecos tenía un grave problema con la deportación
de Aminatu Haidar.” “En aquella ocasión, se llegó a decir que el
secuestrador condujo a los secuestrados cruzando el territorio liberado de la
República Saharaui, dando a entender que ésta no garantizaba bien su
territorio. Aquello se demostró falso.”
Y
en referencia al secuestro, por el AQMI (Al Qaeda del Magreb Islámico),
de dos cooperantes españoles y una italiana en los campamentos saharauis, en
octubre de 2011, señala: “Esta nueva operación pretende incidir en la misma
idea: hacer creer que la República Saharaui/Frente Polisario no garantizan
suficientemente el territorio y es «mejor» que esté en manos de Marruecos.” (“¿Un
secuestro con contexto geopolítico?”, Periodista digital,
24/10/2011; “AQMI: Cuando
el Estado es cómplice del terrorismo”, p. 247 ss). Como puede
apreciarse, pura intoxicación del régimen marroquí.
Por
su parte,Ignacio Cembrero, reputado profesional de
la información y experto en asuntos del Magreb, complementa el análisis del
profesor Ruiz Miguel (introducir la
variable del terrorismo en el conflicto del Sáhara Occidental): “Desde
hace ya tres o cuatro años –afirmaba Cembrero en 2011-, la prensa oficialista
marroquí y algunos expertos y centros de investigación afines a Rabat insisten
en que el Frente Polisario tiene connivencias con la rama magrebí de Al Qaeda [¡!]. El golpe de la
organización terrorista AQMI en sus
campamentos de refugiados de Tinduf, en el suroeste argelino, desmiente por completo esas aseveraciones.”
“Desde
hace años, el movimiento independentista replica a esas acusaciones [afirmando]
que el área del Sáhara bajo su control… es
la zona más segura del desierto. Recalca además que los saharauis son
inmunes al extremismo islamista. La
Embajada de EE UU en Argel avalaba estas afirmaciones en los cables
enviados a Washington y desvelados por Wikileaks.”
(…) “Ha quedado demostrado que el Polisario no solo no coquetea con los
terroristas, sino que puede ser su víctima”. “El triple secuestro es ante todo
un mazazo para los independentistas y un motivo de satisfacción para las
autoridades de Marruecos. Mientras los responsables del Polisario estaban, en
privado, apesadumbrados, las webs
marroquíes afines al poder destilaban su deleite.” Una de ellas, por
ejemplo, ‘informaba’ así: “El Frente Polisario no está ya en condiciones
de garantizar la seguridad de los saharauis que viven en sus campamentos y
habría sido infiltrado por AQMI (…), la opción de un micro Estado administrado por el Polisario constituye una
amenaza para la seguridad de la región…”
Por
supuesto, la calificación de ‘micro Estado’ no deja de ser otro invento de la intoxicación marroquí,
ya que la extensión del Sáhara Occidental es mayor que la de Reino Unido, Guinea o Rumanía,
por ejemplo, prácticamente como la mitad de España y bastante mayor que otros muchos países y territorios. Y con abundantes
recursos naturales como para convertirse en uno de los países más prósperos de
África. Lo que, en cambio, no es ninguna invención es que la mayor parte de los
atentados terroristas, en España y en Europa, han sido perpetrados por
ciudadanos marroquíes. De hecho, el Secretariado Nacional del Frente Polisario evocaba la estrecha relación de
Marruecos con el apoyo y fomento del terrorismo, especialmente en la región del
Sahel, e incluso el uso directo del terrorismo para atacar al pueblo saharaui (véase Ruiz Miguel, “¿Qué relación tiene
Marruecos con el terrorismo en el Sahel?”; Ignacio
Cembrero, “Duro golpe para los independentistas saharauis y para su
anfitriona Argelia”, El País, 24/10/2011).
