Por Patrick J. Buchanan
“Si Rusia ha sido muy desangrada y Ucrania ha sufrido pérdidas irreparables de tierra y soldados, ¿quiénes son los ganadores? ¿Y quién se beneficia de la continuación de esta guerra, que traerá miles de muertos y heridos rusos y ucranianos?”. “Nunca hubo una buena guerra o una mala paz“, escribió Ben Franklin al final de la Revolución Americana.
Pero eso depende de los hacedores de guerra y de las causas por las que luchan.
Seis meses después de la guerra en Ucrania, lanzada por el presidente ruso Vladimir Putin el 24 de febrero, cuando no pudo lograr que EE. UU. o Kiev descartaran la admisión de Ucrania a una alianza de la OTAN dirigida contra Rusia, quienes parecen ser los ganadores y quienes los perdedores.
Si bien Rusia ha logrado avances en el este de Ucrania, Donbas y en el sur adyacente a Crimea, capturó Mariupol y convirtió el mar de Azov en un lago ruso, sus pérdidas han sido enormes.
El ejército invasor ruso de febrero fue detenido en seco fuera de la capital de Ucrania, Kiev. Ese ejército no logró capturar la segunda ciudad más grande de Ucrania, Kharkiv, cerca de la frontera con Rusia. No logró capturar Odessa, la tercera ciudad más grande y el principal puerto de Ucrania en el Mar Negro.
Según fuentes occidentales, Rusia ha sufrido entre 75.000 y 80.000 bajas y está reclutando desesperadamente, incluso en las cárceles, para encontrar tropas que reemplacen a los muertos y heridos perdidos en Ucrania. Putin quiere ampliar su ejército con 137.000 soldados adicionales.
El buque insignia de la flota rusa del Mar Negro, el crucero Moskva, ha sido hundido. Se han destruido mil tanques y vehículos blindados de transporte de personal.
La reputación del ejército ruso como una fuerza casi invencible en cualquier guerra terrestre en Europa se ha hecho añicos.
Políticamente, Rusia se ha aislado de gran parte de Europa, ha sido golpeada con severas sanciones y ha visto cómo Europa y la OTAN se unen contra ella.
Suecia y Finlandia han abandonado su neutralidad histórica para convertirse en los miembros 31 y 32 de la OTAN.
¿Es entonces Ucrania el ganador de esta guerra? Después de todo, la guerra que la Ucrania de Volodymyr Zelenskyy ha librado contra una Rusia más grande por su libertad, independencia e integridad territorial se ha ganado la admiración de gran parte del mundo.
Sin embargo, en dos enfrentamientos con Rusia, en 2014 y 2022, Ucrania ha perdido el 20 % de su territorio en el este y el sur, y Kiev no va a recuperar estas tierras perdidas antes de que llegue el invierno.
Pero si Rusia ha sido muy desangrada y Ucrania ha sufrido pérdidas irreparables de tierra y soldados, ¿quiénes son los ganadores? ¿Y quién se beneficia de la continuación de esta guerra, que traerá miles de rusos y ucranianos muertos y heridos? ¿America?
¿Es esta nueva Segunda Guerra Fría con Rusia, en la que parece que nos hemos sumergido, el interés nacional de unos Estados Unidos que tanto acogieron el final pacífico de la vieja Guerra Fría hace tres décadas?
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¿Beneficia a los EE.UU. el envío de tropas a las repúblicas bálticas? ¿Somos más fuertes, más seguros ahora que nos hemos comprometido a luchar contra Rusia para defender la frontera finlandesa-rusa de 830 millas, algo que ningún Guerrero Frío de una era anterior habría soñado hacer?
¿Estamos mejor porque todas las naciones del Pacto de Varsovia y tres repúblicas de la antigua URSS ahora son aliados de la OTAN por cuya independencia estamos comprometidos a luchar contra Rusia?
¿Es el renacimiento del pacto chino-soviético, dirigido a Occidente en la década de 1950 y ahora dirigido a la OTAN y nuestros aliados asiáticos, algo que deberíamos celebrar? ¿No han contribuido nuestras propias políticas posteriores a la Guerra Fría en gran medida a revivir la antigua alianza Rusia-China de la Guerra Fría contra nosotros?
Mientras que el presidente Richard Nixon pareció separar a la China de Mao de Rusia, esta generación de líderes estadounidenses parece haber restaurado ese duopolio hostil.
Putin fue un agente de la KGB rusa durante la Guerra Fría. Ahora todos los estados miembros del antiguo Pacto de Varsovia y tres repúblicas constituyentes de la URSS de esa época son aliados de la OTAN de los Estados Unidos.
Esta es la nueva Guerra Fría. ¿Putin es el único responsable de encenderlo?
Quizás el más alto de nuestros objetivos en la primera Guerra Fría con Rusia fue evitar una guerra caliente que podría convertirse en una guerra nuclear y destruir a ambas naciones.
Ahora que estamos nuevamente en un estado hostil de relaciones con Moscú como lo estábamos entonces, ¿cómo puede ser esto el resultado de una política exterior exitosa?
En la primera Guerra Fría, Europa del Este y los Estados Bálticos fueron aceptados como satélites de la Unión Soviética. El comunismo les había sido impuesto a todos después de la Segunda Guerra Mundial. Pero eso no fue motivo de conflicto militar entre nosotros.
Cuando trajimos a prácticamente toda Europa del Este a la OTAN, fuimos nosotros, no Putin, quienes hicimos de su independencia de Moscú y su alianza con Occidente un asunto por el cual nos comprometimos a ir a la guerra.
A medida que los rusos y los ucranianos se matan unos a otros en el Donbass, y crece el odio de los rusos hacia los estadounidenses, ¿cómo es eso bueno para los EE. UU.?
Tal vez deberíamos invertir tanto tiempo y energía tratando de poner fin a esta guerra como lo hacemos para derrotar y humillar a Rusia, lo que no nos traerá la paz.
Este artículo se publicó en inglés en https://buchanan.org/blog/
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