Desde el Partido Socialista se han dispuesto seriamente utilizar la pandemia del COVID-19 para destruir a la Iglesia. Primero fue la prohibición de celebrar la Santa Misa, después las limitaciones a la Comunión, y ahora la persecución de nuestros obispos.

Ahora acusan injustamente al Cardenal Cañizares de poner en peligro de contagio a miles de ciudadanos al mostrar la imagen de la Virgen de los Desamparados desde la basílica, sin embargo es suficiente con ver la imagen que antecede a este artículo para comprobar que apenas se detuvieron frente a la Virgen 50 transehúntes, separados por la distancia de seguridad. Eso sí, rodeados por la policía como auténticos delincuentes.

Parece que los socialista ya no se acuerdan que con informes que lo desaconsejaban ellos permitieron manifestaciones multitudinarias el 8 de Marzo, parece que no se acuerdan que Pablo Iglesias se salto numerosamente la cuarentena, a pesar que su concubina estaba contagiada, y parece que no se acuerdan que Pedro Sánchez visitó una fábrica, sin guardar la famosa distancia de seguridad, sin usar adecuadamente la mascarilla, y eso teniendo en consideración que el Palacio de la Moncloa fue uno de los focos de infección, ya que la mujer del Presidente dió positivo, e incluso un empleado de la Moncloa falleció por COVID-19.

Ahora ¡el Ayuntamiento de Valencia quiere multar al Arzobipo Cañizares por exponer una imagen de la Virgen de los Desamparados! La locura laicista ha llegado a un extremo intolerable: ¡quieren multar al arzobispo de Valencia, monseñor Cañizares, solo por mostrar la Virgen de los Desamparados el día de su festividad!El afán represor de la izquierda se ha desatado, y con la excusa del coronavirus, los creyentes y los religiosos están siendo vigilados y perseguidos.

Mons. Cañizares no sacó la imagen del templo, solo la expuso durante unos segundos desde el interior, cumpliendo las normas sanitarias… pero eso no le importa a la izquierda. El concejal de Protección Ciudadana de Valencia, el socialista Aarón Cano, es el promotor de la denuncia contra el arzobispo. Los mismos que defendieron las concentraciones feministas del pasado 8 de marzo, son ahora incapaces de tolerar los aplausos de unos pocos fieles emocionados ante la imagen de su patrona local. Argumentan motivos sanitarios, pero es falso… su agenda apunta más bien a un cambio de régimen encubierto, que ha comenzado por restringir el acceso a los lugares de culto como paso previo a la prohibición de cualquier manifestación religiosa en público.

La Comunidad Valenciana fue una de las primeras ciudades de España en caer en manos de la coalición socialcomunista y, si no lo evitamos, va a ser la primera en perder la libertad religiosa que defiende la Constitución.Esta denuncia no es solo una amenaza para el cardenal Cañizares. Es un ataque a todos los cristianos de España y una demostración más del aprovechamiento ideológico de la crisis para imponer un laicismo basado en el odio a lo cristiano y los creyentes.Tal vez mañana ya sea tarde. 

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