Y otra pretensión no
declarada del reaccionario régimen marroquí, al tratar de impedir la presencia
de cooperantes y la visita de ciudadanos españoles y de otros países, es
intentar cortar la tan necesaria ayuda humanitaria y la cooperación con los refugiados
saharauis, como también dejan entrever los dos autores antes citados. Todo lo
que sea perjudicar a la justa causa saharaui es ‘razón de Estado’ para
el Majzén marroquí. Y decimos “justa” causa porque está plenamente avalada por
el Derecho Internacional (Carta de la ONU y más de un centenar de resoluciones
de la Asamblea General y el Consejo de Seguridad, Tribunal Internacional de
Justicia, Unión Africana, Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Tribunal
Supremo de Sudáfrica, Audiencia Nacional del Reino de España: razón de Justicia
versus ‘razón de Estado’), como puede verificarse en el excelente ‘Prontuario jurídico’ sobre el
Sáhara Occidental.
Impunidad marroquí y silencio del Gobierno español Casi al mismo tiempo que el Gobierno
español daba esa extraña alarma -desmentida por Argelia, la MINURSO y el Frente
Polisario-, Marruecos expulsaba de El Aaiún (capital del Sáhara Occidental ocupado, la
antigua ’Provincia 53’
de España) a cuatro diputados autonómicos vascos y
una jurista. Días más tarde, el 10 de diciembre, también era expulsada una
ciudadana portuguesa. La expulsión de esos parlamentarios (y de otras muchas
personas anteriormente) demuestra, una vez más, que “Marruecos actúa con
total impunidad, para seguir ocultando las atrocidades y violaciones de
derechos humanos que sufre diariamente el pueblo saharaui en los territorios
ocupados”.
Desde
enero a noviembre de 2019 el régimen marroquí impidió entrar en el Sáhara
Occidental ocupado, al menos, a 19 personas de nacionalidad española:
once abogados, dos periodistas y seis integrantes de organizaciones solidarias.
Con la expulsión de los parlamentarios vascos el 1 de diciembre -no viajó ninguno
del Partido Socialista– y una jurista, la lista de españoles expulsados en
ese lapso de tiempo asciende a 24.
Según informó la web Contramutis, el Frente Polisario pidió al Gobierno de España que se interesara por la expulsión de sus
ciudadanos con la misma preocupación con que había intentado alarmar a los
cooperantes y personas solidarias que visitan los campamentos de refugiados
saharauis, y que no utilice la doble vara de medir como hace siempre cuando
hay que llamar la atención a Marruecos: que pida
explicaciones “ante este lamentable capítulo” que engrosa la lista de las
delegaciones españolas expulsadas del Sáhara Occidental ocupado, que chocan
“contra este muro infranqueable impuesto por Marruecos”.
El coordinador de los
diputados expulsados el 1 de diciembre, Carmelo
Barrio (PP), informó desde el mismo avión en el que viajaron, que el
aparato aterrizó en El Aaiún procedente de Las Palmas, pero nada más tomar
tierra un representante del Gobierno marroquí les comunicó verbalmente que no
podrían bajar y debían regresar en el mismo avión a Canarias. Viajaban junto a
Barrio los diputados Iñigo Martínez
(Elkarrekin Podemos), Eva Juez (PNV)
y Josu Estarrona (EH Bildu), todos
ellos pertenecientes al Intergrupo
Parlamentario de Paz y Libertad para el Pueblo Saharaui. Carmelo Barrio dijo que la intención de los parlamentarios era “tomar contacto con los
representantes del pueblo saharaui” y hablar con las organizaciones pro
derechos humanos, sin excluir una reunión con las autoridades marroquíes “si
ellos nos lo piden”, pues no habían contactado previamente con ellas.
El diario ABC subrayaba lo obvio: que “no es la primera vez que
un grupo de políticos españoles se
ve obligado a dar media vuelta sin pisar siquiera el territorio saharaui; de
hecho, lo más habitual es que esto suceda casi sistemáticamente”.
