Cuando Cristo Nuestro Señor, tras su Pasión, entregó su espíritu en la Cruz tuvo lugar lo que se conoce como «eclipse de crucifixión»: la oscuridad cayó sobre toda la tierra, el velo del Templo se rasgó en dos -de arriba abajo- la tierra tembló, las rocas se partieron y las tumbas se abrieron.
De alguna manera este eclipse se extendió al estado espiritual de muchos de los seguidores de Jesús. Buena prueba de ello son los discípulos de Emaús, que desengañados por la muerte en Cruz, emprenden el camino a su hogar. En el mismo se encuentran con Jesús, al que no reconocen, y le relatan lo sucedido en Jerusalén. Lucas (24, 13-35) nos describe muy bien su estado de ánimo, que introduce diciendo: Nos, autem, sperábamus… (Nosotros esperábamos que sería Él el que iba a librar a Israel).
Ese pretérito imperfecto es la forma verbal que se puede aplicar a todos las naciones que fueron patria de la Cristiandad. Estos países creían y tenían Fe, y pusieron en el centro de sus vidas a Cristo… y esperaron en El, pero ya no esperan. Y es que la modernidad «mató a Dios» y lo retiró primeramente de la vida política, después de la vida social, y últimamente hasta de la esfera personal. Por eso por vez primera en la historia de la humanidad no estamos enfrentando una epidemia como la del corona virus con solicitudes a lo divino.
Es misión de la Comunión iluminar en este eclipse tanto en la esfera social, como en la política. A nosotros no nos corresponde la reforma de la Iglesia, pero sí nos corresponde la reforma de la vida social y de la vida política para que vuelva a tener por eje central a Cristo. Él debe ser el vivificador de la vida familiar, de la vida corporativa y de las decisiones políticas.
La Revolución fue conquistando posiciones con cada uno de sus periodos álgidos, y fue consolidándolas en cada uno de los periodos conservadores que siguieron a cada periodo álgido. A nosotros nos corresponde ir reconquistando cada una de esas posiciones e ir consolidando el terreno de sus conquistas. Esta es la labor principal que debe realizar la Comunión. Y debemos llevarla a cabo porque es nuestra obligación.
COMPARTE:
EMBÁRCATE EN LA LUCHA CONTRARREVOLUCIONARIA: Si quieres defender la cristiandad y la hispanidad, envíanos tus artículos comentando la actualidad de tu país hispano, o colaboraciones sobre la fe católica y la cultura, así como reseñas de libros, artículos de opinión… Ya superamos las 12.000.000 de páginas vistas anualmente en todo el mundo, únete a nuestro equipo de voluntarios y difunde la verdad compartiendo en redes sociales, o remitiendo tus colaboraciones a redaccion@tradicionviva.es . Puedes seguirnos en Telegram: t.me/tradicionviva / Facebook: @editorial.tradicionalista / Twitter: @Tradicion_Viva / Youtube: youtube.com/c/tradicionvivaTv / Suscríbete a nuestro boletín digital gratuito, pulsa aquí.
TE NECESITAMOS: Somos un espacio de análisis lejos de los dogmas de la corrección política; puedes colaborar haciendo una DONACIÓN (pulsando aquí)