Apenas unos días después,
el 10 de diciembre de 2019, las autoridades marroquíes expulsaron del
territorio del Sáhara Occidental ocupado a la periodista portuguesa y miembro de la Fundación Sáhara Occidental, Isabel Lourenço, quien fue detenida al
llegar a El Aaiún por policías no identificados que la encerraron en un hotel e
incomunicaron a la espera de su deportación. Lourenço, reportera del medio
online ‘Tornado’, afirmó que en ningún momento escondió cuál era el
propósito de su viaje: visitar a los familiares de distintos presos saharauis
condenados por tribunales marroquíes, y añadió que eso no puede constituir “una
amenaza al orden público”, de lo que supuestamente la acusaron al expulsarla.
Bajo
el titular ‘activista y periodista portuguesa expulsada del Sáhara’, Jesús
Cabaleiro Larrán informaba enel digital Periodistas-es.com de que el Bloco de Esquerda había condenado
lo ocurrido como “un acto grave e inamistoso que merece nuestra más firme
reprobación” y ya había presentado en el Parlamento portugués una pregunta al
Gobierno del Partido Socialista sobre lo ocurrido, al que demanda una condena
al respecto. Hay que recordar –continuaba el mencionado periodista- que el
pasado mes de agosto un total de veinticuatro organizaciones portuguesas
instaban al Gobierno y a Naciones Unidas para que se tomen medidas “ante la oleada de
represión en las zonas ocupadas del Sahara Occidental y se garantice al
pueblo saharaui ejercer su libre derecho a la autodeterminación”. Entre las
organizaciones firmantes citaba, entre otras, al Consejo Portugués de Paz y
Cooperación (CPPC), la Confederación General de Trabajadores
Portugueses–Intersindical Nacional (CGTP-IN), el Movimiento Democrático de Mujeres
(MDM) y la Asociación de Amistad Portugal Sahara Occidental (AAPSO). No hay que
olvidar que el actual secretario general de Naciones Unidas y responsable de la
Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental (Minurso)
es el portugués António Guterres. Marruecos
–denunciaba Cabaleiro Larrán– expulsa casi sistemáticamente del
territorio saharaui a los periodistas que no son favorables al ‘Sahara marroquí’ (¡!), justificándolo siempre
con el mismo argumento, “una agenda política hostil a Marruecos”. En muchos
casos, la policía no permite ni siquiera bajar del avión a las personas
acusadas y les obliga a tomar la misma aeronave de vuelta, como aconteció
recientemente con los cuatro parlamentarios autonómicos vascos del Intergrupo
‘Paz y Libertad para el Pueblo Saharaui’ pertenecientes al Partido Popular,
Partido Nacionalista Vasco, Podemos y EH Bildu.
Con
Isabel Lourenço, son ya 43 los extranjeros expulsados del territorio
saharaui por las autoridades marroquíes en 2019. Según el diario El País (1/12/2019), “en el año 2016, último del que se disponen de
cifras oficiales”,
las autoridades marroquíes expulsaron a 93 personas en total cuando trataban de entrar al Sáhara
[Occidental ocupado] o cuando ya habían entrado. En ningún caso el Ministerio español de
Asuntos Exteriores -hasta hace muy poco dirigido por Josep Borrell- dijo nada
ni presentó queja alguna ante Marruecos, ni pidió explicaciones al régimen marroquí. Según la agencia saharaui de prensa SPS, desde enero de 2014, Marruecos ha prohibido la entrada en los
territorios ocupados a 274 personas de
20 nacionalidades (personalidades políticas, observadores independientes,
periodistas, juristas etc.).
La Conferencia Internacional de
Apoyo y Solidaridad con el Pueblo Saharaui (EUCOCO)
No es casualidad que la prensa ‘establecida’ haya silenciado –es decir,
hurtado a la ciudadanía- el conocimiento de la celebración, en Vitoria-Gasteiz
(22-23 de noviembre), de la 44ª edición de la Conferencia Internacional de
Apoyo y Solidaridad con el Pueblo Saharaui (EUCOCO), que se viene realizando de
forma continuada desde 1975, cada año en una ciudad europea distinta. 1975 es
el año del inicio del ‘conflicto’ del Sáhara Occidental, esto es, el inicio de
la invasión marroquí, la firma de los ilegales Acuerdos de Madrid y la entrega
del territorio saharaui y su población a Marruecos (y Mauritania) por el último
Gobierno de la dictadura franquista (¡Memoria histórica!). Aunque se siguen utilizando las siglas de Conferencia ‘Europea’ (EU), las
sucesivas ediciones de la EUCOCO tienen, ya desde hace años, una dimensión
internacional, al participar en ellas organizaciones y personas de los cinco
continentes, si bien con una mayor presencia de participantes
europeos. Representantes de Gobiernos que reconocen a la República Árabe
Saharaui Democrática (RASD), diputados, eurodiputados y otros cargos electos,
gobiernos autonómicos, diputaciones y ayuntamientos del Estado español,
organizaciones políticas y sindicales, asociaciones de amistad con el Pueblo
Saharaui y ONG en general, participan cada año en esta cita obligada de
solidaridad. También lo hace, al máximo nivel, el Pueblo Saharaui, representado
por autoridades de su Gobierno, así como embajadores/as y delegados/as de
numerosos países. Las EUCOCO son sin duda la cita anual más importante del
Movimiento de Solidaridad Internacional con el Pueblo Saharaui. El lema este
año era: “1975-2019, 44 años de lucha por la Independencia, la
descolonización del Sáhara Occidental, garantía para la Paz y la Estabilidad en
la Región”. 44 años son más de lo que los españoles tuvimos que soportar
los tiempos grises y amargos de la dictadura franquista. Eso, a quienes, a
pesar de todo, pudimos mantener la vida en aquellos tiempos angustiosos, nos puede dar una idea, salvando las
distancias, de lo que están soportando y padeciendo los saharauis (antaño,
ciudadanos españoles), solo que en circunstancias y condiciones muchísimo
peores que las nuestras, sin punto de comparación.
La 44ª EUCOCO reunió a más 400 representantes de diferentes países y volvió a señalar a
España y Francia como actores clave
en la búsqueda de una solución justa y definitiva al proceso de descolonización
del Sáhara Occidental, mediante la celebración del referéndum de autodeterminación
y el estricto cumplimento de la resoluciones de la ONU y la Unión Africana (Mundiario,
24/11/2019).
En la declaración final, la EUCOCO reclama a España la denuncia de los Acuerdos de Madrid de 14 de noviembre
de 1975 (por los que Marruecos pretende justificar su ocupación del Sáhara
Occidental, a pesar, no obstante, de haberlos incumplido, al ocupar también la
‘parte mauritana’) y la concesión de estatus diplomático al Frente Polisario
como único y legítimo representante del pueblo saharaui, y “proporcionarle la
asistencia política y humanitaria necesaria para defender los derechos e
intereses saharauis.”
En referencia a Francia y su papel en el conflicto, la
plataforma internacional de apoyo al pueblo saharaui señala directamente al
gobierno galo como “el principal obstáculo para
cualquier solución de conformidad con el Derecho internacional, tanto en el
seno del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como en la Unión Europea”. Por
ello pide al Gobierno francés un nuevo posicionamiento que pueda “contribuir a
la solución de este conflicto y contribuir así a la construcción de un Magreb
unido entre socios libres e iguales”. En el ámbito de las instituciones
europeas, “el Movimiento de Solidaridad con el Pueblo Saharaui recuerda a
la Comisión Europea y a su nuevo Alto Representante para la Política
Exterior, Josep Borrell, su obligación de respetar las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea
(TJUE) y de reconocer al Frente Polisario como único representante del pueblo
saharaui, legitimado para negociar acuerdos de cooperación.
A pesar de expresar satisfacción por los avances realizados en el ámbito de
la Unión Africana (UA) “con el
objetivo de poner fin a la ocupación colonial del Sáhara Occidental por
parte de Marruecos”, la EUCOCO reconoce la delicada situación en la ex
provincia 53 de España y hace un llamamiento al Secretario General
de la de las Naciones Unidas, António
Guterres, y a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, Michele Bachelet, para que se adopten las medidas pertinentes a fin de
que MINURSO cumpla con sus
promesas y amplíe su funciones a la supervisión del respeto de los derechos
humanos de la población saharaui.
En esta 44ª Conferencia, además de representantes de las instituciones
vascas, participaron delegaciones de Argelia, Brasil, Bélgica, España, Francia,
Panamá, Polonia, Portugal, Sudáfrica, Suecia y Suiza. En la delegación
saharaui, encabezada por el entonces Primer Ministro de la República Árabe
Saharaui Democrática (RASD), Mohamed
Elouali Akeik, tomaron parte varios ministros, parlamentarios,
integrantes de organizaciones sociales y activistas procedentes de las zonas
ocupadas.
Como ya se ha dicho, lo que comenzó hace 44 años como una Conferencia Europea,
hace ya tiempo que adquirió carácter internacional, habiéndose convertido en
una cita imprescindible para evaluar el trabajo de apoyo, proyectar planes de
acción en diversos ámbitos (político, jurídico, institucional), visibilizar la
situación en las zonas ocupadas y ampliar la solidaridad internacional con la
lucha del pueblo saharaui. El XV Congreso del Frente Polisario
Celebrado en la localidad
saharaui liberada de Tifariti, entre el 19 y el 25 de diciembre de 2019, el XV
Congreso del Frente Polisario sesionó en memoria del diplomático saharaui y ex
representante del Frente Polisario ante la ONU, Bujari Ahmed
Barical-la, bajo el lema: “Lucha,
perseverancia y sacrificio por la íntegra soberanía del Estado Saharaui”.
Si los primeros congresos
se habían centrado en los objetivos de la guerra de liberación y la
consolidación del Frente Polisario, y los posteriores, en la consolidación del
Estado saharaui y su asentamiento en el continente africano, este XV Congreso
ha sido especialmente relevante por las nuevas decisiones para el futuro de la
causa saharaui, fusionando diplomacia y beligerancia y aportando nuevas
energías en el replanteamiento del proceso de paz. Y ello porque las
sucesivas resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y las decisiones y
sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) apenas han sido
efectivamente aplicadas hasta la fecha y la comunidad internacional parece
indiferente ante la parálisis del proceso de descolonización. Se trataba, pues,
de dar un nuevo impulso y una dimensión más beligerante a la negociación
tutelada por la ONU, que permanece enquistada. Por eso, el objetivo principal
del Congreso era la búsqueda de vías para salir del impasse.
Los participantes en este
XV Congreso, más de 2.400 delegados,
analizaron las mejores opciones para proseguir la lucha de liberación del pueblo saharaui, reafirmando su apego
al ejercicio del derecho a la libre determinación y a la independencia, rechazando
categóricamente cualquier ataque a esos
derechos legítimos, como recogía la
declaración final. Participaron en
los trabajos delegaciones extranjeras
(más de 400 participantes) de África, Europa, América y Japón, que enviaron con
su presencia un claro mensaje al mundo entero de que la causa saharaui interpela
a todas las instituciones y organizaciones internacionales para defender el
derecho del pueblo saharaui a la libertad e independencia y para continuar la
lucha hasta lograrlas.
El Congreso
expresó su pleno apoyo a la decisión tomada por el Frente Polisario -tras la Resolución S/RES/2494
(2019) del Consejo de Seguridad, de 30 de octubre de 2019- relativa a la revisión de su participación en
el proceso de paz auspiciado por la ONU. “El pueblo saharaui no tolerará la
situación actual de bloqueo ni la transformación de la MINURSO en protectora (y en instrumento) de
legalización de la colonización”, advirtieron los delegados, insistiendo
en la plena soberanía del pueblo saharaui sobre todo el territorio de la
República Árabe Saharaui Democrática (RASD), de conformidad con las
resoluciones internacionales, incluidas las del Tribunal Internacional de
Justicia de La Haya y los Tribunales europeos, además de las resoluciones de
las Naciones Unidas y la Unión Africana.
Los países africanos reiteraron su llamamiento a la necesaria
descolonización de la última colonia en África y su firme apoyo al pueblo saharaui
en su lucha. Las delegaciones de los
países europeos, por su parte -en particular, las de Francia, España,
Alemania e Italia-, enviaron un mensaje claro a sus respectivos gobiernos para que
cesen su apoyo al ocupante marroquí, “principal
responsable del deterioro de la seguridad en la región” , y
subrayaron la necesidad de intensificar la solidaridad con la causa saharaui
para poner fin a las violaciones perpetradas desde hace más de 40 años contra
el pueblo del Sáhara Occidental y al saqueo de sus recursos naturales.
En su
intervención ante el Congreso, Brahim Ghali, presidente de la República Saharaui y secretario general del Frente
Polisario, dijo que el actual impasse
es producto de la política de intransigencia y la obstrucción sistemática
-por parte del Estado ocupante marroquí- a la implementación de la
Carta de la ONU y las resoluciones de Naciones Unidas, y que, ante todo, está
el derecho a la independencia del pueblo saharaui, como todos los pueblos y
países coloniales. A pesar de
que la Carta y las resoluciones de Naciones Unidas demandan la organización de
un referéndum de autodeterminación, Marruecos ocupa ilegalmente el Sáhara
Occidental desde 1975, obstaculizando el proceso de descolonización de la
última colonia de África. El estancamiento del conflicto y el statu quo actual ponen en cuestión la
legalidad internacional, promueven la violación de los derechos humanos en los
territorios ocupados y fomentan el saqueo de los recursos naturales del pueblo
saharaui. Son más de cuatro décadas
de espera, de ellas 28 años en un teórico proceso de paz. Y se agota la
paciencia. Brahim Ghali, lo expresó así: «Después
de más de veintiocho años desde la firma de aquel acuerdo de alto el fuego
entre el Frente Polisario y Marruecos, la ONU ha sido incapaz de lograr el
objetivo principal de ese acuerdo, que es organizar un referéndum de
autodeterminación donde el pueblo saharaui decida libremente sobre su
futuro”. (…) “Somos un pueblo
pacífico que ha esperado 28 años para una solución pacífica del conflicto”,
pero “las dilaciones marroquíes y
el hecho de que el Consejo de Seguridad [de la ONU] no asume sus
responsabilidades, nos ha obligado a reflexionar sobre diferentes medios para
recuperar nuestros derechos”.
El presidente de la RASD
afirmó también que el pueblo saharaui no
aceptará más demoras en el proceso de paz y que rechaza la perpetuación
de la ocupación marroquí, enfatizando que “el pueblo
saharaui está librando una guerra que solo terminará con la liberación de
nuestra Patria mediante el uso de todos los medios disponibles en el marco de
la legalidad ». Pidió a la comunidad internacional que asuma sus
responsabilidades exigiendo la aplicación de la Carta y las resoluciones de
Naciones Unidas y haciendo cumplir el derecho a la autodeterminación y la
independencia, que son innegociables. Recordó que el Frente Polisario utilizará todos los medios permitidos por el
Derecho Internacional para imponer los derechos del pueblo saharaui e instó
al Secretario General de la ONU a nombrar urgentemente un nuevo Enviado para completar los
esfuerzos de su predecesor -el expresidente alemán Horst Köhler- en el proceso de descolonización de la última colonia
en África. Según diversos medios, no se descarta la reanudación de la lucha
armada.
El Congreso
elogió la posición inquebrantable de la Unión Africana (UA) respecto al derecho del pueblo saharaui e instó a esta Organización
panafricana a garantizar la aplicación de sus Estatutos, en particular las
cláusulas relativas a las fronteras heredadas de la colonización, a presionar al Reino de Marruecos a cumplir
con los principios y objetivos de la Carta fundacional de la UA y a retirarse de los territorios
saharauis ocupados desde 1975.
En relación con la Unión Europea (UE), el Congreso saludó
las sucesivas decisiones del Tribunal de
Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre el Sáhara Occidental (diciembre
de 2016 y febrero y julio de 2018), apelando a los nuevos dirigentes elegidos
por el Congreso a continuar la batalla ante el Tribunal Europeo en defensa de
la soberanía del pueblo saharaui sobre sus recursos naturales. En su declaración
final, el congreso recordó la
responsabilidad histórica del gobierno español para con el pueblo saharaui
y lamentó el apoyo al ocupante marroquí de ciertos países en el Consejo de
Seguridad, Francia en particular, lo que viene retrasando el proceso hacia
un referéndum de autodeterminación ; y reiteró el apego del pueblo saharaui a su soberanía sobre todo su
territorio nacional, a lo que jamás renunciará.
Brahim Ghali fue
reelegido Secretario General del Frente Polisario para los próximos cuatro años,
por mayoría absoluta, con más del 86% de los votos, de conformidad con lo
dispuesto en los Estatutos del Frente Polisario. También fueron elegidos los 25
miembros (seis de ellos mujeres) del Secretariado Nacional. Todos ellos
prestaron juramento al término del Congreso.
La declaración final constituye la hoja de ruta que marcará la
orientación política del Frente para el próximo período. Los nuevos dirigentes
electos deberán concretar ahora el procedimiento detallado para la ejecución y
desarrollo de las recomendaciones de los delegados. Asimismo, deberán emprender
las acciones pertinentes para relanzar e impulsar la misión principal para la
cual fue creada la MINURSO, el referéndum de autodeterminación del pueblo del
Sáhara Occidental; y lograr que sea dotada de todas las prerrogativas de las
misiones internacionales de paz de la ONU. A lo largo de los trabajos del
Congreso, se insistió reiteradamente en que la MINURSO debía comprometerse en
la protección de los derechos humanos en los territorios saharauis ocupados y trabajar
para detener el saqueo de los recursos naturales del pueblo saharaui.
El Frente
Polisario reafirmó que “nunca será un actor” en una operación que no
respete el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y la
independencia, pidiendo una vez más que la comunidad internacional asuma sus
responsabilidades exigiendo la aplicación de la Carta y las resoluciones pertinentes
de la ONU « y evite las pretensiones expansionistas
marroquíes y sus consecuencias para la estabilidad y la paz en la región”. ‘Demasiados retrocesos’
Mientras
tanto, y a pesar del silencio del Gobierno español, Marruecos ha continuado
invadiendode pateras con inmigrantes irregulares las costas
españolas, en el Mediterráneo y en el Atlántico, con centenares de desembarcos
y nuevas tragedias por naufragio. Incumpliendo así, una vez más, los presuntos
acuerdos alcanzados con las autoridades españolas y comunitarias para controlar
esos flujos migratorios a cambio de dinero de España y la Unión Europea, del
silencio sepulcral del Gobierno español sobre las continuas violaciones de
derechos humanos en el Sáhara Occidental y del infame apoyo a la pretendida anexión
ilegal e ilegítima del territorio saharaui por Marruecos.
El
Gobierno español permanece callado también cuando el Gobierno marroquí,
aprovechando la compleja situación política en España –al igual que hizo Hassan
II en el momento de la ‘marcha verde’- extiende unilateralmente su
jurisdicción sobre las aguas territoriales de Canarias y trata de
apropiarse también de las aguas adyacentes del Sáhara
Occidental, en violación del Derecho Internacional. Y mientras los funcionarios
españoles se baten el cobre en Bruselas para conseguir de la UE la
transferencia a Marruecos de 400 millones de euros “para el control de la inmigración”…, el Gobierno español
permanece agazapado a la espera de que el Gobierno marroquí compre a España dos
barcos militares por unos 260 millones de euros, operación ésta “solo pendiente de la firma del rey Mohamed
VI”…
Hay que
recordar que Marruecos dispone de medios
suficientes y tecnología adecuada para controlar sus costas
internacionalmente reconocidas; y que si no lo hace es para presionar y chantajear
al Gobierno español y a la UE. No tiene otra explicación el que abra o cierre
la salida de pateras cuando le conviene, para recordarnos “quién manda aquí”,
y, al mismo tiempo, mantenga una férrea vigilancia y un desorbitado gasto en el
control del Muro militar minado de más de 2.700 Km que atraviesa y divide todo
el Sáhara Occidental ilegalmente ocupado. Y “mientras los marroquíes emigran masivamente, Marruecos hace exhibición de lujo Real en
el mar” (Ignacio Cembrero). Es obvio que la tarea no
es fácil, en absoluto, porque ha habido ya “demasiados retrocesos” -como tituló Santos Juliá su último libro- y demasiadas concesiones al monarca
alauita. Pero puede que haya llegado el momento de plantearse una ‘Segunda Conferencia de Berlín’, dado
que los migrantes no solo provienen de Marruecos y el Magreb, sino también del
África subsahariana. Y ahora que el Sr. Borrell dirige la Política Exterior de
la UE, tal vez pudiera hacer un esfuerzo para cambiar el chip e ir asentando esa idea en sus colegas europeos de las
potencias que se repartieron África en la Conferencia de 1884-1885. Si en ese
entonces fueron ‘capaces’ de sentarse y acordar la división del Continente
africano con escuadra, cartabón y tiralíneas, el expolio de sus recursos y el
sometimiento de sus poblaciones, no debería haber problemas hoy para llegar a un gran acuerdo conjunto entre la
Europa ‘civilizada’ y los países y territorios africanos antaño colonizados, al
objeto de reparar en alguna medida los daños perpetrados y contribuir a generar
riqueza, democracia, respeto de los derechos humanos y puestos de trabajo en esos
países y territorios, de manera que fuera innecesario abandonar en patera el
país de origen para morir en la travesía hacia el Continente europeo. Seguramente
las reflexiones del profesor Sami Naïr
(“Refugiados”,
“La humanidad inmigrante”) podrían ser de gran ayuda para esbozar ese ambicioso
proyecto pendiente.
También va siendo hora de
que el nuevo Gobierno español deje de estar callado y sumiso, y empiece a
exigir eficazmente el cumplimiento de la legalidad internacional a su tan
cacareado “socio estratégico”. Como señala el digital piensaChile, “la
política expansionista de Marruecos es una consecuencia directa del
incumplimiento por parte de España de su responsabilidad jurídica e histórica
hacia el Sáhara Occidental”. Un Sáhara Occidental independiente, la
RASD, amiga de una España que cumpla con sus responsabilidades internacionales,
será la mejor garantía de seguridad y tranquilidad para Canarias y sus habitantes. “Hacer más concesiones por parte del gobierno de España solo alentará a
Marruecos a persistir en el expansionismo de su aventura colonial” (Mohamad Jadad). Aunque no lo
explicitaba el profesor Françesc de
Carreras en su reciente artículo “Cataluña
y el derecho a la autodeterminación”, hay que decirlo alto y claro, una vez
más: Si alguien tiene hoy derecho a la autodeterminación, legal e
internacionalmente reconocido –pero sin ejercer aún-, ese alguien es el pueblo
saharaui. No es preciso irse tan lejos, Sr. De Carreras, y poner el ejemplo de la
Kenia colonial británica, teniendo tan
cerca, y tan nuestro, el Sáhara Occidental y el pueblo saharaui, sometidos
ilegalmente a la brutal colonización marroquí.
Hace ya sesenta años que
la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó (el 14 de diciembre de 1960) la
‘Declaración sobre la concesión de la
independencia a los países y pueblos coloniales’ -Resolución 1514 (XV)-,
proclamando que “La sujeción de pueblos a una subyugación, dominación y
explotación extranjeras constituye una denegación de los derechos humanos
fundamentales, es contraria a la Carta de las Naciones Unidas y compromete la
causa de la paz y de la cooperación mundiales”; y reconociendo a esos pueblos
el derecho a la libre determinación y a la independencia.
Sería deseable que
académicos, historiadores, juristas y otros científicos sociales cumplieran su privilegiado
papel con la sociedad, la Historia y la
Justicia promoviendo y defendiendo la justa causa del pueblo saharaui.
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Luis Portillo es Doctor en Ciencias Económicas, exprofesor en la Universidad Autónoma de Madrid
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